Antonio García Ferreras: "La objetividad es una utopía irrealizable"

Se define como periodista de izquierdas. Antonio García Ferreras se vuelve a poner al frente de Al rojo vivo a partir del próximo lunes 3 de septiembre para iniciar la nueva temporada del programa en laSexta. El presentador lo define bajo un marco de “pluralidad ideológica, política y mediática”. Busca la actualidad política dejando a un lado las versiones oficiales.

La cadena lanza el programa en un marco inestable o, al menos, impredecible. laSexta comienza una temporada a punto de fusionarse con Antena 3 y debe reservar todas sus fuerzas. Su información, sin embargo parece primordial. Al rojo vivo estrena el próximo lunes y laSexta columna lo hace el viernes 7. El segundo tratará esta temporada la evasión de capitales y los recortes bajo un contexto de 16 programas preparados hasta febrero.

Ferreras es el encargado de iniciar la temporada de la cadena. Lo hace, como viene replicando desde el principio, con honestidad. La objetividad, utopía inalcanzable para el periodista, se la deja a un lado.

¿Qué significó para ti comenzar a hacer un programa como Al rojo vivo?

Yo soy un apasionado del periodismo, de la información. Es una forma de canalizar la pasión por la actualidad. Yo era algo reticente a ser el presentador pero finalmente me convencieron y debo reconocer que es apasionante. Yo creo en un tipo de periodismo crítico, el periodismo que pone en duda las versiones oficiales.

¿Crees que hacía falta un programa como éste en televisión?

A laSexta sí le faltaba este tipo de programa. En otras cadenas hay formatos similares. Nosotros creíamos que era un momento de la vida de este país en el que estaban cambiando muchas cosas. Son tiempos complejos, duros para la vida de la gente. Era necesario hacerse preguntas y buscar respuestas. En una apuesta con mucha pluralidad ideológica, política, mediática y generacional.

¿Es más fácil hacer un programa político con la situación que vive ahora el país?

Ahora hay una energía especial en el programa porque la gente está especialmente sensible con lo que está ocurriendo en la política y en la economía porque afecta directamente a sus vidas. Hay unas reglas de juego sociales que están cambiando, que están transformándose. Hay territorio sagrado, como la sanidad o la educación, que empiezan a no serlo tanto. Eso afecta a los ciudadanos y a los suyos. Esa es una energía muy importante y muy poderosa para que el programa tenga la aceptación que tiene.

¿Es difícil ser objetivo con una situación como ésta?

Yo no intento ser objetivo. Yo tengo una visión de la vida, de la política, de la economía, de lo que debe ser este país que es mía, basada en mis experiencias, en mi formación o en mi trabajo. Intento ser honesto, objetivo creo que nadie lo es. Lo que intento es que estén representadas todas visiones de lo que debe ser este país o de lo que puede ser este país.

¿Te atacan a ti directamente, entonces, cuando describen el programa como un debate de izquierdas?

Yo soy un periodista de izquierdas que intenta hacer un periodismo crítico, honesto y creo que un periodismo inconformista que pone en duda las versiones oficiales. Es un periodismo en el que queremos que estés presentes gente que tiene una visión absolutamente antagónica de la vida.

¿Crees que una persona de derechas podría ver el programa sin sentirse incómodo?

Yo creo que si una persona de derechas, y estoy convencido de que hay muchas, lo ven, encontrarán reflejada su visión de la vida y la respuesta a muchas preguntas en la mesa, porque en la mesa siempre hay esa visión. Yo creo que una crisis tan brutal como la que vivimos hace que la gente se haga preguntas y que esté incómoda, que no acepte las respuestas de los partidos clásicos, tanto de la derecha como de la izquierda. Creo que empiezan a derribarse esas murallas trincheras. Yo creo que en este país hay demasiada política trinchera.

Hablas de subjetividad y de periodismo en un mismo programa. ¿No es contradictorio?

Yo creo que el periodismo tiene que ser fundamentalmente honesto. Yo tengo una visión de cómo creo que tienen que ser las cosas. Tengo una visión de cómo tiene que ser la vida en este país. Es una visión personal. Eso influye a la hora de plantearme los temas. Yo creo que la objetividad es una utopía, pero irrealizable e irremplazable. La honestidad es contar los hechos, buscar las claves, que haya gente que discrepe de ti en el programa. La honestidad es hacer las preguntas y las repreguntas a los protagonistas que estén allí. Yo creo en el periodismo de la honestidad, del compromiso y del inconformismo.

¿Esta forma de pensar ha cerrado la puerta de muchos invitados?

Hay políticos que tienen el valor de acudir y explicar su punto de vista. Yo creo que eso es muy importante para los ciudadanos en tiempos como estos. Hay políticos o responsables que no se atreven y creen que no diciendo nada lo tienen todo hecho. Yo creo que los ciudadanos, tanto los de derechas o los de izquierdas, demandan respuestas. En momentos como estos, más que nunca. En el programa tenemos un partido político al que representamos, el de los ciudadanos, de los votantes y de los no votantes.

El caso de José Bretón se ha tratado en las cadenas de una forma muy intensa. ¿Por qué laSexta no ha entrado tanto en este caso?

Viendo que es un acontecimiento brutal de unas dimensiones terribles, con una realidad devastadora para la madre de los niños, entiendo que tenga una trascendencia mediática potente. En laSexta, nuestra apuesta informativa va por otros caminos. No nos sentimos cómodos con hechos de estas características. Nuestra apuesta es más por un periodismo político, económico o social. Es una noticia tan trascendental que entendemos que haya espacios dedicados a tratar averiguar qué ha pasado. No es nuestra gran apuesta informativa.

¿Pero crees que son necesarias tantas horas de programación sobre el caso?

En laSexta yo no lo haría, pero un medio de comunicación privado tiene la opción de optar por la programación que considere oportuna. Nosotros en laSexta, evidentemente, no creemos que haya que hacerlo ni creemos que se deba hacer.

Cambiando de tema, ¿cómo afectará la fusión de forma directa a la cadena?

Yo creo que la fusión es una gran noticia para laSexta y para Antena 3. Nosotros somos una cadena grande para ser pequeña y pequeña para ser grande. Teníamos dos opciones: no fusionarnos y seguir el camino en solitario. Seriamos una cadena con un buen proyecto que podría subsistir pero con un tamaño mucho menos. Podíamos optar por una fusión y formar parte de un grupo referente. Podríamos competir directamente con un grupo audiovisual tan grande como Mediaset. Creo que la gran cualidad de esta operación es que somos cadenas muy diferentes con apuestas muy distintas. El mestizaje hará más rico al grupo.

Cuatro también era una cadena diferente, rompedora y joven cuando se fusionó con Telecinco

No hay miedo ninguno. Los nuevos responsables serán los que decidan pero yo creo que la apuesta por una cadena urbana de centro izquierda e inconformista es lo que continuará.

¿Y si te pidiesen que rebajases el tono de algunos temas?

Yo no acepto condicionantes. Pero creo que hay demasiada especulación basada en nada. Los temas de Al rojo vivo son los que están de actualidad.

¿Qué opinión te merece la salida de Ana Pastor de TVE y las decisiones que se están tomando?

Si hay dos cosas que detesta Ana Pastor es que alguien hable en su nombre. Ella es la que tiene que hablar sobre su futuro. Yo creo que hemos vivido ocho años, informativamente hablando, con un trabajo excepcional en la televisión pública con Fran Llorente. Creo que se había avanzado mucho. Ahora, lo que pueda pasar, lo vamos a analizar, pero no me gusta juzgar a alguien sin ver el trabajo que ha hecho.