Piqué: de los bailes tras la paliza al Madrid a la guerra de hielos contra los selfies

La paliza -no se puede llamar de otra forma- que le metió el pasado sábado el Barcelona al Real Madrid en el Clásico fue monumental. El marcador cerró con cuatro tantos a favor del club blaugrana frente a un inamovible cero blanco. Un triunfo histórico que Gerard Piqué no estaba dispuesto a pasar por alto y del que dio buena cuenta esa misma noche, tras aterrizar en la Ciudad Condal, en una conocida discoteca. Le acompañaba su chica, Shakira, embutida en un vestido negro, y una veintena de amigos, con los que ocuparon uno de los palcos vips del Bling Bling, propiedad del directivo del Barça Javier Bordas. Desde ahí podían disfrutar de la fiesta sin ser molestados, a la vez que se permitía que el resto de clientes de la sala pudiesen ver quién se encontraba en uno de los reservados de la zona privada, tal y como publica 'Diario Gol'.

Piqué ha dado el salto a los titulares en numerosas ocasiones por su carácter jocoso y su personalidad arrolladora. Nadie le para. Su forma de entender la vida es traviesa y le gusta llamar la atención. Algo que le ha ocasionado algún que otro quebradero de cabeza en el pasado. También este sábado, cuando hizo gala de sus dotes de bailarín quemando zapatilla en la pista mientras sonaban los 'hits' del momento. Derrochó simpatía, pero no se olvidaba de la madre de sus hijos, con la que se mostró muy cariñoso. Besos, arrumacos, risas se sucedían entre bailes, copas, miradas furtivas al móvil para leer los mensajes y… ¡un flash! Alguien ha hecho una foto.

Pese a que no se escondió en ningún momento, Piqué no estaba dispuesto a que una desafortunada fotografía le amargase la noche. Es consciente del revuelo que genera que un deportista de su posición salga de fiesta y se desmadre. Al primer desliz en su rendimiento en el terreno de juego los reproches están asegurado. Por eso el jugador trazó una estrategia para frenar a los improvisados 'paparazzi'. Fichó de dónde venía el flash, localizó a un joven móvil en mano y comenzó el ataque… ¡con hielos!

Piqué no encontró mejor arma que pedacitos de hielo que lanzaba contra su 'enemigo'. Finalmente, tras ver que su táctica no era del todo eficiente, pese a haber acertado con uno de los hielos en la pantalla del joven, decidió mandar a un amigo a hablar con él. El malentendido se solventó. El chico simplemente se estaba haciendo un 'selfie' con una muchacha a la que acababa de conocer, tal y como relatan desde el citado medio, Piqué continuó con su fiesta y decidió ser precavido, no beber demasiado y cerrar la noche en torno a las cuatro de la madrugada para terminar de festejar el triunfo frente al Madrid en casa, ahora ya a solas con Shakira. ¿Habría hielo también en su 'after'?

Descarga la app de Vanitatis en tu móvil o tablet y no te perderás nunca la actualidad del corazón en España.