Caza y garnachas, una combinación perfecta
La caza es sin duda uno de los sabores más característicos del otoño. El resultado es especial si sabe combinarse cualquiera de sus preparaciones
La caza es sin duda uno de los sabores más característicos del otoño. El resultado es especial si sabe combinarse cualquiera de sus preparaciones, bien sean asados, guisados o estofados, con un buen vino tinto que sepa respetar los sabores y los matices propios de este tipo de carne.
El corzo o el ciervo guisados o preparados en el clásico guiso francés de civet, realzan los sabores de la carne mezclándose y potenciándose con la verdura y la sangre mientras se cuece a fuego lento para crear una textura especial que extrae los mejores matices de las piezas de monte, al abrir las fibras para ‘inyectar’ los jugos y el vino tint,o en el estofado.
El corzo presenta una carne de textura suave y ligera, que se hace aún más sabrosa y jugosa en los animales más jóvenes. Su delicadeza en boca permite hacer suculentas combinaciones con setas y salsas a base de vino tinto. EL ciervo, por el contario, se caracteriza por presentar una carne más roja, con una cantidad de grasa limitada y más tersa, que obliga a cocciones más largas y preparaciones a base de hierbas aromáticas del monte.
Estos platos dificilmente aceptan combinaciones que se no sean unos buenos vinos tintos, es más los piden a gritos, En este caso nuestra propuesta es sobre uno de nuestros vinos fetiche por que quien lo elabora, lo hace con absoluta devoción y dedicación. Hablamos de Orlando Lumbreras, que fue capaz de soñar con una gran elaboración a base de garnacha vieja y hacerla realidad desde Navarredondilla para firmar su ‘Garnacha de Gredos, Punto G 2013’.
En una parcela de suelo granítico obtiene una muy restringida y exclusiva producción de apenas 631 botellas. En ella consigue realzar a la máxima potencia la esencia de esta uva tan personal, parapermitir apreciar en nariz su acentuado carácter mineral y por supuesto la fruta roja fresca, sin olvidarnos de los tonos regaliz y a madera.Todo ello muy bien integrado tras permanecer en barrica 6 meses. Presenta además un paso en boca con buena acidez, taninos bien estructurados y textura carnosa que rematan su grado alcohólico,haciendolo por tanto un matrimonio perfecto con la potencia de la carne de monte.
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La caza es sin duda uno de los sabores más característicos del otoño. El resultado es especial si sabe combinarse cualquiera de sus preparaciones, bien sean asados, guisados o estofados, con un buen vino tinto que sepa respetar los sabores y los matices propios de este tipo de carne.
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