Lo último en viajes: lo más original que te vas a encontrar en Fitur este año

Un año más, Madrid se convierte por unos días en la capital mundial del Turismo gracias a Fitur. Por más que el sector turístico tenga dudas sobre el modelo de la feria –las ausencias de participantes de relumbrón aumentan año tras año, y las que vendrán–, la feria es un escaparate obligado para profesionales del sector turístico... al menos hasta que llega el fin de semana, cuando decenas de miles de personas enfilan los pasillos de los pabellones del Recinto Ferial de Madrid para peregrinar entre los expositores a la búsqueda, los más, de regalos promocionales y, los menos, de inspiración y ofertas en las que emplear ese maravilloso invento hijo del estado del bienestar que son las "vacaciones pagadas". Así que, vamos a repasar algunas de las tendencias que se asomarán al Ifema madrileño durante estos días de enero. ¡Buen viaje!

Hogar, dulce hogar

Pasada la fiebre por acostarse en casi el primer sofá que encontrábamos en Internet vía Couchsurfing, el viajar y alojarse en apartamentos particulares se está convirtiendo en una tendencia imparable en todo el mundo. El alquiler vacacional ha llegado para quedarse, y no es de extrañar: las escenas de familias multi-generacionales embutidas en colmenas de pisos en playas abarrotadas han pasado mayormente a la historia y, hoy, la norma es poder colarse por unos días en casas sacadas de portadas de revistas de decoración en los barrios más cool. Grandes del sector como HouseTrip.com permiten, con centenares de miles de apartamentos, casas y villas repartidos por todo el mundo y, si se quiere, todos los servicios de un hotel, que los viajeros nos mimetizemos con los locales y lloremos de pena por dejar el dúplex con solárium del barrio de Mitte que, por menos dinero que un hotel, hemos tenido como hogar. ¿Le parece poco atractivo? Siempre puede cambiar su casa por la de otros viajeros y conocer mundo gracias a empresas como MyTwinPlace o IntercambiodeCasas. Pero, recuerde: solo se intercambian las casas, no las familias. Esas cosas solo pasan en la televisión.

Fuera de los mapas

Los viajeros buscamos el más difícil todavía, y Fitur es de los mejores lugares que existen para comprobar que, aunque parezca mentira, los mapas turísticos aún tienen espacios por descubrir y por viajar, que hay modos y maneras distintos de poner tierra de por medio. Recorrer el Maya Trek, una aventura cultural por la Reserva de la Biosfera Maya de tres días de duración propuesta por el Instituto Guatemalteco de Turismo, cruzar Alemania de punta a cabo con los trenes de Deutsche Bahn al hilo del aniversario de la caída del Muro y comprobar cómo y cuánto ha cambiado el país, o tumbarse en una hamaca a esperar a que llegue el fin del mundo en una cabaña de Raratonga, en las Islas Cook, son tres opciones de viaje diferentes que cualquier viajero aceptaría... ¿Todavía más lejos, más exótico, más especial? Dése una vuelta por los stands de Paraguay, donde manda el turismo sostenible y que tiene a la Reserva Natural del Bosque Mbaracayu como destino estrella, ponga rumbo a Alaska para surfear o, el colmo de la excentricidad, acérquese a preguntar por el Afri-Ski de Lesoto, la estación de esquí más meridional del mundo, en pleno corazón africano.

El auténtico lujo

No puede faltar el hedonismo en nuestros deseos de viaje: nos merecemos todo lo bueno, sea por tierra, maro aire. Habida cuenta de que el acto de volar hace mucho que perdió todo glamour -que sí, que es verdad que lo tuvo, y no solo en la América de los 50-, ya sabemos todos que, a once mil metros de altura, sólo hay un lujo verdadero: el espacio. La diferencia entre cruzar el océano empotrado en el asiento E de una Economy Class cualquiera adivinando El llanero solitario en una pantalla lejana pasada de magentas, o hacerlo en la suite privada del Airbus E340 de Emirates sin saber qué toalla de hilo escoger para secarse tras la ducha, no se mide con palabras. A ras de suelo, contratar un viaje que nos lleve a la India a vivir el lujo de, por ejemplo, el Taj Mahal Palace de Mumbai o un palacio de Samodé, o salir de safari a la búsqueda de los últimos tigres del Rajastán, es una experiencia que hay que vivir. ¿Por mar? Invéntese su propio anuncio de perfume: compre una cesta de mimbre, llénela de buen queso y mejor vino, y pídale a su patrón que le lleve, otra vez, a recorrer todas las calas del Egeo turco en un velero. Todos estos planes -y centenares más- esperan en Fitur: buen viaje.