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Richard Gere y su novia se divierten en el bar que cerró Carmena y alternan con Amenábar
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ESTRENO DE 'INVISIBLES'

Richard Gere y su novia se divierten en el bar que cerró Carmena y alternan con Amenábar

El actor americano y Alejandra Silva compartieron velada con el director de cine español y su recién estrenado esposo, David Blanco. La fiesta se alargó en Ramses hasta la madrugada

Foto: Richard Gere junto a su pareja, Alejandra Silva, en la première madrileña de su última película (Gtres)
Richard Gere junto a su pareja, Alejandra Silva, en la première madrileña de su última película (Gtres)

A Richard Gere le gustaba Madrid antes de que se echara novia española. Lo hemos visto con frecuencia cuando formaba tándem solidario con Sofía de Habsburgo. Después, cada uno se fue por su lado y el actor se decantó por producto nacional bruto norteamericano. Primero Cindy Crawford, con la que no acabó demasiado bien según las memorias de la modelo, y después con la actriz Carey Lowell, de la que solo está separado y no divorciado legalmente. El tema económico los separa. Ella pide la mitad de sus bienes y Gere dice que no. Así están las cosas en su vida emocional, a la que ha incorporado desde hace un año a Alejandra Silva, con la que ha vuelto a recuperar el ritmo de Madrid. Si hace un mes, como informó Vanitatis, viajó a la capital del reino de incógnito para estar con la novia y hacer turismo, esta vez el motivo era triple.

Primero, para participar en el estreno de 'Invisibles'. Segundo, para dar apoyo público a la fundación RAIS, que asiste a familias que viven en el umbral de la pobreza y a personas que se han quedado sin hogar. Y una tercera razón que tenía que ver con su mundo afectivo. Por primera vez aparecía con Alejandra en un acto público, dando así carácter oficial a un noviazgo que hasta dentro de un tiempo no podrá acabar en boda. Ella aún no se ha divorciado de su marido y padre de su hijo, Govind Friedland, hijo del magnate Govind Friedland, dueño de explotaciones mineras en Canadá y Sudáfrica; y Gere mantiene su propio contencioso con su segunda mujer.

La promesa de Alejandra a Aménabar

Alejandra acudió con su madre y su grupo de amigos, que después compartirían fiesta en Ramses, el local del barrio de Salamanca que cerró la alcaldesa Carmena y que una vez cumplidos los requisitos ha vuelto a abrir sus puertas. Alejandra Silva, vestida por Cristina Reyes, la estilista de Tamara Falcó, lució unas joyas de la firma Suárez (pendientes, sortija, pulsera de oro blanco y diamantes) prestadas para la ocasión, igual que el reloj de Richard Gere. Lo llamativo del caso es que al actor se le vio poco la joya porque los puños de la camisa eran demasiado largos.

La pareja hizo su entrada triunfal y tras el discurso y el apoyo a RAIS se fueron a cenar con Amenábar y su marido. Alejandra estuvo en el estreno de 'Regresión', donde conoció al director de cine y quedaron en que le presentaría al novio cuando viniera a España. Y así fue. Después se reunieron con las amistades más íntimas en Ramses, como Alejandra Rojas, José Toledo, Koki y Yola Font, Mónica de Tomás o Tomás Alía. Las medidas de seguridad fueron impresionantes y aunque hubo una actriz de tercera que quiso colarse se tuvo que quedar en la parte de abajo del local.

El comentario general tanto en el cine como en la fiesta fue unánime respecto al actor: "Es encantador y cercano", a lo que alguien añadió con cierta sorna: "Igualito que Javier Bardem y Penélope Cruz".

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A Richard Gere le gustaba Madrid antes de que se echara novia española. Lo hemos visto con frecuencia cuando formaba tándem solidario con Sofía de Habsburgo. Después, cada uno se fue por su lado y el actor se decantó por producto nacional bruto norteamericano. Primero Cindy Crawford, con la que no acabó demasiado bien según las memorias de la modelo, y después con la actriz Carey Lowell, de la que solo está separado y no divorciado legalmente. El tema económico los separa. Ella pide la mitad de sus bienes y Gere dice que no. Así están las cosas en su vida emocional, a la que ha incorporado desde hace un año a Alejandra Silva, con la que ha vuelto a recuperar el ritmo de Madrid. Si hace un mes, como informó Vanitatis, viajó a la capital del reino de incógnito para estar con la novia y hacer turismo, esta vez el motivo era triple.

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