El Madoff de la jet española, condenado por estafa a dos años y medio de prisión

Hasta 50 personas, nobles en su mayoría, resoplan aliviadas estos días al conocer la última decisión judicial de tres magistrados de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid. Los jueces acaban de condenar a Alfonso Bermúdez de la Puente, hijo del conde de Castelo, a dos años y medio de prisión y la resolución no puede resultar indiferente para las varias decenas de afectados que un día confiaron en él la gestión de sus finanzas. La primera en ganarle la batalla legal a este agente bancario es una aristócrata madrileña que, sin pretenderlo, se ha convertido en la heroína del resto de damnificados. Los mismos que hace unos años perdieron fortunas entre 50.000 y tres millones de euros por confiar en la persona equivocada.

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M. Bolonio

Bermúdez de la Puente se convirtió en noticia en el verano de 2012 al descubrirse una macroestafa en el Banco Popular de la que él era el presunto responsable. Lo más llamativo de su caso era que se trataba del hijo de un famoso conde y que utilizó precisamente esta condición para ganarse la confianza de los muchos amigos adinerados de su padre. Entre ellos, esta noble de Madrida la que, además de amistad, le unen lazos familiares.

Según la sentencia a la que ha tenido acceso Vanitatis, Alfonso se apropió de los 200.000 euros que esta persona le entregó para invertir en una sociedad que ha resultado inexistente. Ella le confió parte de su patrimonio y el agente bancario le habló de un proyecto inmobiliario alemán muy prometedor del que la aristócrata nunca desconfió dados los estrechos vínculos familiares y amistosos que les unían. Una relación, que, por otra parte, para los jueces ha resultado un agravante a la hora de firmar la resolución.

Si algo mantuvo la demandante durante toda su declaración (de la que Vanitatis fue testigo) fue que Bermúdez de la Puente era como un hijo para ella y que solo descubrió la estafa “cuando desde el Banco Popular le advirtieron de las anomalías que había con las inversiones gestionadas por el acusado”.

De sus declaraciones, de las del acusado y de las de otros testigos, los jueces consideran probado que Alfonso “actuó movido por un propósito de ilícito enriquecimiento, desplegando una mecánica bastante engañosa para producir error en la perjudicada” y en ello basan su fallo. El Tribunal condena al hijo del conde Castelo a dos años y medio de prisión por un delito de estafa y al pago de una multa de 10 euros diarios durante nueve meses. Además, como resulta obvio, tendrá que devolver los 200.000 euros sustraídos a la demandante más intereses y pagar la mitad de las costas del juicio.

Vanitatis también se ha puesto en contacto con la defensa de Bermúdez de la Puente para saber si había presentado recurso a la sentencia, pero han declinado hacer declaraciones al respecto a este medio.

Elevado tren de vida

Sin embargo, este juicio parece que será solo uno de los varios que el hijo del Conde de Castelo tiene pendientecon otros damnificados. Hasta seis millones de euros pudo haber estafado presuntamentea otros de sus clientes mientras trabajó como agente bancario, haciéndose así con una fortuna tan abultada que resultaba sorprendente incluso para algunos miembros de su círculo de amistades cuyo saldo en sus cuentas corrientes no era precisamente escaso. Según narran a Vanitatis algunos testigos, llamaba poderosamente la atención el tren de vida de este hijo de noble que tiró de contactos familiares para engrosar su propia cartera de clientes. La misma que ahora le sienta en el banquillo y está a punto de hacerle entrar en prisión.

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