'El Ministerio del Tiempo' vuelve entre lágrimas y un inicio de cine con Hitchcock

*El siguiente artículo contiene spoilers sobre el inicio de temporada de 'El Ministerio del Tiempo'

'El Ministerio del Tiempo' regresa con su esperada tercera temporada con un capítulo marcado por la despedida a Julián Martínez y por la apertura de una trama horizontal que marcará el devenir de la patrulla en los próximos 13 capítulos que, divididos en dos tandas, llegan al prime time de TVE este 1 de junio.

El primer episodio se traslada, de forma espectacular, a la batalla de Teruel de 1937, donde Julián muere a causa de un bombardeo. El impacto de esta pérdida marcará a los personajes, quienes poco tiempo tendrán para asimilar la ausencia de su compañero, ya que rápidamente se verán envueltos en una nueva misión en la que Pacino y el mismísimo Alfred Hitchcock serán los protagonistas. Una despedida con sabor agridulce, ya que la ausencia de Rodolfo Sancho resta impacto a su fallecimiento, envuelto además en una explosión que provoca cierto desconcierto en el espectador por su ejecución.

El acertado regreso de Pacino

Con su participación en la segunda temporada, Pacino se convirtió rápidamente en uno de los personajes preferidos por el público. Su regreso como miembro fijo de la patrulla no solo es una gran noticia para los seguidores, ya que mantiene la divertida y particular personalidad con la que conquistó a la audiencia, sino también para la ficción, pues su dinámica con Amelia y Alonso resulta mucho más estimulante que la del otrora protagonista.

Pacino ocupará nuevamente el lugar de Julián, pero lo hará con una carga emocional diferente puesto que, tras solucionar la muerte de su padre, se verá obligado a lidiar con la traición de un nuevo amor, quien además contribuirá a poner en jaque la estabilidad del Ministerio. En solo un par de escenas Pacino demuestra la enorme química con sus compañeros, recuperando una amistad que promete seguir dando grandes momentos.

Un regreso de cine

'El Ministerio del Tiempo' vuelve más cinematográfica que nunca, ya no solo por el aumento de su presupuesto a raíz de la participación de Netflix en su producción, sino por cómo la trama de Hitchcock impacta en la estética, el tono y los personajes en este 'Con el tiempo en los talones'.

La patrulla deberá proteger la seguridad del cineasta, sobre quien pesa una amenaza de secuestro rusa, en su visita al Festival de Cine de San Sebastián para presentar 'Vértigo'. Javier Olivares y su equipo aprovechan con acierto esta trama tanto a la hora de dejar numerosos guiños a la filmografía del director (miedo a los pájaros, Hitchcock tras la puerta...), como también para impregnar a los personajes de la personalidad de su obra. Todo un homenaje a uno de los grandes.

Una interesante trama de continuidad

La ficción recupera la esencia y estructura de la primera temporada, dejando al margen el juego con los géneros que desarrollaron en la segunda temporada, para volver a la aventura, pura alma de la serie en sus inicios. Ligado a esta vuelta a los orígenes, el Ministerio se enfrentará a una trama horizontal que ocupará los 13 episodios que componen la temporada, una dura batalla entre dos organizaciones que tratarán de destruir a la institución y que será mucho más compleja que el tráfico de obras de arte por el tiempo que llevó a cabo Lola Mendieta en el pasado.

[Ver más: Extenso tráiler de la tercera temporada de 'El Ministerio del Tiempo']

Acción, aventura e historia, mucha historia, sin perder nunca el sentido del humor que siempre ha caracterizado a 'El Ministerio del Tiempo' (mención especial para el guiño de Cayetana a su paso por 'MasterChef Celebrity'), serán los ejes de una tercera temporada que se presenta fiel a su esencia y dando un paso más en el apartado técnico. Más exteriores, riesgo narrativo y protagonismo femenino en unos capítulos que explotarán toda la mitología ministérica que a buen seguro harán las delicias de sus fieles seguidores.

Con todo esto, 'El Ministerio del Tiempo' se reafirma una vez más (y ya van...) como uno de los referentes en la ficción nacional. Por su riesgo temático y formal, por su capacidad pedagógica, por sus entrañables personajes, por su original guion...; en definitiva, por su calidad.