La experiencia totalitaria: el poder como reunión de cínicos arribistas
Lo fascinante en la obra de Todorov, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2008, es su perspectiva, esa que le concede saberse un hombre de
Lo fascinante en la obra de Todorov, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2008, es su perspectiva, esa que le concede saberse un hombre de ninguna parte, en lo político y en lo geográfico. Tzvetan Todorov (Sofía, 1939) recaló en París a mediados de los años 60 huyendo de la dictadura comunista búlgara, situándose en una suerte de tierra de nadie que le permitió observar con otros ojos no sólo lo que ocurría tras el telón de acero, sino los mismos procesos que acontecían en Occidente, donde muchos intelectuales se sentían fascinados por los regímenes comunistas. Esa procedencia también le permitió analizar desde otra perspectiva la experiencia totalitaria y sus derivas tras la caída del Muro de Berlín, así como aplicar sin complejos algunas de las enseñanzas extraídas a nuestro tiempo.
Lo fascinante en la obra de Todorov, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2008, es su perspectiva, esa que le concede saberse un hombre de ninguna parte, en lo político y en lo geográfico. Tzvetan Todorov (Sofía, 1939) recaló en París a mediados de los años 60 huyendo de la dictadura comunista búlgara, situándose en una suerte de tierra de nadie que le permitió observar con otros ojos no sólo lo que ocurría tras el telón de acero, sino los mismos procesos que acontecían en Occidente, donde muchos intelectuales se sentían fascinados por los regímenes comunistas. Esa procedencia también le permitió analizar desde otra perspectiva la experiencia totalitaria y sus derivas tras la caída del Muro de Berlín, así como aplicar sin complejos algunas de las enseñanzas extraídas a nuestro tiempo.