Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, los otros 'reyes' de Mallorca

A falta de la presencia de la reina Letizia y sus niñas en el Club Náutico de Palma, punto de encuentro de los participantes de la 36 edición de la Copa del Rey de Vela, el matrimonio Casiraghi se ha convertido en el centro de atención. Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo son jóvenes, guapos, educados y con la sonrisa siempre a mano cuando salen y entran del recinto deportivo.

No habrá encuentro 'royal'

Esta circunstancia, que debería ser la habitual en los personajes públicos, no lo es tanto y por eso llama la atención la amabilidad del hijo de Carolina de Mónaco. Que se sepa no habrá encuentro personal con los reyes Felipe y Letizia en Marivent y por ahora tampoco del jefe del Estado con su colega de navegación en los pantalanes.

Cuando don Juan Carlos participaba en la competición solía reunirse antes o después con el rey Harald de Noruega que también regateaba. Hay muchas imágenes como las de este link que prueban su buena sintonía. Incluso en una ocasión, el entonces príncipe Felipe y el monarca nórdico participaron juntos en la entrega de trofeos. Eran otros tiempos donde también había presencia real con las infantas Elena y Cristina disfrutando de lo que siempre había sido su pasión deportiva.

Copia perfecta de su padre

Este es el segundo año que Casiraghi (una copia mas perfecta que su padre) participa en la Copa del Rey, considerada como una de las top en el ranking del mundo de vela. El joven es patrón del GC32 de nombre Malizia, una embarcación considerada como el Maserati de los catamaranes. Dicen los expertos que no navegan sino que vuelan y de ahí que el pequeño de los varones Grimaldi vaya pertrechado como si fuera a la guerra con casco, chaleco y mono protector.

Para mantener la privacidad vive junto con parte de su tripulación en un chalet y repite la misma rutina que en la edición anterior. El monegasco en el náutico, sobre las diez de la mañana vestido con bermudas, polo y su mochila al hombro. Este año la firma BMW, uno de los patrocinadores de la Copa del Rey, le ha contratado como imagen. Y no podía ser mejor elección.

El miércoles por la noche será uno de los invitados que acudan la fiesta que organiza la firma alemana y el jueves participara en la cena de armadores, un encuentro clásico de las regatas. El año pasado no cumplió con la tradición de vestirse de blanco, pero daba igual. Sobresalía con su 1,85, el pelo rubio despeinado y una camisa de lino azul.

Pasión por el mar

El príncipe monegasco destacaba esa noche la pasión que siente por el mar. Hace tres años formó parte de la expedición que recorrió la travesía entre Ciudad del Cabo y Río de Janeiro. Explicaba lo importante que es trabajar en equipo cuando se está en el mar. Y es lo que hace con lo compañeros del Malizia. Antes de salir a navegar se concentra y controla que todo esté en perfecto estado de revista. Cuando regresa, hay tiempo para tomar una cerveza en el bar del náutico y saludar a los compañeros de regata.

Pierre y Beatrice se casaron hace dos años y en febrero tuvieron su primer hijo al que bautizaron con el nombre de Stefano. Un homenaje al padre que falleció en 1990, precisamente en un terrible accidente cuando participaba en una competición y su barca se estrelló.

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