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Helena Resano, periodista, pianista y madre sin pelos en la lengua
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'vanitatis' habla con la presentadora

Helena Resano, periodista, pianista y madre sin pelos en la lengua

Una madre con niños. Eso es lo que nos encontramos a la hora de entrevistar a Helena Resano en el Atresmedia Café, punto clave del grupo mediático

Una madre con niños. Eso es lo que nos encontramos a la hora de entrevistar a Helena Resano en el Atresmedia Café, punto clave del grupo mediático en el que ella ejerce de presentadora de informativos de La Sexta. Como una madre cualquiera, cuando llega al café, se trae a los niños. El lado maternal por encima de todo: “Cuando estás en tu papel de periodista te olvidas del resto y cuando estás con ellos intentas que tu tiempo sea sólo para ellos”, asegura. Esta pianista frustrada, sustituta de la Letizia Ortiz que dejó el Telediario de Televisióin Española rostro muy valorado por aquellos que siguen de cerca la actualidad, es una mujer comprometida, que no se calla y que no pone paños calientes a la hora de hablar de la situación actual de un país que pide cambios a gritos. Para contar su historia habría que empezar por el principio, cuando soñaba con ser pianista siendo una niña. “Yo soy muy intensa en todo, y muy motivada”, explica acerca de aquella pasión precoz.

La misma motivación fue la que la llevó de la gimnasia rítimica al piano, un sueño de infancia que persiste en la edad adulta, por muy irrealizable que sea. “Ahora que sigo a gente de mi edad que son concertistas, me dan mucha envidia porque ese era mi sueño. Sigo tocando, no tanto como me gustaría, pero sí lo hago. Me tranquiliza tocar el piano. A mi padre le relajaba que le tocase el piano y ahora en casa mi marido y mis hijos me piden que se lo toque”. Sin embargo, como ocurre en muchas historias, en el deseo de esta fan de Debussy y de las sonatas de Mozart, se interpuso una lesión de muñeca. “Iba los domingos a la radio a tocar el piano. Me gustaban mucho los estudios de radio y todo aquel mundo me llamaba mucho la atención. Cuando me operaron con 16 años y me dijeron: “Bueno, ya olvídate. No vas a poder”, supuso un drama familiar porque en mi casa todos mis hermanos habían tirado por ciencias y yo cuando dije que iba a hacer periodismo me dijeron: “Te vas a morir de hambre”.

La predicción falló y ahí sigue, como una profesional de éxito con una visión muy clara de la España que nos ha tocado vivir: “La crisis la han pagado las clases medias, que han desaparecido, los trabajadores que tenían nómina…Se han perdido derechos que se habían conseguido a lo largo de mucho tiempo. Me parece que necesitábamos madurez como sociedad en vez de llenarnos la boca con Transición y democracia. Una sociedad puede ser pionera en llegar a la luna, pero si luego tenemos cifras como la de estos días, de 2’7 millones de niños en extrema pobreza aquí en España…”. Con sus ojos de color azul intenso y sin inmutarse, Resano critica con dureza todo lo que nos ha conducido a la boca del lobo: “Yo espero que de todo esto salgamos nuevos y comprometidos, sobre todo por ellos (mientras dice esto mira a sus hijos, ensimismados en sus propios juegos). Yo me niego a dejarles a ellos una sociedad que no crea en la educación pública, en la sanidad pública, en la igualdad entre hombre y mujer, la igualdad entre los matrimonios homosexuales y heterosexuales…”

La ‘sustituta’ de Letizia

Sin embargo, si hubo un tiempo en el que Resano apareció en medios que no fuesen el suyo propio fue en 2003, cuando se convirtió en la cara que sustituía, nada más y nada menos, que a la hoy reina Letizia, entonces la periodista Letizia Ortiz. “Se generó tal expectación entre las presentadoras de informativos que se puso un foco muy grande en nuestra vida privada. Yo lo viví con normalidad, puesto que había presentado el informativo de fin de semana hasta el domingo anterior. Ocupé una silla que tenía esa especie de ‘glamour’ especial y aguanté la eterna pregunta en todas las entrevistas, pero no pasa nada”, asegura entre risas. Letizia fue una compañera para ella, aunque es consciente de que, a estas alturas, ya no será la misma que ella conoció, la que salió de Torrespaña. “Ha tenido diez años en los que ha podido hacerse a la idea de la vida que le espera. No tengo ni idea del tipo de monarquía que van a realizar, pero entiendo que será otra mujer porque habrá vivido otras experiencias”.

Las cosas tampoco son iguales para ella una década después de aquella experiencia en Televisión Española. Por ejemplo, entra en una nueva década. “Ayer, rellenando un cuestionario, fue la primera vez que verbalicé que tenía 40 años y me sonó raro a mí misma. Dicen que son los treinta de antes, pero lo cierto es que te sientes igual de joven, con las mismas ganas de seguir descubriendo cosas… Me han llegado los cuarenta sin darme cuenta, demasiado pronto, pero eso no me acompleja ni me mete prisa”. Sin prisa pero sin pausa, Resano parece aspirar a ser una madre y periodista todoterreno. Si algo le pesa, es no haber disfrutado más las cosas en su camino: “Siempre pensaba que me iba a costar mucho encontrar un trabajo y no disfrutaba los pequeños logros que iba consiguiendo. Mi consejo sería ese: disfrutarlo”. Camino le queda para disfrutar y demostrar que, efectivamente, los cuarenta son sólo un número y que todavía quedan presentadores de informativos que no se limitan a ser bustos parlantes.

Una madre con niños. Eso es lo que nos encontramos a la hora de entrevistar a Helena Resano en el Atresmedia Café, punto clave del grupo mediático en el que ella ejerce de presentadora de informativos de La Sexta. Como una madre cualquiera, cuando llega al café, se trae a los niños. El lado maternal por encima de todo: “Cuando estás en tu papel de periodista te olvidas del resto y cuando estás con ellos intentas que tu tiempo sea sólo para ellos”, asegura. Esta pianista frustrada, sustituta de la Letizia Ortiz que dejó el Telediario de Televisióin Española rostro muy valorado por aquellos que siguen de cerca la actualidad, es una mujer comprometida, que no se calla y que no pone paños calientes a la hora de hablar de la situación actual de un país que pide cambios a gritos. Para contar su historia habría que empezar por el principio, cuando soñaba con ser pianista siendo una niña. “Yo soy muy intensa en todo, y muy motivada”, explica acerca de aquella pasión precoz.

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