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Ponemos nombre al inquilino de la propiedad más cara de España
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James Lupton, un financiero británico

Ponemos nombre al inquilino de la propiedad más cara de España

Se llama Sa Fortalessa, está en Mallorca, fue meca de aristócratas y artistas y ahora puede abrir las puertas al gran público. Su dueño, el tesorero del partido conservador británico

Foto: Imagen de Sa Fortalessa cedida por 'Última Hora' para Vanitatis
Imagen de Sa Fortalessa cedida por 'Última Hora' para Vanitatis

Quienes han pisado la península de Punta Avançada en la bahía de Pollensa aseguran que Sa Fortalessa es un pedazo de paraíso. Un total de 87.000 metros cuadrados en los que se puede pasear por la playa, aislarse en una de sus calas, dar un paseo por su extenso bosque con palmeras, olivos o pinos, o dormir en una de las seis casas que rodean un histórico castillo que ocupan una extensión de 20.000 metros cuadrados y que conforman un pequeño pueblo con helipuerto incluido y su propio sistema de depuración de aguas residuales. Por algo es la propiedad más cara de España.

Durante mucho tiempo nada se supo de quién era su propietario una vez que en 2008 su antiguo inquilino, el británico John Ogden, la vendiera por 40 millones de euros, un auténtico chollo cuando por aquel entonces la revista 'Forbes' llegó a valorarla en 125 millones. Lo único que se sabía es que el comprador también era británico. Desde un principio se quiso que la identidad se mantuviera en secreto. Con el tiempo, y tras subastarse en el Partido Conservador británico unas vacaciones en esta propiedad, se descubrió quién es el envidiado dueño de Sa Fortalessa: un financiero británico llamado James Lupton.

Lupton es el tesorero del partido conservador británico desde 2013 y cofundador de Greenhill Europe, una entidad de banqueros de inversión de altas esferas. Tiene 57 años, vive en el barrio exclusivo de Chelsea con su esposa de origen francés, Beatrice, y es padre de 4 hijos. Dicen los medios ingleses que su fortuna se estima en 175 millones de euros y suele alojarse en la finca desde la que avista las aguas azules del Mediterráneo.

Cuatro siglos de historia con leyendas sobre esta fortaleza circulan por los pueblos mallorquines y añaden ese punto de misterio suficiente como para envidiar a su dueño. Sa Fortalessa es un complejo residencial exclusivo con espectaculares vistas al mar y a la costa sin problemas de seguridad, que disfruta de una privacidad absoluta y al que solo se puede acceder por tierra a través de una calle privada.

De base militar a cónclave de artistas y aristócratas

Para buscar los orígenes de Sa Fortalessa de Albercuitx hay que remontarse al año 1550, cuando los sarracenos capitaneados por Dragut intentaron desembarcar y tomar Pollensa. La invasión fue frenada por los habitantes del pueblo bajo las órdenes del capitán Joan Mas, pero se dieron cuenta de la debilidad de la bahía ante cualquier invasión, así que planificaron la construcción de una fortaleza que concluyó en enero de 1628. La construcción se amplió años más tarde para convertirla en base militar permanente con una batería propia de cañones. Ya en el siglo XIX, cuando los militares abandonaron la base, fue cuando comenzó su edad dorada. De base militar a meca del arte casi por azar o más bien gracias a que el pintor argentino Roberto Ramaugé (hijo de un reconocido médico bonarense) se enamoró de Sa Fortalessa en una visita a Mallorca y la compró por 45.000 pesetas.

El pintor residía en París, pero decidió invertir su espíritu artístico en reformar y convertir el castillo y lo que le rodeaba en el epicentro de la vida cultural y social con fiestas míticas a las que acudían aristócratas y artistas como Sorolla, Anglada Camarasa, Bernareggi… Años de bohemia que sufrieron un importante parón con el estallido de la Guerra Civil. La finca fue expropiada y los cañones volvieron a sustituir a las pinturas y las veladas artísticas, hasta que en 1964 Ramaugé acudió a los tribunales para recuperarla. No logró volver a su amada fortaleza. Murió sin lograr que le devolvieran su escondite mallorquín. Fueron sus herederos e hijos, Malik y Florent, quienes lograron esa devolución, pero ninguno deseó aquella propiedad abandonada y ruinosa que había que volver a restaurar y la vendieron en 1989 a John Ogden, quien ledevolvió parte de su belleza convirtiéndola en una preciada propiedad. Dicen que el Ayuntamiento intentó conseguir la propiedad tras hablarse que podría ser el perfecto retiro de jefes de Estado y otros dignatarios por la intimidad que proporciona su estructura lejos de las miradas de ojos ajenos.

La propiedad más cara de España

Ogden puso el cartel de venta años después con un exclusivo anuncio dirigido solo a las fortunas más exclusivas. “Sa Fortalessa, con un precio de 125 millones de euros es la propiedad más cara de España”, decía el reclamo de la inmobiliaria londinense Private Office que gestionó la venta junto a la oficina de Engel & Völkers. La revista 'Forbes', que mide la fortuna de los más ricos, la situó en su 'ranking'como una propiedad exclusiva en venta por encima de muchas otras como una mansión de 103 habitaciones ubicada en un terreno de 23 hectáreas en la campiña inglesa y valorada en 88 millones de euros o el rancho Hala en Aspen propiedad del príncipe saudí y exembajador de su país en EEUU Bandar bin Sultán bin Abdul Aziz que la vendía entonces por 80 millones de euros. La elevada puja, sin embargo, no fue más que un batalla comercial que emprendieron por su cuenta las inmobiliarias Engel & Völkers y Kühn & Partner cuando conocieron la voluntad del propietario de venderla. Ogden, en cambio, la sacó a la venta por un precio que oscilaba entre los 40 y los 60 millones. Al final, se vendió por 40 millones.

Así es la mansión más cara de España

Ahora las instituciones están realizando los trámites para que su cancela se abra a los ciudadanos y brinde su ‘historia’ al público. Aseguran que al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC) su historia y estancias podrían ser expuestas a los ciudadanos según dispone la Ley de Patrimonio de 1998, pero deberán hacer una propuesta formal a su propietario.

Boda de Rudy Fernández y Helen Lindes

La fortaleza ya ha mostrado su belleza en la pequeña pantalla al convertirse en el escenario de la serie de la BBC ‘El infiltrado’ (un 'thriller' de espionaje basado en la novela de John Le Carré) que protagoniza el conocido Doctor House, el actor Hugh Laurie, y Tom Hiddleston,que en una entrevista sobre la grabación dijo quedar encantado con la fortaleza mallorquina: “Es un lugar mítico, prácticamente inaccesible, con una atmósfera llena de misterio; es casi un lugar mítico”.

También fue el lugar elegido por el jugador de baloncesto Rudy Fernandez y la modelo Helen Lindes para celebrar una boda idílica. Aunque todo lo que sucede en la fortaleza queda dentro de ella, en ambientes políticos se han producido quejas por el uso para fiestas vips que transcurren en el más puro secreto, salvo contadas ocasiones. Por ejemplo, cuando el partido conservador británico subastó una estancia en la misma para obtener fondos y que resultó ser uno de los lotes más caros al ser ‘vendida’ por 350 euros para 24 personas. Quizás pronto el resto podamos sentirnos auténticos reyes en tan aislado paraíso, aunque sea de visita. Todo depende de las finanzas de su dueño.

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Quienes han pisado la península de Punta Avançada en la bahía de Pollensa aseguran que Sa Fortalessa es un pedazo de paraíso. Un total de 87.000 metros cuadrados en los que se puede pasear por la playa, aislarse en una de sus calas, dar un paseo por su extenso bosque con palmeras, olivos o pinos, o dormir en una de las seis casas que rodean un histórico castillo que ocupan una extensión de 20.000 metros cuadrados y que conforman un pequeño pueblo con helipuerto incluido y su propio sistema de depuración de aguas residuales. Por algo es la propiedad más cara de España.

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