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El millón y medio de euros de la discordia: los flecos de la herencia de la duquesa de Alba
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PRIMER ANIVERSARIO DE SU MUERTE

El millón y medio de euros de la discordia: los flecos de la herencia de la duquesa de Alba

Este 20 de noviembre se cumple un año de la muerte de la mujer más noble de España a todos los efectos. Sus hijos y su viudo siguen hoy pujando por parte de la herencia. Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, también quiere un pedazo

Foto: Los hijos de la duquesa de Alba en un fotomontaje realizado en Vanitatis
Los hijos de la duquesa de Alba en un fotomontaje realizado en Vanitatis

Dicen que la duquesa de Alba quiso dejarlo todo atado. Y lo hizo esencialmente por amor, a cambio de que sus seis hijos la “permitieran” casarse con Alfonso Díez. El 4 de julio de 2011 reunió a toda su familia ante notario y repartió en vida casi todo su patrimonio. Pero cuando se cumple un año de su muerte, aún no puede cerrarse el capítulo de su herencia. Repartido el grueso, resta por saber cómo se va a dividir el tercio de libre disposición o mejora valorado en poco más de un millón de euros y liquidar los impuestos de sucesiones. A falta de que el Estado se pronuncie, Sevilla o Madrid serán las que hagan caja con la herencia.

Vea cómo repartió su patrimonio en vida para poder casarse con Alfonso

Cayetana legó sus propiedades en 2011, pero ha sido tras su muerte cuando sus seis hijos (Carlos, Alfonso, Jacobo, Cayetano, Fernando y Eugenia) se han hecho cargo del patrimonio familiar. Sin embargo, a este capítulo aún le quedan algunas líneas pendientes de escribir. “Nimiedades”, como lo califican fuentes jurídicas consultadas por Vanitatis, que podrán acabar de cerrarse pasadas las Navidades. Y estas nimiedades no son más que el reparto del tercio de libre disposición o mejora del que al viudo, Alfonso Díez, le corresponde el usufructo.

Con independencia de las empresas familiares, como Inversiones Princesa o la que comercializa la marca Casa de Alba, la parte sustancial de los bienes familiares se engloba dentro de la fundación creada en 1975 para salvaguardar y perpetuar un patrimonio en el que figuran los palacios de Liria, Monterrey, en Salamanca; el castillo y la torre de Alba de Tormes, los castillos de Castro Caldelas, Moeche, Andrade y Narahío en Galicia, cuatro locales en Madrid y obras de arte entre las que se encuentran más de 200 óleos, 54 dibujos, acuarelas, miniaturas y tapices que abarcan desde el siglo XV al XX, además de la biblioteca y el archivo del palacio de Liria, así como otros bienes y objetos que dibujan la Historia de España, como unas cartas de Cristóbal Colón.

Fue el segundo esposo de la duquesa, Jesús Aguirre, quien se encargó de valorarlos en un inventario por 41 millones de euros. Este patrimonio se gestiona y conserva desde la fundación al frente de cuya gestión está ahora el hijo mayor de la duquesa, Carlos Fizt-James Stuart y Martínez de Irujo, quien también gestiona el palacio de Dueñas, no incluido en la fundación. Ha sido el propio Cayetano quien ha explicado recientemente que Carlos le pidió, tras tomar posesión de estos bienes, que abandonara el palacio de Liria, donde residía desde su separación, y que tampoco aceptó su ayuda para gestionar todos estos bienes. Él era el encargado de gestionar el patrimonio familiar hasta la muerte de Cayetana por su expreso deseo.

Un millón entre siete

Por tanto, lo único que resta por repartir es el tercio de mejora entre los seis hijos y el viudo, en el que se incluyen otras piezas de valor no ubicadas dentro de la protección de la fundación como joyas, muebles, cuadros -ya valoradas por expertos-, y una propiedad inmobiliaria pendiente de determinar su valor. En total, y siempre según las fuentes consultadas, el montante final no excederá de un millón. Un millón entre siete. La duda ahora es cómo se efectuará este último reparto. Dice la ley que a Alfonso le corresponde el usufructo del tercio de mejora de por vida o podrá capitalizarlo a cambio de inmuebles u objetos o dinero, si es su deseo. Ahí está la duda.

La excedencia que Alfonso Díez había pedido finalizaba este mes de noviembre y será cuando pase a ser un jubilado. Conserva su piso de soltero en la calle Rafael Calvo y tiene la casa en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) que le regaló Cayetana y cuya hipoteca abona mensualmente Carlos, tal y como le prometió a su madre según fuentes jurídicas. Sin embargo, según otras fuentes, la vivienda de 200 metros adquirida en noviembre de 2013 por 450.000 euros está libre de hipotecas, aunque sí existe un préstamo personal del viudo sobre la misma por una remodelación que tuvo que hacer para garantizar su habitabilidad. El duque viudo recibirá 2.000 euros mensuales de la Fundación Casa de Alba, según el acuerdo que firmó ante notario antes de contraer matrimonio con la duquesa, donde renunciaba a cualquier título, derecho y honores de su futura mujer.

Lo que sí está finiquitado es la sucesión de los títulos, que se formalizó el pasado mes de julio a través del BOE a favor de Carlos, el hijo mayor, siguiendo lo dispuesto en un Real Decreto del 27 de mayo de 1912. La lista es larga. Carlos acumula los títulos de duque de Villalba, conde de Fuentes de Valdepero, conde de Galve, conde de Gelves, conde de San Esteban de Gormaz, conde de Santa Cruz de la Sierra, marqués de Eliche, marqués de la Mota, marqués de Mirallo, marqués de Moya, marqués de Osera, marqués de San Leonardo, marqués de Sarria, marqués de Tarazona, marqués de Valdunquillo, marqués de Villanueva del Fresno, marqués de Villanueva del Río y vizconde de la Calzada. Con los cargos, se heredan los privilegios y los bienes de la Casa de Alba y el derecho a ser recibidos por el Rey siempre que lo soliciten. Por cada título con Grandeza de España se deben abonar 2.699 euros y 769 por los que carecen de ella.

Susana Díaz quiere un pedazo de la herencia

Y, por último, quedan los fatídicos impuestos. Los herederos están a la espera de que se dilucide ante qué comunidad -Madrid o Sevilla- deben liquidar el impuesto de sucesiones. El 90% del patrimonio de la Casa Alba estaba exento de liquidar impuestos por su consideración de Patrimonio Histórico, como manifestaron en un comunicado los técnicos del Ministerio de Hacienda. El resto es lo que falta por dilucidar. Los abogados de la familia confirman que ha quedado suficientemente documentado que debe hacerse en Madrid, aunque Sevilla ha disputado ya este privilegio.

La vida de la duquesa de Alba estaba muy vinculada a Sevilla, pero mantenía su domicilio fiscal y el de la sede de sus empresas en Madrid. La ley determina que Sucesiones se liquida en la comunidad autónoma en la que más tiempo haya residido el fallecido en los últimos cinco años. Pueden justificar la residencia de un fallecido en su territorio, para que se tenga que abonar Sucesiones, mediante el rastreo de tarjetas de crédito, visitas al médico o recibos de consumo de luz o agua... Las diferencias son notables. Mientras en Madrid este impuesto está bonificado el 99%, en Andalucía los herederos podrían tener que pagar hasta el 36% de la cuota. Finalizados estos flecos podrá cerrarse este capítulo de la historia de la casa Alba.

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Dicen que la duquesa de Alba quiso dejarlo todo atado. Y lo hizo esencialmente por amor, a cambio de que sus seis hijos la “permitieran” casarse con Alfonso Díez. El 4 de julio de 2011 reunió a toda su familia ante notario y repartió en vida casi todo su patrimonio. Pero cuando se cumple un año de su muerte, aún no puede cerrarse el capítulo de su herencia. Repartido el grueso, resta por saber cómo se va a dividir el tercio de libre disposición o mejora valorado en poco más de un millón de euros y liquidar los impuestos de sucesiones. A falta de que el Estado se pronuncie, Sevilla o Madrid serán las que hagan caja con la herencia.

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