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Javier Sardá y Boris Izaguirre en 'Mi casa es la tuya': del bullying al éxito en TV y el amor
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CRÓNICAS DESDE MARTE

Javier Sardá y Boris Izaguirre en 'Mi casa es la tuya': del bullying al éxito en TV y el amor

Los rostros de 'Crónicas marcianas' repasaron su vida junto a Bertín Osborne, donde ambos coincidieron en relatar sus duras infancias

Foto: 'Mi casa es la tuya' con Javier Sardá y Boris Izaguirre
'Mi casa es la tuya' con Javier Sardá y Boris Izaguirre

Los reencuentros televisivos son tendencia tras el éxito de 'OT: El reencuentro', y este lunes 25 de enero 'Mi casa es la tuya' fue escenario del último. Bertín Osborne logró unir, de nuevo en televisión, a Javier Sardá y Boris Izaguirre doce años después del final de 'Crónicas marcianas', el late show más exitoso de la televisión española. Curiosamente ambos coincidieron en reconocer el bullying al que fueron sometidos durante su infancia.

Javier fue el protagonista del programa, haciendo un recorrido por su vida laboral y como suele ser habitual también personal: "Con ocho años se murió mi madre, a quien no veía desde los siete. Aún tengo recuerdos de ella, pero a veces tengo que evocarlos. La Primera Comunión la hice con ella, es uno de los pocos recuerdos que conservo, las collejas que me daba cuando jugaba en catequesis,...", comentó divertido.

[Lee aquí: La verdadera razón por la que terminó 'Crónicas marcianas' (y no fue por su audiencia)]

"En mi infancia tuve muchísimo afecto, no fue ni mucho menos una mierda. Pero sí hubo mierda, porque estábamos al final del franquismo, y porque los profesores te acosaban a hostia limpia", prosiguió, pasando entonces a hablar del bullying sufrido. "El bullying, que ahora desgraciadamente está de moda, antes lo hacían los profesores. Esto era espantoso, porque se veía como la cosa más normal. La agresión te enseñaba a ser agresor, con un clima de competitividad enfermizo. Yo una vez llegué al límite y me enganché con uno. Debía de tener 13 o 14 años, y me pareció muy triste, más ahora cuando lo recuerdo. No era sana ese tipo de educación", comentó Sardá.

"En cualquier caso, mi infancia no fue algo que no pudiera sobrellevar, sobre todo cuando uno tiene posibilidades profesionales. Además, todos nuestros hermanos estábamos muy unidos", reflexionó el presentador. Fue en este momento cuando comenzó a hablar de su hermana, Rosa María Sardá: "Empecé a ir con ella por teatros a los 9 o 10 años. Ella me lleva 17 años, por lo que ejerció de madre. He podido ver tanto los ensayos de una obra como la propia obra muchísimas veces, porque siempre me llevaba con ella a todas partes", dijo con cariño. Una buena relación que todavía se mantiene, pues ambos siguen muy unidos ayudándose en todo lo que necesitan, como comentó posteriormente.

Sus inicios, el Señor Casamajor y su pareja

"He tenido la suerte de que todos los periódicos en los que empecé escribiendo fueron cerrando", dijo entre risas, algo en lo que coincidió con Bertín, quien comentó que a él le sucedió algo similar con las empresas en las que colaboraba. "Cuando volví de la mili vine en plan serio. A por todas. La gente se moría en mi casa, no tenía ni un duro y tenía que sacar las castañas del fuego. Pude trabajar en Radio Nacional y todo lo que pudo ir bien, fue bien". En aquella etapa popularizó a su icónico personaje, el Señor Casamajor, aunque ya lo traía de casa: "Ahí nació el Señor Casamajor, que lo hacía desde pequeño para hacer reír a mi familia. Este personaje fue emblemático, porque mucha gente no sabía si era yo o había una segunda persona conmigo, lo que generó mucha expectación y seguimiento".

Sardá recuerda esa época como muy dura, pues había mucho trabajo que hacer para poder sobrevivir a la dura competencia: "Competir con Gabilondo y Del Olmo en las mañanas era quemarte, a todos le había pasado antes. Era un suicidio, y para evitarlo curramos mucho..., pero mucho. Por eso tengo fama de tener un genio muy duro. Soy de apretar las tuercas mucho, pero en cuanto es posible, soltarlas también".

Tocó entonces hablar de su vida personal, una faceta más desconocida del ahora contertulio: "En ese momento, con la fiebre del trabajo que yo tengo, no tenía mucho tiempo para dar emocionalmente. Daba menos de lo que recibía. Estaba pensando todo el tiempo en el programa del día siguiente", reflexionó. "Tengo una hija y mi pareja tiene dos más. Tengo muchísima suerte con todas. Conocí a mi mujer antes de 'Crónicas', pero allí trabajamos juntos también. Ella era mi peluquera", descubrió con socarronería. Lleva muchos años junto a ella, pero antes reconoce haber sido "un poco mujeriego, como tú", le dijo entre risas a Bertín. "Siempre con mucho respeto, pero, insisto, he dado menos de lo que recibía".

Su opinión sobre la independencia catalana

Uno de los temas más polémicos que Osborne puso sobre la mesa fue su opinión sobre la independencia catalana, un asunto en el que Javier siempre se ha mostrado rotundo: "No soy favorable a la independencia porque, entre otras cosas, no sé cómo podría ser este proceso y es algo que me preocupa". Pese a tener esta postura, Sardá no se siente atacado en Cataluña: "Me critican mucho por esta postura en televisión o en las redes sociales, pero en la calle nunca me han dicho nada. Nunca una palabra más alta que otra, jamás".

"Hay gente muy ilusionada con esto de la independencia, algo que puede derivar en mucha frustración si no termina como ellos esperan", continuó sobre este espinoso asunto. "A mí lo que me frustra es la mala comunicación entre el Estado y Cataluña. El recurso al Constitucional ha dado alas durante cuatro años a los independentistas. Hay que hablar, en un sentido muy amplio. Eso sería lo importante en este proceso, hablar", dijo zanjando la cuestión.

Boris Izaguirre y su complicada infancia

Posteriormente llegó el momento de incorporar a Boris Izaguirre a la conversación, quien comentó cómo se conocieron ambos: "Nos conocimos viendo coches. Él ya llevaba un año haciendo 'Crónicas'. Me vio dentro de un escarabajo amarillo y me explicó cómo funcionaba. Salimos del coche y me preguntó qué tenía que hacer para que trabajase con él. Fue así, rápido y directo. Le llamé mucho la atención".

Pese a que durante todo el encuentro el ambiente fue muy distendido, Boris también tocó el tema del bullying en su infancia, pues no era nada sencillo ser homosexual en Venezuela en aquella época: "Mi madre hizo un esfuerzo muy grande por protegerme, en hacerme ver que la verdadera lucha era con el resto y no con mi familia. Hay que hablarle a los que nos disgustan, algo que también me decía Javier. Mi padre decía que la realidad no es como tu casa, que el hogar es donde puede ser uno mismo, fuera igual no, y por eso había que hablarle al resto del mundo, para que avanzase".

"Recuerdo mucho que mi madre me dijo que no tratase de llamar la atención con la ropa o el pelo, porque ya la llamaba yo solo. Me costó mucho tiempo entenderlo y creo que aún no lo he hecho", dijo entre risas el escritor antes de llegar al relato de la parte más dura: "Con 9 o 10 años me dio por ir andando al colegio. Pasaba por una obra y por una embotelladora por el camino. En las dos me gritaban 'maricón', con esa edad. Me sentía como muy responsable de mi mariconería, porque me lo estaban reconociendo. Era muy abrumador y no sabía cómo solucionarlo. Lo que hice fue acercarme más a la verja donde me gritaban eso y gritaban más, se ponían más violentos. Ahora lo reconozco mejor, tenía esa reacción y no me asustaba".

Pese a esto, ahora prefiere ver solo la parte positiva, pues todavía hoy la gente le agradece el ejemplo que ha sido en la televisión española: "Me alegra mucho cuando gente de 30 años o así me dan las gracias porque les ayudé, porque le dijeron a sus padres que eran como yo. Mi imagen pública les sirvió para algo positivo y con eso me quiero quedar".

Este éxito en 'Crónicas marcianas' hizo que otros programas y cadenas le tentaran: "Intenté hacer un programa dentro de la misma cadena, para tratar de compatibilizarlo, pero no fue bien. Me ofrecieron también en otra cadena. No lo acepté pero me arrepiento, porque ahora tendría más ropa", bromeó. Pese a todo lo que se ha dicho, Boris continúa defendiendo al programa por encima de todo: "Hubiera sido un gran error no haber pasado por 'Crónicas' en mi vida. Para toda esa gente que piensa que fue un error trabajar allí, es precisamente todo lo contrario", dijo zanjando la cuestión.

Los reencuentros televisivos son tendencia tras el éxito de 'OT: El reencuentro', y este lunes 25 de enero 'Mi casa es la tuya' fue escenario del último. Bertín Osborne logró unir, de nuevo en televisión, a Javier Sardá y Boris Izaguirre doce años después del final de 'Crónicas marcianas', el late show más exitoso de la televisión española. Curiosamente ambos coincidieron en reconocer el bullying al que fueron sometidos durante su infancia.

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