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El 'Falcon Crest' de los Álvarez: traiciones, acusaciones, venganzas e infidelidades
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El 'Falcon Crest' de los Álvarez: traiciones, acusaciones, venganzas e infidelidades

Este jueves fallecía David Álvarez, fundador de Eulen, una de las empresas más importantes de España. Desde hace años su familia vive una guerra paternofilial por el control de la compañía

Foto: David Álvarez junto a una fotografía en la que sale con sus siete hijos (Vanitatis)
David Álvarez junto a una fotografía en la que sale con sus siete hijos (Vanitatis)

Esta viernes tenía lugar en León el funeral y posterior entierro de David Álvarez Díez, el fundador del imperio Eulen, marqués de Crémenes. Todo ha ocurrido en la más estricta intimidad. Solo su familia y algunos amigos, como el exministro Jaime Mayor Oreja. Hacía años que no se hablaba con cinco de sus siete hijos, pero, salvo uno de ellos, el resto ha estado presente. Su muerte ha servido para volver a ver a la familia junta desde 2009, cuándo estalló la guerra de los Álvarez.

Siete hijos. Divididos en dos bandos: los leales (2) y los díscolos (5). Un clan enfrentado por el control de una de las empresas familiares más importantes de España. Traiciones, acusaciones, venganzas… la versión española de 'Falcon Crest'. Una historia que empezaba a mecanografiarse en 2009 y que este jueves se escribía su penúltimo capítulo con el fallecimiento del patriarca.

Don David, que es como le llamaban sus colaboradores, es uno de los grandes empresarios de este país. Creó de la nada un imperio con más de 80.000 empleados repartidos por todo el mundo. Grupo Eulen, la mayor empresa española de servicios, y la prestigiosa Bodega Vega Sicilia son solo las cabezas más reconocidas del importante 'holding' familiar. Siempre luchó por que sus hijos no se mataran entre ellos una vez que él faltase. "Eran una familia que estaba muy unida. Eran una piña" relatan a Vanitatis personas cercanas a la familia. Pero sabía que el patrimonio que había creado era suficiente para que algunos de ellos se olvidaran de los lazos familiares. No se equivocaba. O sí. Él temía que sus vástagos se enfrentaran entre ellos, no con él.

Hijos todos de su primera mujer, María Vicenta Mezquiriz, la guerra se inicia cuando el progenitor designa solo a dos de ellos Jesús David y María José herederos universales de su fortuna y además saca a los otros cinco del control de la joya de la corona, Eulen. En ese momento la familia Álvarez se convierte en un polvorín y la tan deseada unión entre los miembros del clan salta por los aires. Dejaron de juntarse incluso en Nochebuena, que era una cita obligada en los Álvarez. Los cinco hijos desheredados le declaraban la guerra a su padre. "Nunca se esperó algo así", indican personas cercanas a la familia que han vivido la evolución del conflicto. "Desde este momento se terminó toda comunicación entre padre y esos cinco hijos. Y muy a su pesar. Pero se sintió traicionado por ellos y nunca lo perdonó. Eso sí, consigo se ha llevado esa pena a la tumba".

Los motivos de la guerra de los Álvarez

¿Pero qué lleva a don David a desheredar a cinco de sus hijos? Si nos remontamos mucho en el tiempo, que se enamoró de su secretaria, casi 40 años más joven que él. Pero probablemente la lectura que se haría de esto sería distinta a si se cuenta paso a paso hacia atrás. El empresario toma esta decisión porque unos meses antes son sus cinco hijos díscolos Juan Carlos, Pablo, Emilio, Elvira y Marta María los que se aliaron para intentar retirar a su padre de Eulen y hacerse así con el control. No pudieron, pero, tras ser desheredados, volvieron a la carga y esta vez sí consiguieron retirarle de la otra empresa, El Enebro. La fractura familiar era un hecho que se dirimía en los tribunales. Incluso cuando el Rey Juan Carlos le concede el título de marqués de Crémenes por su méritos empresariales lo hizo de manera vitalicia (no hereditario) teniendo en cuenta el conflicto paternofilial.

¿Y qué llevó a esos cinco hijos a intentar retirar a su padre del control de la empresa? Pues que se había enamorado de quien había sido su secretaria, María Teresa Esquisabel Barrena, que en septiembre de 2009 se convertía en su tercera mujer. El empresario enviudó dos veces: en 1985, de su primera mujer y madre de todos sus hijos, Vicenta Mezquíriz, y en 1999, de María Teresa Vidaurrázaga, quien fuera su primera secretaria y más estrecha colaboradora. Su tercera boda tuvo lugar en la finca familiar de El Escorial. Acudieron todos sus hijos, los siete. Aquella fue la última vez que estuvieron todos juntos.

Y a pesar de que siempre huyeron del foco mediático, al final la guerra familiar pasó del salón de casa y las salas de reuniones a la esfera pública. Los comunicados de los dos bandos empezaron a llegar a los medios de comunicación. En ellos se acusaban los unos a los otros de ser los responsables de los desencuentros familiares. Mientras el patriarca acusa a sus hijos “díscolos” de vaciar la caja de las Bodegas Vega Sicilia, los vástagos dicen que su padre daña su honor y que ha torpedeado cualquier intento de reconciliación. Fuentes conocedoras del conflicto señalan a Vanitatis que "Álvarez deseaba solucionar el problema familiar, pero que para ello tenía que normalizarse el empresarial. Siempre decía una frase: Primero que me devuelvan mi chaqueta y a continuación hacemos las paces".

No pudo ser. Ha fallecido en plena guerra con cinco de sus hijos, algo que "le apenaba", indican a este medio. "Para él la familia siempre fue lo primero, hasta que le traicionaron e intentaron quitarle de enmedio para 'robarle' lo que él solo había creado", indican a este medio fuentes cercanas a la familia. Ahora será su hija María José quien sustituya a su padre al frente de Eulen. Y será quien controle el testamento y quien se encargue de hacer cumplir la última voluntad del difunto, pues su padre movió ficha previamente y la nombró su albacea.

El escándalo de infidelidad que destapó Vanitatis

Hubo otro escándalo en la familia Álvarez que saltó a la prensa rosa. La infidelidad de uno de los hijos del empresario, Emilio, a su mujer, Paloma Segrelles. Una fotografía a la que tuvo acceso Vanitatis en exclusiva mostraba al empresario besando a otra mujer, una joven rubia, en plena calle. Casualmente también formaba parte de su entorno laboral. La irrupción de una tercera persona en el matrimonio terminó en divorcio. Varias semanas después la 'socialite' hablaba para en este medio: “He tomado la decisión de presentar la demanda de divorcio ya que las circunstancias no han cambiado”.

“Ella ha esperado varias semanas con la esperanza de que se produjese un cambio de actitud en su marido y la situación se pudiera reconducir, pero finalmente se ha visto abocada a tomar esta drástica decisión”, aseguran a Vanitatis fuentes del entorno de la pareja. Tras conocer la doble vida de su marido, Paloma se refugió en su madre y sus dos hijas gemelas. “Precisamente por el bien de sus hijas Paloma pretende un divorcio no contencioso, sin demasiadas pretensiones económicas. No quiere que su proceso de separación se convierta en carne de portada”, indicaban a este medio fuentes de su entorno.

La pareja formada por Paloma Segrelles y Emilio Álvarez se casó el 6 de julio de 2007. La sonada ceremonia, celebrada en la iglesia de Santiago de Madrid, fue oficiada por el cardenal Monteiro, que en aquel momento era el nuncio de su Santidad en España. Tras la liturgia, los más de cuatrocientos invitados (entre los que se encontraban Kardam de Bulgaria y los políticos Ángel Acebes y Manuel Fraga) se trasladaron al domicilio del padre del novio. Por aquel entonces todavía se hablaban.

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Esta viernes tenía lugar en León el funeral y posterior entierro de David Álvarez Díez, el fundador del imperio Eulen, marqués de Crémenes. Todo ha ocurrido en la más estricta intimidad. Solo su familia y algunos amigos, como el exministro Jaime Mayor Oreja. Hacía años que no se hablaba con cinco de sus siete hijos, pero, salvo uno de ellos, el resto ha estado presente. Su muerte ha servido para volver a ver a la familia junta desde 2009, cuándo estalló la guerra de los Álvarez.

Paloma Segrelles
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