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La reputación de Pe y la inseminación, las cosas por las que saca las uñas Mónica Cruz
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habla en exclusiva para vanitatis

La reputación de Pe y la inseminación, las cosas por las que saca las uñas Mónica Cruz

Con una naturalidad impropia del apellido Cruz, Mónica cuenta detalles de su día a día como que ya ha destetado a Antonella, de tres años, y que no la lleva al colegio aún

Foto: Mónica Cruz (Gtres)
Mónica Cruz (Gtres)

Cuando Mónica Cruz recibe a Vanitatis en un céntrico hotel de Madrid son casi las dos de la tarde. La mañana se le ha pasado volando porque antes no solo ha tenido que posar como imagen de la marca Nescafé para un buen número de fotógrafos, sino que antes del evento ha tenido que dejar todo preparado para que en su ausencia su hija Antonella, de tres años, esté totalmente atendida. La ha dejado a cargo de su madre, algo que hace a menudo a pesar de contar con una 'nanny', pero además ha empleado parte de la mañana en dejarle su comida preparada. Cuesta imaginársela a los fuegos de la cocina viendo a una Mónica Cruz completamente impecable, ceñida en un ajustadísimo vestido y subida a unos altísimos tacones. “Estás morenísima”, es lo primero que le dice Vanitatis nada más verla. “Pues no sé de qué, la verdad, no he ido a ningún sitio”, responde ella restándole importancia.

Durante la amena charla que mantenemos con ella son muchas las ocasiones en las que la conversación deriva en Antonella. La pequeña se ha convertido en el eje central de su vida y con una naturalidad impropia del apellido Cruz, Mónica cuenta detalles de su día a día como que ya ha destetado a la niña (cumplirá tres años este sábado) y que aún no la lleva apenas al colegio porque la ve muy pequeñita. “Ahora tengo que organizarlo todo para que su rutina no se altere. Para mí eso es lo más importante y aunque yo esté agotada porque trabajo el doble, con la niña y con mi profesión, lo principal es que todas sus necesidades estén cubiertas”, explica Mónica.

Vanitatis tiene que recordarle que cuando nació Antonella ella dijo que quería volver a ser madre muy pronto. Ella misma puso incluso fecha, cuando su primogénita cumpliera los tres años, pero lo cierto es que una vez llegado ese momento entre los planes a corto plazo de Mónica no está volver a quedarse embarazada. “Ahora mismo no lo veo, la verdad. Quiero darle un hermanito, eso lo tengo claro, pero tampoco quiero robarle ahora su tiempo a ella y quiero esperar a que sea un poco más mayor y pueda involucrarse al cien por cien. La verdad es que tampoco me puedo esperar mucho más —Mónica tiene 39 años—, pero ahora de momento no”, explica. “¿Y lo harás de la misma manera? ¿Con inseminación?”, se interesa Vanitatis. “No lo sé. No puedo adelantarme al futuro, pero si tuviera que ser así lo haría de nuevo, claro que sí, porque estoy muy feliz con lo que he hecho”, responde.

"La inseminación es un tema tabú"

Lo cierto es que una vez que se anunció su embarazo, Mónica no tuvo reparos en reconocer que había decidido ser madre soltera, sin pareja y a través de inseminación artifical. Algo que sorprendió a muchos y que incluso generó algunos comentarios sobre cuál era el problema de la bailarina para encontrar pareja. “Parece que porque estés soltera tienes que tener una tara o algo. Hay que cambiar esa mentalidad. El tema de la inseminación es un tema tabú y por eso yo lo he hecho con toda la normalidad del mundo y lo he contado con toda la normalidad del mundo, pero yo no puedo cambiar el mundo sola y entre todos tenemos que hacer de ello algo normal”, dice con vehemencia y añade: “No he pensado involucrarme en ninguna asociación porque cuanta más normalidad le demos es mejor porque tampoco quiero hacer de esto como que corresponde a un tipo de mujer. Somos parte de la sociedad, no somos diferentes y eso de los grupos no me gusta porque tú sola te estás separando del grupo. Es una cosa natural como el que tiene dos padres y de repente uno se va. Hay todo tipo de familias y no pasa nada. No hay que ponerse etiquetas”.

Llama poderosamente la atención la naturalidad con la que habla Mónica de su vida privada. Nada que ver con su hermana Penélope, que si parecen dos gotas de agua físicamente, en cómo afrontar las preguntas de la prensa parecen estar en las antípodas.

Pregunta: ¿Por qué a tu hermana le cuesta tanto hablar de su vida privada? ¿Por qué tiene una relación más complicada con la prensa?

Respuesta: Bueno, yo creo que cuando las cosas se preguntan con respeto mi hermana no tiene ningún problema como tampoco lo tengo yo. Siempre que se hable con respeto y de manera natural. Lo que pasa es que tú sabes bien que se dan muchas vueltas a las cosas y a veces se hacen preguntas con muy mala leche.

P: Las dos protegéis mucho a vuestros hijos…

R: Yo respeto lo que haga cada uno, pero es la obligación de un padre proteger a los menores. Y si tú quieres que tu hijo se mantenga en el anonimato, que además es así por ley, hay que respetarlo y a veces se lo saltan.

P: ¿Cuelgas fotos en las redes sociales?

R: No, no se me ocurre. Además no es solo por seguridad es porque yo no soy quien para decidir por ella y me parece una falta de respeto hacia los niños porque además tú no puedes decirle a un 'paparazzi': "Oye, no saques a mi hija". Aquí lo de pixelar se lo saltan y lo hacen de una forma que al final no han hecho nada y cuidado con eso porque es una cosa que es así por ley. Yo soy su madre y si no quiero que salga, eso lo tienen que respetar. Y si no lo hacen, yo demandaría; lo tengo claro. Tú no puedes demandar si yo cuelgo fotos de mi hija en Instagram, pero como no lo hago...

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Cuando Mónica Cruz recibe a Vanitatis en un céntrico hotel de Madrid son casi las dos de la tarde. La mañana se le ha pasado volando porque antes no solo ha tenido que posar como imagen de la marca Nescafé para un buen número de fotógrafos, sino que antes del evento ha tenido que dejar todo preparado para que en su ausencia su hija Antonella, de tres años, esté totalmente atendida. La ha dejado a cargo de su madre, algo que hace a menudo a pesar de contar con una 'nanny', pero además ha empleado parte de la mañana en dejarle su comida preparada. Cuesta imaginársela a los fuegos de la cocina viendo a una Mónica Cruz completamente impecable, ceñida en un ajustadísimo vestido y subida a unos altísimos tacones. “Estás morenísima”, es lo primero que le dice Vanitatis nada más verla. “Pues no sé de qué, la verdad, no he ido a ningún sitio”, responde ella restándole importancia.

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