Es noticia
Carrey hace de todo en 'Di que sí' para "contentar" a los enfadados con EE.UU
  1. Televisión

Carrey hace de todo en 'Di que sí' para "contentar" a los enfadados con EE.UU

Jim Carrey es el actor "dinamo", un derroche de energía expresiva que está persuadido de que la vida es más interesante si se aceptan los retos,

Jim Carrey es el actor "dinamo", un derroche de energía expresiva que está persuadido de que la vida es más interesante si se aceptan los retos, y por eso ha protagonizado Di que sí, una comedia "bonita" en la que "hace a todo" y con la que le gustaría que los espectadores "perdonaran" a Estados Unidos "ocho años de enfados".

Basada en un libro autobiográfico del británico Danny Wallace, Di que sí, que se estrena este fin de semana en España, cuenta la historia de un empleado de banca divorciado al que un gurú anima a cambiar su vida con una "simple fórmula": que diga absolutamente a todo que sí.

Aprender coreano, acceder a los deseos libidinosos de una anciana, pilotar un avión, hacer puenting, disfrazarse de Harry Potter...no hay propuesta que su personaje en la película descarte, y muchas de ellas a iniciativa de Carrey, que reconoce que hay en ella "mucho de comedia física" pero que se trata de un hombre real y que el asunto "funciona". "Las películas me hablan, me dicen algo. Quería hacer algo bonito que le gustara a la gente, que les hiciera sentir bien. En los últimos ocho años Estados Unidos ha hecho todo lo posible para enfadar a todo el mundo. Ahora tocaba contentarlo", bromea el actor.

"Mi vida es como un banquete. Siempre he tenido mucha suerte, he sido muy bendecido, pero lo que me mantiene haciendo esto es la idea de entretener a las personas que van al cine y hacerles disfrutar", dice en la que probablemente sea la única frase "seria" de todo su parlamento.

 

"Infecciosamente positivo y divertido"


Carrey no ha querido entrar "en profundidades" acerca de la filosofía vital que encierra esa conducta y ha esquivado el asunto afirmando que él ha dicho que "sí" a todo lo que le ha aportado Zooey Deschanel, su partenaire y también autora de los temas que canta en la película. "Hice el filme porque quería estar muy cerca de ella", ríe, a lo que ella ha contestado que fue "infecciosamente positivo y divertido" y que le parece que aunque "no haya que decir que sí a todo, las cosas cambiarían mucho si la actitud fuera más valiente y arriesgada".

El director de la película, Peyton Reed, que describe a Carrey como "una fuente inagotable de energía, una dinamo", detalla que cuando estaban trabajando el guión hicieron una lista de cosas a las que decir que "sí" y que todo lo que se le ocurría al actor era "arriesgado y muy caro, locuras a las que dijimos que sí".

El actor quiso que la película incluyera escenas en las que él condujera una moto Ducati de 1.100 cc., e hiciera puenting. La secuencia en la que se tira de un puente se hizo al final del rodaje, no fuera a ser que le pasara "algo" al actor, y fue para Carrey una "experiencia increíble". "Una semana después seguía soñando que me chocaba contra el suelo", confiesa.

Peyton Reed asegura que lo "más difícil" para él ha sido "seguir el ritmo de Jim", pero, precisa, no es como la gente piensa, "un actor al que tenemos sujeto en una jaula y al que hay que entrenar. Es un tipo muy divertido, sí, pero también tranquilo y disciplinado". De hecho, dice, cree que Carrey debería escribir "un manual de autoayuda" porque es "muy carismático y positivo". "A lo mejor lo hago -le ha respondido-. La verdad es que estoy recogiendo muchas de las experiencias que he tenido. Me doy cuenta de que hay cosas que pasan porque tiene que ser así, y es mejor ser receptivo ante eso", resume.

Jim Carrey es el actor "dinamo", un derroche de energía expresiva que está persuadido de que la vida es más interesante si se aceptan los retos, y por eso ha protagonizado Di que sí, una comedia "bonita" en la que "hace a todo" y con la que le gustaría que los espectadores "perdonaran" a Estados Unidos "ocho años de enfados".

Basada en un libro autobiográfico del británico Danny Wallace, Di que sí, que se estrena este fin de semana en España, cuenta la historia de un empleado de banca divorciado al que un gurú anima a cambiar su vida con una "simple fórmula": que diga absolutamente a todo que sí.

Aprender coreano, acceder a los deseos libidinosos de una anciana, pilotar un avión, hacer puenting, disfrazarse de Harry Potter...no hay propuesta que su personaje en la película descarte, y muchas de ellas a iniciativa de Carrey, que reconoce que hay en ella "mucho de comedia física" pero que se trata de un hombre real y que el asunto "funciona". "Las películas me hablan, me dicen algo. Quería hacer algo bonito que le gustara a la gente, que les hiciera sentir bien. En los últimos ocho años Estados Unidos ha hecho todo lo posible para enfadar a todo el mundo. Ahora tocaba contentarlo", bromea el actor.

"Mi vida es como un banquete. Siempre he tenido mucha suerte, he sido muy bendecido, pero lo que me mantiene haciendo esto es la idea de entretener a las personas que van al cine y hacerles disfrutar", dice en la que probablemente sea la única frase "seria" de todo su parlamento.