Sandra Barneda: "Sustituir a Ana Rosa es un gran reto"

Sandra Barrneda  se ha quedado sin veraneo pero no le importa. La propuesta que recibió hace unas semanas de la productora Cuarzo “no era posible rechazarla. No he tenido ninguna duda”, explica la periodista, que considera  que va a ser una gran experiencia. A partir del 1 de julio será la cara visible, junto a Joaquín Prat, en El programa de Ana Rosa.

La titular deja el espacio por vacaciones y será Barneda la que ocupe su sitio. Y aunque tiene experiencia más que sobrada con los directos asegura que “sigo teniendo mariposas en el estómago ante cada propuesta d este tipo”. Para la periodista este ha sido un buen año. Además de colaborar en El Gran Debate maneja con soltura  el programa De buena Ley, que en esta última etapa ha vivido cambios sustanciales con la consiguiente aceptación por parte de los telespectadores. Barneda también ha tenido tiempo para presentar su novela  Reír al Viento, que ella misma define como “un canto a la libertad y a la vida. Un libro optimista”

P: ¿Ya tenías organizadas las vacaciones?

R: Más o menos sabía con que días contaba libres y me lo había organizado, pero ahora todo ha cambiado. Me tomaré las vacaciones en otro momento. Para  mí es un regalo trabajar en televisión haciendo lo que me gusta

P: ¿Imaginabas que te ibas a encargar del programa de verano en el lugar de Ana Rosa Quintana?

R: Te diré que en absoluto. Y no lo digo por decir. No se me había ocurrido pensarlo. Cuando me lo propusieron hace unas semanas no lo dudé. Es un reto  y una gran responsabilidad.  Hay que tener en cuenta que el equipo de Ana Rosa es compacto, muy rodado y con mucha experiencia, con lo cual estoy muy tranquila.

P: Hay que tener en cuenta que estás acostumbrada al directo gracias a El Gran Debate

R: Sí, claro, pero cada programa es diferente  y te aseguro que siento el mismo vértigo que cuando empezaba. Quizá a lo que me tenga que acostumbrar es a levantarme a las cinco y media de la mañana. Tendré que adecuar el cuerpo a mis nuevos biorritmos

P: ¿Habrá muchos cambios con tu llegada?

R: La línea será la misma porque la actualidad manda y estamos en unos momentos donde el panorama informativo cambia constantemente y  hay que ofrecer al público lo mejor.  Son tres horas de directo donde habrá, como siempre, secciones de sociedad, reality... Esto último también me divierte. Recuerdo que cuando  presenté El Bus me lo pasé muy bien

P: ¿Te han dado ya algún consejo?

R: La gente que me conoce sabe cómo funciono y  que soy una persona muy responsable  con todo lo que hago. Por lo tanto, me han dicho que disfrute. Creo que es muy importante pasarlo bien en el trabajo. Y, en este caso, estoy  arropada por un equipo de profesionales. El mejor consejo me lo dio mi padre hace años. Me dijo  que en esta vida tenemos la obligación de una cosa: ser felices. Procuro no olvidarlo.

P: Ha sido un año muy completo. De buena ley ha funcionado muy bien y tu imagen en El Gran Debate es impecable

Si, ha sido una buenísima etapa profesional.  Pero nunca olvido que hoy estás arriba y mañana abajo. A mí me pasó y es una experiencia dura. Por eso me  entristece el ver el desolador panorama laboral de mucha gente joven y preparada, que inicia una vida con ilusión y en poco tiempo se les desmorona. Eso es imperdonable y algo de lo que deberían ser conscientes los gobernantes. No se puede aniquilar los sueños de una generación por la inoperancia de los políticos. ¿Por qué no nos cuentan de verdad lo que está pasando?

P: ¿Cómo llevas ser personaje público?

R: Procuro mantenerme en la línea de la coherencia y no me va mal. Es muy importante no cruzar el río divisorio entre tener una imagen pública y ofertar la privacidad. Si no se hace, el respeto es total

P: ¿Hay algo que te haya molestado especialmente de todo lo que se ha dicho de ti?

R: Hay que asumir las críticas, tanto buenas como malas, y la verdad es que a mí siempre me han tratado bien

P: ¿Contenta con el éxito de tu libro Reír al viento?

Sí, la novela ha funcionado muy bien y sobre todo gracias a el boca a boca. Es un canto a la libertad y a la vida. Lo que quería era que cuando los lectores leyeran la última página les dejase un buen sabor de boca.