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García Revenga, el guardián de los secretos de las infantas abandonado por la Casa Real
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SU RELACIÓN CON LAS INFANTAS ES ESTRECHA

García Revenga, el guardián de los secretos de las infantas abandonado por la Casa Real

El secretario y fiel escudero de las infantas declaraba este miércoles en la Audiencia de Palma como testigo del caso Nóos, del que fue desimputado. Lo único que quiere ahora es que la tranquilidad vuelva a su vida

Foto: Carlos García Revenga en un fotomontaje realizado por Vanitatis
Carlos García Revenga en un fotomontaje realizado por Vanitatis

Si alguien le hubiera dicho a Carlos García Revenga hace 23 años que acabaría declarando en la Audiencia de Palma por temas delictivos en los que estarían implicados la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, seguramente lo habría calificado de perturbado o en último caso de una broma de mal gusto. Sin embargo, esta situación no solo es real, sino que incluso el secretario de las infantas llegó a estar imputado en el caso Nóos. Unos cargos que levantaría el juez Castro al considerar que su implicación no estaba demostrada y de ahí que solo fuera necesario su testimonio.

Dicen que su declaración no ha convencido. Ha asegurado que aceptó el cargo de tesorero “para que no se pusiera Doña Cristina” y que no informó de ello a la Casa del Rey porque se trataba de “una actividad privada”. Pero hoy por hoy el que fuera unode los hombres de confianza de la Casa Real se encuentra legalmente fuera del entramado de tropelías de los exduques de Palma y su socio, Diego Torres.

En realidad, Revenga, a sus 58 años, se ha convertido en una especie de apestado para el organigrama oficial de la Zarzuela. Con la llegada de Felipe VI y la nueva reestructuración, se quedó en la calle. Su cargo de secretario quedó en el aire porque las infantas ya no formaban parte de la Familia Real, sino de la familia del Rey. Esta diferencia ha servido en muchas ocasiones para justificar abusos de algunos Borbones colaterales. Cuando se hizo público el caso Nóos,se decidió apartar a la infanta Cristina por motivos obvios y también a Elena. En el caso de esta última le tocó pagar los platos rotos.

Una vez que las hermanas reales ya no tenían papel institucional, desde el departamento de Comunicación se explicó que no se justificaba el papel de Revenga en la Zarzuela. El cortafuegos impuesto por el nuevo Rey alcanzó al que había sido el guardián de los secretos de las infantas. Y sobre todo de la primogénita, a la que ayudó desde pequeña en los estudios, ya que no tenía mucha facilidad para la comprensión de los textos escolares.

Abandonado por la Casa Real

“Carlos ha sido su educador, su confesor y confidente, su paño de lágrimas… un amigo, y se lo quitaron de encima. Decían que era el daño colateral. No hubo piedad con él. De un día para otro le dejaron en la calle a una edad en la que es muy complicado encontrar trabajo. Llevaba 22 años en la casa y nadie le echó una mano”, cuentan sus amistades, que reconocen que efectivamente era funcionario eventual, pero que si se hubiera querido, “le podrían haber recolocado”. No se hicieron llamadas a empresarios de confianza como en otras ocasiones y Revenga tuvo que pedir legalmente lo que le correspondía por antigüedad.

En esto también fue pionero. No solo ha sido el primer trabajador de la Casa Real imputado (y desimputado) en un juicio, sino también el primero en atreverse ademandar a la institución en Magistratura de Trabajo. Finalmente se llegó a un acuerdo y no hubo juicio. Así se zanjaban 22 años de convivencia en la Zarzuela.

La relación de Revenga con el 'pequeño Nicolás'

Actualmente no tiene dedicación laboral y mantiene una relación familiar con la infanta Elena y sus hijos. Con ellos pasa parte de las vacaciones y comparte cenas y almuerzos. Con la primogénita y sus amistades también copas. Revenga apoyó desde el principio la decisión de Jaime de Marichalar para que Froilán fuera al internado de Segovia. Doña Elena no estaba muy convencida y tuvo que ser Carlos quien le asegurara que era lo mejor para el adolescente. De hecho, el antiguo profesor de inglés es mucho más estricto con el chico que la propia madre, mucho más blanda y poco dada a marcar pautas a sus hijos. Revenga, que también dio clases de Educación Física en el colegio Santa María del Camino, al que acudían las hermanas Borbón Grecia, aconsejaba a su exdiscípula de lo importante que era el deporte cuando las hormonas estaban revolucionadas, como era el caso de Froilán.

Guardián de muchos secretos

Mientras que con la infanta Elena la relación fraternal fue a más, nunca hubo química con el duque de Lugo, que se agravó cuando sufrió el ictus y más aún con el divorcio. Para la infanta su secretario fue su gran apoyo emocional, su confidente en una familia donde cada uno iba a lo suyo. Fueron muchos años en la Zarzuela guardando secretos y manteniendo siempre esa fidelidad junto a las infantas.

La vida actual del secretario y amigo de las hermanas reales es de perfil bajo. Divorciado desde hace tiempo, no se le conoce actualmente pareja, aunque tiene muchas amigas con las que sale a divertirse. Tiene asumido que cuando le pillan ya sabe lo que aparecerá en los medios: “Ya sé que como coincida con periodistas dirán que es mi novia, como así ha ocurrido”.

Tienedos hijas que trabajan en el extranjero y durante varios años salió con la periodista Ángela Rodicio. Mantiene a su grupo de amigos de siempre, con los que acude a restaurantes del barrio de Salamanca que no suelen estar enel listado de los top. Antes del escándalo Nóos solía acudir a inauguraciones y fiestas invitado por gabinetes de comunicación, aunque evitando los 'photocalls'.Dicen que García Revenga, hombre tranquilo y discreto, lo único que quiere es que la tranquilidad vuelva a su vida.

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Si alguien le hubiera dicho a Carlos García Revenga hace 23 años que acabaría declarando en la Audiencia de Palma por temas delictivos en los que estarían implicados la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, seguramente lo habría calificado de perturbado o en último caso de una broma de mal gusto. Sin embargo, esta situación no solo es real, sino que incluso el secretario de las infantas llegó a estar imputado en el caso Nóos. Unos cargos que levantaría el juez Castro al considerar que su implicación no estaba demostrada y de ahí que solo fuera necesario su testimonio.

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