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Sí, el tinto también hay que enfriarlo
  1. Gastronomía
el vino sabe distinto según la temperatura

Sí, el tinto también hay que enfriarlo

Hay dogmas, mitos quizá, que suelen aparecer en la manida discusión de qué temperatura se debe servir/beber el vino, seas experto, aficionado...

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“El vino debe tomarse a temperatura ambiente”, “un vino no debe enfriarse nunca en una nevera”, “¡pero qué haces metiendo el tinto en una cubitera!”. ¿Les suenan? Son frases, dogmas, mitos quizá, que suelen aparecer en la manida discusión de qué temperatura se debe servir/beber el vino, seas experto, aficionado, enteradillo o mago del postureo.

Como en todo lo que atañe a intentar poner normas a los placeres de la vida, en este caso tampoco hay una fórmula mágica. Pero lo que sí tenemos muy claro es que servir un buen vino a una temperatura inadecuada es una de las formas más elegantes y finas de estropearlo, así que vamos a intentar romper un par de mitos.

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Decir que “el vino debe beberse a temperatura ambiente” es uno de los mitos más extendidos además de más inconsistentes que existen al respecto. Primero, ¿qué es ambiente? No es lo mismo vivir en un piso en el centro de la ciudad que en un castillo francés en la montaña. Y segundo, en invierno a lo mejor cuela pero en verano, los 18-19 grados que puede tener un vino en época de bajas temperaturas, pueden convertirse en 25-30 grados en la etapa estival. Y eso no es un tinto, es una sopa. Así dicen algunos que los tintos no son para el verano.

Enfríenlo, no pasa nada, no es un sacrilegio. Recomendamos no beber un tinto a más de 18 grados y eso en verano –y en ocasiones también en invierno- solo se consigue con un enfriamiento previo (armario climatizado o nevera) o, en caso de que estemos en un restaurante, con una cubitera (y si alguien les mira raro, allá él con su sopa). Para que se hagan una idea, los cuatro grados que diferencian beber un tinto a 18º o hacerlo a 22º provoca que sean dos vinos completamente diferentes.

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Los hay que recomiendan sacar la botella a la mesa a 15-16 grados ya que irá perdiendo temperatura a lo largo de la comida y en la boca al beberlo. La postura, digamos, más radical en lo que a enfriar el tinto se refiere se la hemos escuchado al gran Alejandro Fernández, que recomienda beber sus Pesquera a 14-15º. Si el maestro lo dice…

Con los blancos, rosados, espumosos… no hay discusión posible ya que está asentado que se toman fríos. Aún así, creemos que cada vino, según sus características, debe beberse acorde a su temperatura. No es lo mismo un blanco joven que uno con crianza. Sin volver loco a nadie, que el vino está para disfrutarse, les dejamos una pequeña tabla de temperaturas recomendadas:

  • Espumosos y blancos dulces: 5-7ºC
  • Blancos jóvenes secos: 6-8ºC
  • Rosados: 7-9ºC
  • Blancos criados o fermentados en barrica: 9-12ºC
  • Tintos jóvenes: 13-15ºC
  • Tintos ligeros de crianza: 15-17ºC
  • Tintos estructurados criados en madera: 16-18ºC

“El vino debe tomarse a temperatura ambiente”, “un vino no debe enfriarse nunca en una nevera”, “¡pero qué haces metiendo el tinto en una cubitera!”. ¿Les suenan? Son frases, dogmas, mitos quizá, que suelen aparecer en la manida discusión de qué temperatura se debe servir/beber el vino, seas experto, aficionado, enteradillo o mago del postureo.