Fumar en pipa, un placer que no entiende de leyes
¿Adictos al tabaco o coleccionistas de piezas de museo? Los fumadores de pipa no saben con exactitud cuál es su pecado. Pero no les importa. Tienen
¿Adictos al tabaco o coleccionistas de piezas de museo? Los fumadores de pipa no saben con exactitud cuál es su pecado. Pero no les importa. Tienen la certeza de que abrir una caja de tabaco, oler su aroma, llenar la pipa y saborearla es uno de los grandes placeres que les depara la vida. “Nunca he sentido nada tan cálido entre mis labios”, dicen que musitó Sigmund Freud cuando la nicotina comenzó a hacer estragos en su boca.
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¿Adictos al tabaco o coleccionistas de piezas de museo? Los fumadores de pipa no saben con exactitud cuál es su pecado. Pero no les importa. Tienen la certeza de que abrir una caja de tabaco, oler su aroma, llenar la pipa y saborearla es uno de los grandes placeres que les depara la vida. “Nunca he sentido nada tan cálido entre mis labios”, dicen que musitó Sigmund Freud cuando la nicotina comenzó a hacer estragos en su boca.