Jandro, de ‘El hormiguero’: "Somos un éxito porque no nos hemos acomodado"

Si por algo se caracteriza El Hormiguero es por hacer experimentos. Unas veces funcionan y otras se convierten en un auténtico desastre. Así comenzó Jandro en el programa y, sin ir más lejos, se convirtió en el mago de cabecera de Pablo Motos con su propia sección fija. Forma parte de la etapa de Cuatro y el presentador no dudó en llevárselo a Antena 3, donde ahora sigue haciendo magia entre chiste y chiste.

Ahora, sin embargo, ha sacado su vena, hasta ahora desconocida, más tierna. De la noche a la mañana ha aparecido un vídeo en internet que pretende sacar sonrisas (o lágrimas) a todo aquel que lo vea. No busca nada en concreto, dice el propio Jandro, tan solo que la gente busque una solución a sus problemas y que vean el lado bueno de las cosas. Él encontró talón de Aquiles en su hija, la narradora de esta iniciativa que ya tiene más de 60.000 visitas.

¿Cómo se te ocurre este vídeo?

Surge de un problema, que es lo bonito. Fui a dar una charla en Moncloa a la que me llamaron porque uno de los ponentes se había puesto enfermo. Yo estaba ensayando este truco de magia para hacerlo en el programa. Se conectaron los puntos y se trasformó en un vídeo: las cartas negras eran los problemas y la roja era la solución. Lo grabé rápido con el iPhone, pero mi voz quedaba mal al ser un plano fijo. Entonces apareció mi hija y me di cuenta de la potencia de su voz. Probé con ella y al montar el vídeo era espectacular. Llegué al programa, se lo enseñé a Pablo Motos y se emocionó. Todo el mundo que lo veía se emocionaba. De un problema ha surgido una oportunidad.

¿Te esperabas el éxito y el recibimiento?

Para nada. Estaba pensando una presentación diferente y, de repente, por un problema llegué a esto. Lo bonito de esto es el feedback que estamos recibiendo. La gente es feliz y se emociona. No vamos a resolver el problema pero vamos a intentar buscar soluciones.

¿Por qué crees que funcionan este tipo de iniciativas?

Lo primero es la voz de una niña de tres años, pero está hablando de cosas de adultos. Encima, al final el truco es sorprendente. Se han juntado varios factores.

¿Y cómo es eso de dedicarse a ser mago?

Es complicado. Tiene que ser algo pasional y vocacional porque son muchas horas de trabajo. Ahora el panorama está muy mal. La gente no va al teatro porque en lo primero que se recorta es en el ocio. Los políticos tampoco ayudan al subir el IVA del 8 al 21%. Sin embargo, en otras épocas como la Segunda Guerra Mundial la cosa estaba mucho peor, los magos iba a apoyar a las tropas. Me parece bonito ese concepto.

¿Es un sueño cumplido?

Llevo 21 años en el mundo en el mundo de la magia y claro que poder hacerlo en televisión y vivir de ello es lo más que podía pedir.

¿Es lo que siempre quisiste ser desde joven?

No, fue por casualidades. Había terminado la EGB, no tenía nada que hacer, y empecé a comprar coleccionables en los kioscos. Surgió la curiosidad, pero nunca me plantee ser mago ni salir en la tele. Pero una cosa llevó a la otra y aquí he terminado. Todo ha ido surgiendo.

¿Cómo fue esa llamada de Pablo Motos?

Fue emocionante. No surgió por casualidad, no creo que la suerte exista. Contactó conmigo porque quería meter un gag de mi espectáculo en su guión. Quedamos por enseñárselo, le encantó, fue metiendo algunas cosas pequeñas en la radio, me contrató para su programa y luego apareció El Hormiguero. Estoy feliz. Trabajar con Pablo es un lujo. Le gusta hacer cosas divertidas, diferentes, innovadoras y arriesgadas. Si no sale bien asumimos el error y a por otro intento.

Dejando a un lado tu éxito personal, ¿cuál es el secreto del éxito de ‘El Hormiguero’?

Yo creo que el no habernos acomodado. Aunque parece el mismo programa, si lo analizas objetivamente, temporada a temporada, después de casi 1.000 hormigueros se ha hecho un programa mucho más adulto. Aunque la ciencia sigue siendo un pilar fundamental, han ido pasando muchos colaboradores y nos hemos dado cuenta de la importancia del invitado. Hay que dedicarle su programa para que esté cómodo.

Hace poco vino por segunda vez Tom Cruise y se fue encantado. No se podía creer lo que le habíamos montado otra vez. Dijo que era el programa en el que se sentía más cómodo. Se fue feliz.

Otros, sin embargo, lo han criticado fuera de España…

Una cosa es la crítica que hacen, o el comentario, y otro es lo que dicen los medios de comunicación en España. Por ejemplo, los actores de La Red Social hicieron una gracia y los titulares de aquí eran muy alarmantes. Si ves el clip original tan solo se hizo un comentario, un chiste tal y como nosotros hablamos de los franceses. De hecho, los tres actores han vuelto al programa. También se recibieron críticas de Kristen Stewart y sólo dijo que se sentía desorientada. Cuando terminó el programa aceptó encantada grabar un gag para El Hormiguero.

¿Qué será de Jandro en el futuro?

El futuro está mal, pero no tan mal como nos hacen creer. El futuro no está escrito, lo escribimos nosotros. Es verdad que las cosas no van bien pero hay que aprender de los errores y tirar para adelante, pero todos. Primero los políticos y luego nosotros. Hay que potenciar las cosas buenas. Todos hemos tenido momentos buenos este año y momentos muy duros.

El salir en televisión te ayudará mucho, ¿nuevos proyectos?

Es verdad que por salir en El hormiguero lleno mucho más un teatro que otro que tiene un espectáculo igual o mejor que el tuyo porque no tiene promoción. Este año editaré mi segundo libro con mucha ilusión y seguir haciendo teatro. La gente no tiene que quedarse en casa, es lo último que hay que hacer.

¿Qué tiene que hacer un mago para renovarse?

Olvidarse del conejo, la paloma, la chistera y adaptarse a las nuevas tecnologías. Me he dado cuenta que lo que más valora la gente es la experiencia cercana. A la gente le gusta el contacto. Cuando termino el espectáculo salgo a la puerta a saludar y lo valoran mucho.

¿Qué te ha diferenciado del resto de magos?

He intentado ser fiel a mí mismo, no copiar a otros magos. Si te gusto soy yo y si no te gusto soy yo también. Lo peor es gustar a alguien pero no ser uno mismo. Cuando voy a una gala con otros magos lo que hago ser yo mismo, contar mis propios chistes y mis presentaciones. Eso es lo que funciona.