María Jiménez y los cuatro años de la peor época de su vida

“Muere Pepe Sancho a los 68 años”. Así titulaban muchos diarios, el 3 de marzo de 2013, al referirse al fallecimiento del actor. Tres días antes, su exmujer, María Jiménez, le comunicaba a Alejandro, el hijo en común de ambos, que padecía cáncer de mama. La propia artista confesaba aquel mal rato este sábado en el programa 'Viva la vida'. Aquellos que no la habían visto en un montón de tiempo volvían a sorprenderse ante su evidente aumento de peso y su cambio físico, que la actriz y cantante achacaba a la enfermedad y también a haber dejado de fumar. Lo cierto es que estos años no han sido los mejores para la estrella. El último ha sido especialmente duro. Un amigo con el que contacta Vanitatis lo certifica: “No me parece bien hablarte de esto. Debe hacerlo ella pero no, no ha sido fácil. Y eso que ella siempre ha tenido un ánimo a prueba de bombas; lo que se dice coraje”.

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J. Díaz

Desde la boda de Víctor Janeiro y Beatriz Trapote en noviembre de 2013 hasta el homenaje que se le rindió en Sevilla dos años y medio más tarde, la figura de María fue aumentando por los medicamentos y su intento de cuidarse dejando el tabaco y respetando los dictámenes de su recuperación. “No sabes las ganas de comer que te dan cuando lo dejas”, confesaba este fin de semana en el programa de Toñi Moreno. Pese a lo que pueda parecer, María no ha permanecido escondida en su chalé de Chiclana de la Frontera, donde ha residido estos años cuando no viajaba hasta Toledo para visitar a su hijo Alejandro y a su nieta, la pequeña Julia. En julio de 2014, y ya con unos kilos de más, acudió a la boda de Francisco Rivera y Lourdes Montes. Sin embargo, su batalla contra la enfermedad aún no era visible. Solamente su ligero aumento de peso.

Desde entonces y hasta su siguiente aparición, en el SICAB 2016 celebrado en noviembre de ese año, su figura aumentó y ya fue imposible ocultar lo evidente. La voz del cañí 'Se acabó' ya comentaba a los periodistas que había superado el cáncer de mama que le había sido diagnosticado en 2013. Sonriente y sin su habitual melena, aparecía con un abrigo de pieles y con su característico sentido del humor. Estilo de mujer de armas tomar, como siempre fue ella. Desde entonces sus apariciones públicas siempre han sacado a relucir su cambio físico en los medios. “Cuando has tenido cáncer es muy difícil volver a tener tu peso normal”, dice escuetamente su amigo. Pese a los varapalos, ella siempre le ha puesto ganas a la vida. En abril de este mismo año, durante un homenaje celebrado en Sevilla, se atrevía incluso a coger el micrófono y cantar algo.

Pese a las penurias, lo que sí le ha alegrado la vida estos cuatro años han sido las visitas a su nieta, que nació en 2016, y a su hijo Alejandro, que siempre ha sido su mejor apoyo. La artista sabe lo que es pasarlo mal desde hace muchos años. En enero de 1985 su hija Rocío, también fruto de su matrimonio con Pepe Sancho, murió en un accidente de tráfico con apenas 16 años. María nunca se recuperó del golpe y cuentan sus allegados que esa fue una de las razones de que se rompiese su matrimonio con el actor de 'Curro Jiménez' en 2002. Ya se habían dicho adiós en 1984, pero dos años más tarde celebraban su boda civil.

La actriz siempre demostró carácter en aquella tormentosa relación. Y lo ha vuelto a demostrar a lo largo de estos años en los que se ha movido a caballo entre Cádiz y Toledo, se ha refugiado en su nieta y ha aparcado a aquella mujer de raza que sorprendía a todos en los escenarios.

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