La nuera de la Pantoja, Irene Rosales, se "come" a Nicole, la novia de Banderas

El nombre de Irene Rosales va acompañado siempre de sus colaterales. Su marido, Kiko Rivera y sobre todo su suegra, Isabel Pantoja. La joven es consciente, quizá por eso va sin remilgos por la vida. Cuando acude a un photocall se muestra simpática, abierta y responde con naturalidad a las preguntas siempre relacionadas con su extraña familia política. Irene resultó la invitada social más natural y profesional en el desfile que la firma Pronovias organizó en Barcelona.

Vestida con un diseño de fiesta en coral y pedrería, la sentaron en la primera fila, en la zona presidencial, muy cerca de Alberto Palatchi y sus hijos Marta, Alberto, Gabriela y Ediz Elhalef, marido de esta última. Irene contó que había dejado a su hija Ana con su madre, porque Kiko también tenia trabajo este fin de semana. Explicó que por fin su marido se ha tomado en serio su salud, tras la última intervención por su problema de gota.
"Está siguiendo un régimen estricto, porque ha visto las orejas al lobo. Empieza muy bien pero se cansa y rompe la dieta. Sabe que tiene que bajar de peso porque así se lo han dicho los médicos. Estoy convencida de que esta vez no lo va a dejar". En cuanto a los problemas de su cuñada Chabelita con su divorcio aseguró que "todo se arreglará, aunque no estoy muy puesta en el tema. Nosotros hablamos de otras cosas y yo no pregunto. Isa sabe que estamos para lo que necesite"

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Tampoco quiso hacer declaraciones sobre Fausto, el novio poco recomendable de la joven. "De eso no sé nada y creo que solo son amigos. No voy a opinar de algo que no me incumbe. Insisto en que cuando Isa quiera mi apoyo se lo daré, como es natural". De Isabel Pantoja comentó que había vuelto feliz de su gira Latinoamericana "Claro que nos vemos y ella encantada si llevamos a los nietos a Cantora". Irene Rosales mantiene una buena relación con los Palatchi desde que la firma Pronovias le regaló sus dos vestidos de novia.

Fue la primera vez que faltaba Susana Gallardo, divorciada hace unos meses del jefe del clan y a la que todo el mundo echó de menos. Susana es una gran dama, prefirió viajar a su casa de Menorca y pasar allí este puente. La relación con su ex marido es buena y siguen unidos por la firma que ambos sacaron adelante.
Cuarenta y cuatro modelos que desfilan en la Alta Costura de París y Milán se encargaron de mostrar las nuevas tendencias nupciales, que entusiasmaron a las más de dos mil personas invitadas por la familia. Se trata de un público variopinto que va desde los clientes de países asiáticos y latinoamericanos a las fuerzas vivas empresariales y sociales de Barcelona.
Esta vez no hubo políticos de primera fila ni tampoco ningún hijo Pujol Ferrusola, que solían acudir en ediciones anteriores. "No está el horno para bollos" comentaba un importante empresario del sector turístico al notar ausencias a las que antes se aplaudía.

Tras el desfile los invitados se trasladaron a la sala Astoria, donde siguió la fiesta con actuaciones del tipo 'Mama Mia' y música de los setenta. Entre las caras guapas Alejandra Prat, su marido Juan Manuel Alcaraz, Ana Boyer, la actriz Natalia Sánchez, Elsa Anka, Nicole Kimpel y su hermana gemela.

Resultó llamativa la poca amabilidad que mostró Nicole, novia de Antonio Banderas. No pudo atender a los medios convocados en el photocall, como estaba pactado, ya que previamente había realizado una exclusiva que retrasó su entrada triunfal. En la fiesta, tampoco quiso hablar y prefirió instalarse en la zona VIP (una especie de corralito con seguridad), sin relacionarse con nadie que no fuera su hermana y la representante.
El comentario general no fue favorable a Nicole, que se mostró muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados Banderas, siempre cercano y encantador. Entrar en las cotizaciones de las exclusivas y las presencias pagadas por curriculum ajeno es lo que tiene. Que es difícil asimilar la naturalidad. Esta vez Irene Rosales, la mujer de Kiko, se impuso por goleada a la financiera holandesa.

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