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La obsesión por el culto al cuerpo en '21 días'
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La obsesión por el culto al cuerpo en '21 días'

Tras haber vivido en la calle y en un poblado chabolista o sufrir en sus carnes el problema de la anorexia o de fumar marihuana, Samanta

Tras haber vivido en la calle y en un poblado chabolista o sufrir en sus carnes el problema de la anorexia o de fumar marihuana, Samanta Villar quiere demostrar cómo la obsesión por conseguir un cuerpo 10 puede llegar a convertirse en una patología, en la nueva edición de 21 días que se emite esta noche en Cuatro.

La llegada del buen tiempo influye en muchas personas de una forma drástica, no por el buen tiempo en sí, sino porque eso significa mostrar más espacios corporales con los que esas personas no están satisfechas.

Samanta se pondrá en forma de la mano de Fernando Sartorius, el entrenador personal de estrellas de Hollywood como Nikole Kidman, Salma Hayek o Tom Cruise. Durante esos 21 días, la periodista seguirá una cuidada dieta en la que se ha combinado el ejercicio físico y nutrición, lo que dará grandes progresos a su estado físico.Paralelamente al entrenamiento, Samanta se somete a un chequeo médico justo antes de iniciar la experiencia y al finalizarla para comprobar su estado de salud.

El programa mostrará cómo muchas personas llevan el culto al cuerpo al extremo, a límites que pueden resultar peligrosos, como muestran los testimonios de gente anónima y de personas populares que han hecho de los gimnasios un auténtico santuario y del ejercicio una religión.

Además, Samanta conocerá a Francisco Mula, un ex-boxeador de 50 años, campeón del mundo y míster Universo de culturismo, que sigue una curiosa dieta consistente en desayunar una tortilla de 14 claras de huevo. También con Martin Mazza, un actor porno gay, que va al gimnasio dos veces al día y hasta tres veces al año se somete a ciclos de anabolizantes para mantenerse.

Otro protagonista será Eric Putzbach, colaborador de televisión y obsesionado por su propia imagen, hasta el punto de que es un asiduo al quirófano y se ha sometido a múltiples operaciones de cirugía estética.

21 días de prostitución, descartado

Curtida en los informativos territoriales de Cataluña y habiendo explorado el reporterismo en España Directo, Villar explicaba en una entrevista con El Confidencial a primeros de mes el éxito de 21 días. “Mi papel es un vehículo de empatía. Hemos tenido mucha información sobre distintos temas pero poca empatía. La gente se está dando cuenta de los problemas y reflexiona”.

En cuando a los límites de sus reportajes decía que siempre había uno. "El tema de la comida lo hemos descartado. Me veía incapaz de comer y comer hamburguesas”, decía Villar. Ni siquiera el tema de la prostitución le ha intimidado. “Era un mundo en el que me apetecía meterme. Salir vestida de puta, ir con ellas, pero en realidad no podíamos hacerlo porque no iba a llegar hasta el final y no sería real”, añadía.

Tras haber vivido en la calle y en un poblado chabolista o sufrir en sus carnes el problema de la anorexia o de fumar marihuana, Samanta Villar quiere demostrar cómo la obsesión por conseguir un cuerpo 10 puede llegar a convertirse en una patología, en la nueva edición de 21 días que se emite esta noche en Cuatro.