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Guerra latifundista en Utrera: la marquesa de Santaella contra el alcalde
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una familia con posesiones en toda españa

Guerra latifundista en Utrera: la marquesa de Santaella contra el alcalde

Una de las familias más pudientes de España lleva años enfrentada con un ayuntamiento a causa de una de sus muchas propiedades a lo largo y ancho de la geografía española

Foto: Fotomontaje de Vanitatis con el escudo familiar
Fotomontaje de Vanitatis con el escudo familiar

Corrían los años 70 cuando una saga de noble cuna y procedente del Madrid más castizo veraneaba en Andalucía. Los Soto Patiñoforjaron así una vinculación sentimental e industrial con la comunidad que se mantiene hasta el día de hoy. Esos veranos de expansión fueron posibles gracias a lasvastas propiedades que la familia tienea lo largo y ancho de España. Por aquel entonces, ni el marqués de Santaella ni su esposani los cuatro niños que pisaban esas áridas tierras con olor a olivopodían imaginar queuna de ellas propiciaría una gran batalla con un alcalde. María Dolores Patiño y Arróspide, marquesa viuda de Santaella, acaba de interponer una querella criminal contra el alcalde de la localidad de Utrera por prevaricación. El supuesto delito habría sido cometido por el edil por no hacer nada ante el expediente de compensación abierto hace tres años a favor de la demandante, a causa de la ocupación municipal de una finca del barrio de San Joaquíndeclarada propiedad del marquesado. “Estoy tranquilo. El Ayuntamiento está cumpliendo lo firmado hace tres años y yo estoy centrado en solucionar los problemas que de verdad preocupan a los utreranos”, ha dicho el alcalde en un comunicado al que ha tenido acceso este medio.

¿De dónde nace la guerra entre una de las familias más pudientes de España y un alcalde? Parientes lejanos de Javier Soto y de los Domecq, los Soto Patiño pasan por ser una de los clanes más discretos de la nobleza española, aunque esta 'batalla' les ha hecho cobrar un protagonismo que nunca tuvieron. Parte del pueblo utrerano los respeta a pesar de las pocas veces que estos pasan por allí. Los lugareñosa los que se refiere el alcalde están, según una fuente próxima a la marquesa, "agradecidos a ella pese a que se la suele ver más porÉcija que por Utrera. La gente agradece que,pese a que los terrenos eran de su propiedad, no quiso que se tirase abajo lo que se había construido allí ilegalmente".

Pese a que el pueblo mira con asombro la batalla entre el Ayuntamiento y la noble, doña María Dolores, como la llaman aquellos que todavía creen en la pleitesía nobiliaria, guarda silencio. La hoyviuda marquesa da, desde la tranquilidadsu piso cercano al paseo de la Castellana, la callada por respuesta. No quiere prensa ni titulares. Pocos de los que la conocen saben siquieraque "ella es la dueña de la finca Prados, donde se rodaron los exteriores de la serie 'Gran Reserva".Su silenciosa reacción ha sido una querella contra el alcalde con la que parece querer poner orden en aquello que "considera de su marido y de ella y que acciones como la de salvar el campo de fútbol que se había construido en el terreno, algoque le agradecen los chavales que lo pisan, no caiga en saco roto".

"El marqués de Santaella, ya difunto, compró una parcela enorme de terreno en la barriada de San Joaquín hace más de dos décadas”, explica a Vanitatis el abogado de la noble, Fernando Rodríguez Galisteo. La propiedad solo es una de las muchas que tiene el clan, formado por el difunto marqués, su esposa y demandante, y sus tres hijos, que poseen vastas extensiones de tierra en El Encinar (Segovia) o en Écija, donde la fachada de su palacio es toda una atracción turística de la localidad. “Cuando en 2001 murió el marqués y abrieron el testamento, la familia se encontró con que el Ayuntamiento había construido sin su permiso un campo de fútbol o un parque infantil”.

La familia puso un pleito al Ayuntamiento que acabó ganando. “El Ayuntamiento, entonces comandado por el Partido Andalucista, tenía que desalojar ese terreno. Borja Soto, actual marqués, hizo un trato por el cual si paralizábamos la demolición de lo que se había construido de manera ilegal, ellos nos daban dinero y seis parcelas urbanas. El 31 de octubre de 2013 firmó la escritura de compraventa por la cual le vendíamos la parcela de San Joaquín que era del marqués. Sin embargo, han pasado los años y no han urbanizado las seis parcelas. El actual alcalde, Villalobos, ni nos contestó. La hija de la marquesa vino a reunirse con él y dijo que lo haría, pero ha llegado el verano y aquel terreno sigue sin urbanizarse, es como un campo de patatas”, asegura el letrado. Si la marquesa viuda, ya anciana y siempre apoyada por sus hijos, consigue hacer valer su querella, podría inhabilitar al alcalde hasta el año 2031. El Ayuntamiento, con el que se ha puesto en contacto Vanitatis, se defiende. “Se va a cumplir con lo pactado siempre, pero sin presiones. Se trata de una práctica habitual en esta familia y que ya utilizó contra el anterior alcalde,Francisco Jiménez”.

Posesiones y desgracias familiares

Discreta hasta el extremo de no querer hacer declaraciones a este medio, la marquesa de Santaella ha sido, desde la muerte de su marido, la depositaria de un legado familiar que se remonta, como el propio título, varios siglos atrás. Casada con Manuel de Soto y Colón de Carvajal, el marqués de Santaella, el 8 de julio de 1959 en el Santuario de la Virgen del Perpetuo Socorro, su boda fue una de las más sonadas de la nobleza madrileña en aquellos grises años del franquismo. El matrimonio tuvo cuatro hijos y revivió sus nupcias cuando su hija Almudena se casó con Julio Heredia Falcón, marqués de Bedmar, el 25 de febrero de 1983. Celebrada en la ermita de Nuestra Señora de la Paz, en la Moraleja, las crónicas de la época la describieron como una de las bodas imprescindibles para la flor y la nata de la burguesía y la nobleza de la capital.

Sin embargo, el matrimonio formado por el marqués y su esposa también se tuvo que enfrentar a momentos menos agradables cuando vieron morir a una de sus hijas con apenas 24 años, una tragedia que marcaría para siempre el devenir de la pareja y de los suyos. María fallecía a causa de un grave accidente el 8 de abril de 1995 y dejaba desolados a sus padres. Tanto es así que los allegados aseguraban que el marqués, fallecido en julio de 2000, nunca se recuperó de la muertede su hija y eso favoreció el declive de su salud.

La familia, siempre reservada con respecto a este tipo de temas estrictamente personales, no frecuentafastosni ha hecho alarde de algunas de sus muchas posesiones. La más preciada y conocida es el palacio de Santaella, construido en el primer tercio del siglo XVIII. Su impresionante patio interiores uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca andaluza. Sin embargo, ahora es una propiedad mucho menos vistosa, la del barrio de San Joaquín en Utrera, la que ha puesto en pie de guerra a este clan de noble cuna y discretas formas. Solo el tiempo dirá si la balanza pesa de su lado o del de José María Villalobos; si pesa más el bien común, el interés patrimonial de una noble familiao aquellos veranos andaluces que siguen "muy presentes" en la memoria de esta marquesa que prefiere pronunciarse solo ante la justicia.

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Corrían los años 70 cuando una saga de noble cuna y procedente del Madrid más castizo veraneaba en Andalucía. Los Soto Patiñoforjaron así una vinculación sentimental e industrial con la comunidad que se mantiene hasta el día de hoy. Esos veranos de expansión fueron posibles gracias a lasvastas propiedades que la familia tienea lo largo y ancho de España. Por aquel entonces, ni el marqués de Santaella ni su esposani los cuatro niños que pisaban esas áridas tierras con olor a olivopodían imaginar queuna de ellas propiciaría una gran batalla con un alcalde. María Dolores Patiño y Arróspide, marquesa viuda de Santaella, acaba de interponer una querella criminal contra el alcalde de la localidad de Utrera por prevaricación. El supuesto delito habría sido cometido por el edil por no hacer nada ante el expediente de compensación abierto hace tres años a favor de la demandante, a causa de la ocupación municipal de una finca del barrio de San Joaquíndeclarada propiedad del marquesado. “Estoy tranquilo. El Ayuntamiento está cumpliendo lo firmado hace tres años y yo estoy centrado en solucionar los problemas que de verdad preocupan a los utreranos”, ha dicho el alcalde en un comunicado al que ha tenido acceso este medio.

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