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El Festival de Málaga da una oportunidad al 'crowfunding' en su Sección Oficial
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El Festival de Málaga da una oportunidad al 'crowfunding' en su Sección Oficial

“El cine español no va a morir. Rodaremos con dos piedras si hace falta. Seguiremos haciendo películas. Hemos venido al mundo a hacer películas”, comentaba a Vanitatis el director Enrique

“El cine español no va a morir. Rodaremos con dos piedras si hace falta. Seguiremos haciendo películas. Hemos venido al mundo a hacer películas”, comentaba a Vanitatis el director Enrique Urbizu días antes de convertirse en el vencedor de los XXVI Premios Goya.

Y así es. A pesar de los recortes del Gobierno, que han limitado las subvenciones a nuevos proyectos; la reticencia de los bancos a conceder créditos o el miedo de algunos productores a arriesgarse a financiar nueva cintas, muchos son los cineastas que han buscado un plan B para dar luz verdes a sus películas.

Se trata del crowfunding o financiación colectiva, una nueva opción para financiar proyectos creativos, que poco a poco se está convirtiendo en una alternativa en nuestro país. Ejemplo de ello ha sido El Cosmonauta, cinta que verá la luz el próximo 14 de mayo después de cuatro años de travesía y  tras haber obtenido 400.000 euros a través de aportaciones de más de 5.000 personas y organismos.

Una nueva forma de financiación que no ha pasado desapercibida para el Festival de Málaga, quien en su idea de convertirse en un festival útil para todos, ha seleccionado a una cinta financiada de esta manera, Stockholm, de Rodrigo Sorogoyen, para competir en la Sección Oficial. “Isabel Peña (La Pecera de Eva) y yo queríamos hacer una película y este guión se adecuaba bastante. Intentamos pedir una subvención, pero no confiaba nada. Además, no queríamos estar tres años esperando. Y de ahí nos llegó la idea del crowfunding”, explica a El Confidencial Sorogoyen.

En busca de 70.000 euros

Ahí comenzó su travesía para conseguir los 70.000 euros que necesitaban para rodar la película. Para ello eligieron Verkami, una plataforma en la que la gente puede hacer micro aportaciones para financiar proyectos originales y a creadores independientes. “En Verkami conseguimos 13.000 euros y lo demás han sido aportaciones privadas de amigos y familiares”, comenta.

Asimismo, el equipo de la película capitalizó su sueldo, lo que ha elevado el presupuesto de la cinta hasta 300.000 euros.  “Para  que sea atractivo para todos, dependiendo de lo que hayas invertido o trabajado, se repartirá proporcionalmente el dinero que entre en la película. Hubo gente que estaba trabajando y gente que no. Yo por ejemplo estuve sin trabajar durante la película”.

Pero, ¿qué consiguen a cambio los mecenas? “Según lo que aportas, consigues una recompensa. Con 5 euros un agradecimiento en los créditos finales, con 25 euros consigues además la descarga en HD de la película y el DVD.  También puedes conseguir entradas para la premiere, acudir al rodaje, salir como extra o convertirte en productor asociado a partir de 500 euros”, explica.

“Este tipo de financiación es muy válida para un determinado proyecto. Todavía no hay un mercado general en torno a este modelo de distribución. Creo que es muy válido para producciones pequeñas, pero no para grandes producciones. Pero sí está muy bien para dar cabida producciones de presupuestos reducidos”, comenta Juan Carlos Tous, presidente de Filmin.

El paso de la distribución 

Pero tras la financiación, a la difícil travesía de Stockholm todavía le queda un importante paso: la distribución. “Todo cambia tan rápido que no nos hemos preocupado en exceso. Hemos acabado la película, nos han cogido en Málaga y allí veremos”, comenta Sorogoyen. “Sabemos que va a ser una duda constante cual va a ser la mejor opción. Me encantaría estrenar en salas de cine, pero no malvenderla. Ojalá vengan ofertas ya que estrenar una película así en cines significaría mucho. Pero internet está ahí”.

En este sentido, Tous opina que no estaría bien hacer una película en crowfunding para luego distribuirla y exhibirla de una forma conservadora. “Hay que ser innovador en forma de distribuir. Igual que hay un plan de producción, tiene que haber un plan de exhibición. Y de ahí, de acuerdo a la financiación y al propio presupuesto, habrá que lanzar un planning”.

Planes de exhibición como el festival organizado por Filmin Atlántida Film Fest. “Nuestro festival Atlántida es para poder ser la primera ventana al público y a partir de ahí trazar una estrategia de acuerdo a la película. La idea es conseguir que este tipo de películas que no encuentran cabida en el estreno en salas de cine, puedan ver la luz”.

Estrategias como la que llevo a cabo el año pasado Paco Léon con Carmina o Revienta, que se estrenó de forma simultánea en salas de cine, internet y DVD. "La mejor forma de combatir la piratería es con la disposición de títulos en las diferentes ventanas y de una manera más temprana respecto al estreno. ¿Qué sentido tiene piratear una película cuando la tienes en buena calidad en internet por 1,95€? La piratería llega cuando una película se estrena en cine, en dos semanas no está disponible y el espectador que no la encuentra la busca en internet", comenta. 

"Hay que entender que cada película tiene que tener su propio plan de pubicidad, marketing y exhibición. No podemos aplicar un mismo modo de estreno para The Amazing Spiderman que para Carmina o Revienta. Spiderman necesita salas, espectacularidad, más permanencia, etc. Pero luego hay otro tipo de películas que necesitan otro plan", explica.

“El cine español no va a morir. Rodaremos con dos piedras si hace falta. Seguiremos haciendo películas. Hemos venido al mundo a hacer películas”, comentaba a Vanitatis el director Enrique Urbizu días antes de convertirse en el vencedor de los XXVI Premios Goya.

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