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Ana Boyer se instala en el búnker de Esther Koplowitz
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en una lujosa urbanización del paseo de la habana

Ana Boyer se instala en el búnker de Esther Koplowitz

La hija menor de Isabel Preysler y su novio, Fernando Verdasco, residen en la misma urbanización privada en la que viven la marquesa de Peñalver y sus hijas

Foto: Ana Boyer y Fernando Verdasco
Ana Boyer y Fernando Verdasco

El 8 de agosto de 2001 tenía lugar en el centro de Madrid el robo de arte del siglo. Una banda de atracadores desvalijaba la casa de Esther Koplowitz sita en el paseo de la Habana y conseguía hacerse con un preciado botín. Entre las obras sustraídas, un Goya, un Pissarro y un Brueghel. El robo dejó perpleja a la policía, que no daba crédito a que tres individuos hubiesen podido allanar el domicilio de la empresaria dotado con fuertes medidas de seguridad y varios vigilantes. Se trataba de un búnker privado para proteger a una de las mujeres más ricas del mundo. El mismo que desde hace unos meses, curiosamente, también acoge entre sus muros a Ana Boyer, la hija pequeña de Isabel Preysler.

Precisamente el interés de la joven en residir en una vivienda exclusiva “con mucha privacidad” hacía pensar a este medio en la lujosa residencia de las Koplowitz. 'Las'porque en la misma urbanización también vivió Alicia cuando estaba felizmente casada con Alberto Cortina y porque actualmente residen las hijas de Esther en varios de los inmuebles que la marquesa de Peñalver tiene a su nombre. Y es que desde hace unos años ella se ha encargado personalmente de hacerse con prácticamente la totalidad de las viviendas de esta urbanización selecta.

Este complejo del paseo de la Habana es el lugar idóneo para Ana si quiere huir de miradas curiosas. Construido unos metros por encima del nivel de la calle, las viviendas quedan completamente ocultas entre las ramas de los frondosos árboles que componen el jardín. Imposible captar a la hija de Miguel Boyer y a su novio, el tenista Fernando Verdasco, disfrutando de su ático, ni siquiera con uno de los mejores teleobjetivos del mercado.

Esta era la intención de su arquitecto,Rafael Moneo, cuando hace unos años decidió remodelar el lugar en el que había vivido el pintor Sorolla diseñando cuatro torres que conformaran una U casi perfecta en una de las zonas más privilegiadas de la capital.

Pero, como cabía esperar, estas condiciones tienen un precio. Resulta muy complicado precisar el valor real del inmueble en el que acaban de independizarse los dos tortolitos, ya que, según explican a Vanitatis fuentes de la inmobiliaria Nuroa.es, habría que tener en cuenta el estado del inmueble, los acabados y las características del complejo que, en este caso, cuenta con piscina comunitaria, gimnasio y sala de reuniones y/o celebraciones. La referencia catastral de la vivienda, a la que ha tenido acceso Vanitatis, indica que el piso de Ana y Fernandoes un ático de 303 metros cuadrados al que habría que sumarle los 100 de la terraza, que cuenta con piscina particular. En el interior, la vivienda tiene dos dormitorios, dos baños y un salón con chimenea que le aporta un toque muy acogedor.

Con estas características, ¿cuánto podría costar este piso? Pues para que los lectores se hagan una idea, una casa de 300 metros cuadrados en la misma urbanización se puso a la venta hace un tiempo en 2.775.000 euros. Este inmueble tenía los mismos metros que el de la hija de Miguel Boyer, pero la terraza era mucho más modesta, apenas 15 metros cuadrados. Por eso, no es de extrañar que el nuevo hogar de la pareja ronde un precio similar. Esa es la cantidad que ambos habrían desembolsadoa cambio de contar con una privacidad como la de Esther Koplowitz y de ver preciosos atardeceres sobre el 'skyline' de la capital.

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El 8 de agosto de 2001 tenía lugar en el centro de Madrid el robo de arte del siglo. Una banda de atracadores desvalijaba la casa de Esther Koplowitz sita en el paseo de la Habana y conseguía hacerse con un preciado botín. Entre las obras sustraídas, un Goya, un Pissarro y un Brueghel. El robo dejó perpleja a la policía, que no daba crédito a que tres individuos hubiesen podido allanar el domicilio de la empresaria dotado con fuertes medidas de seguridad y varios vigilantes. Se trataba de un búnker privado para proteger a una de las mujeres más ricas del mundo. El mismo que desde hace unos meses, curiosamente, también acoge entre sus muros a Ana Boyer, la hija pequeña de Isabel Preysler.

Esther Koplowitz
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