Es noticia
Travestirse no tiene por qué valer un Oscar
  1. Televisión

Travestirse no tiene por qué valer un Oscar

Después de haber sido nominada cinco veces al Oscar y no haberlo conseguido ninguna de ellas, Glenn Close se propuso crear un papel a su medida

Después de haber sido nominada cinco veces al Oscar y no haberlo conseguido ninguna de ellas, Glenn Close se propuso crear un papel a su medida para hacerse por fin con el preciado galardón. Fue así como se aventuró a producir y escribir junto a uno de los grandes talentos de la lenguna inglesa, John Banville, el guión del drama Albert Nobbs, la historia de una mujer que se disfraza de hombre para poder trabajar y sobrevivir en la Irlanda del siglo XIX. Es decir, una cinta en la que Close pudiera dar rienda suelta a su enorme talento interpretativo.

Sin embargo, con lo que no contaba Close es con que otra gran dama de la interpretación, Meryl Streep, iba a plantarle cara -sin necesidad de travestirse- con su brillante recreación de Margaret Tatcher en La dama de hierro. Un inconveniente que de no haberlo tenido, le hubiera llevado en volandas a su primer Oscar.

Y es que en Albert Nobbs Close demuestra que no hay papel que se le resista. De hecho, tal es la consecución de su personaje gracias a sus ademanes, sus expresiones o su voz, que a más de un espectador le chocará ver a Close de mujer y con ganas de buscar en la red fotos de la actriz vestida como una mujer fatal. Pero además, dejando a un lado esa dificultad de confundir al espectador, Close consigue que entendamos, a través de su mirada, el drama de Albert por encontrar su identidad.

No obstante, la idea de dar tanto protagonismo al talento de Close, termina por convertirse en el peor enemigo de la cinta, la cual a pesar de tener un ritmo correcto, pierde interés en aquellas escenas en las que no aparece la americana. La única que planta cara a Close y crea fascinación es una irreconocible Janet McTeer, quien merecidamente ha sido nominada al Oscar a actriz de reparto.

Aún así, la ambientación, la fotografía, la producción es de tal perfección que hace que el espectador se pregunte por qué en nuestro país no se producen -y subvencionan- cintas así. Calidad en estado puro. Una cinta para los amantes de Downton Abbey y del impresionante talento de Close.

 

 

 

Después de haber sido nominada cinco veces al Oscar y no haberlo conseguido ninguna de ellas, Glenn Close se propuso crear un papel a su medida para hacerse por fin con el preciado galardón. Fue así como se aventuró a producir y escribir junto a uno de los grandes talentos de la lenguna inglesa, John Banville, el guión del drama Albert Nobbs, la historia de una mujer que se disfraza de hombre para poder trabajar y sobrevivir en la Irlanda del siglo XIX. Es decir, una cinta en la que Close pudiera dar rienda suelta a su enorme talento interpretativo.