Cuando Rosa López cierra la puerta al amor, nosotros le abrimos tres ventanas

Rosa, como cantaba la Pantoja, “ya no cree en el amor, ha llorado bastante, no quiere que jueguen con su corazón”. Dice no al amor, no por ningún caradura que le haya prometido la luna y que después de sus besos de Judas se le haya ido. Simplemente dice no necesitar más romances que el que mantiene con su público. Nosotros, insurrectos, desoímos sus palabras y le buscamos estos tres candidatos para que recupere la ilusión.

• Luis (Larrañaga) Merlo:

Pertenece a una de las sagas de actores más importantes de esta España mía, esta España nuestra. Con su buen humor demostrable (se incorpora ahora a 'La que se avecina' y lo dio todo como Mauri en 'Aquí no hay quien viva'), Rosa volverá a sonreír y, lo que es más importante, a reír, porque el amor no siempre es dolor. Además se ha puesto cachas gracias al entrenador de los famosos, que, oye, se agradece. Aunque sabemos que esta es una relación imposible, por intentarlo que no quede. ¡Ánimo, Rosa!

• Juan Betancourt​:

A nadie le amarga un dulce ¿y de dónde viene el azúcar? ¡De Cuba 'mi-amol'! Rosa ha de seguir el camino trazado por las grandes y recordadas folclóricas (Saritísima Montiel y Marujita Díaz) y buscar el amor maduro en Cuba. Le proponemos al 'top model' internacional Juan Betancourt porque está muy bueno. Esto debería bastar, pero como no queremos quedar de superficiales ni incluir más clichés añadimos que los cubanos se pasan el día haciendo el 'amol' y por la noche haciendo el 'amol' y en definitiva a este mundo venimos a pasarlo bien.

• No hay dos sin tres: Jaime de Marichalar:

Es un truhán, es un señor, como tío Julio, cu-cú con capa y sombrero. Ya no es duque pero nos da igual. Y a ella también. Sabemos que Rosa, que es como la prima de 'Graná' de todos los españoles, no se mueve por el interés. Jaime, además de refinada conversación, le puede hacer un estilismo definitivo Infanta Elena sin trenza de raíz con el que lo pete, lo pete muchísimo, como con el 'Europe is living a celebration', pero vestida de modisto francés.

Queremos despedirnos a lo grande: CON JUAN

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