Millennial vs. centennial, por qué tu raya del pelo puede decir más de tu edad que tu piel

La frase 'las modas vienen y van' no necesita ser atribuida a un filósofo o a un prestigioso diseñador de moda para reforzar su verdad. Desterramos los vaqueros campana en los 80, los recuperamos en los 2000 y ahora vuelven a ser trendy… ¿Casualidad que de forma cíclica las modas vuelvan cada 20 años? Pero este ir y venir de tendencias no se queda solo en la vestimenta, cuando hablamos de maquillaje o cabello, ocurre lo mismo y con la raya del pelo, más.

Vivimos rodeados del anunciado regreso de la pinza para recoger el cabello y las cosas son así, o te apuntas a ella o estás fuera de onda. Pues con la raya del pelo pasa un poco lo mismo. La raya en medio de los 90 y primeros 2000 dejó paso a la sofisticada raya a un lado. Si fuiste adolescente en los 2000, el flequillo power, consistente en marcar la raya del pelo en la sien opuesta y convertir los largos mechones en un falso flequillo, te sonará demasiado bien. Esta tendencia que se inició en Francia y que hasta la propia Chiara Ferragni lució en los primeros posts de su celebérrimo blog ‘The Blonde Salad’ marcaría a una generación, fiel defensora de la raya a un lado, sin necesidad de caer en el flequillo power.

Raya en medio: muy joven/nacida antes de los 80

Pero en 2021, ser millennial es casi tan vergonzoso y pasado de moda como ser boomer o generación X. Los centennials, aquellos nacidos en el nuevo milenio y 100% nativos digitales, se han convertido en los nuevos dictadores de las tendencias y, por cuestión de matemáticas, les ha tocado revivir las modas de hace 20 años que, en terreno capilar, incluyen a las diademas acordeón, las pinzas color neón, las gomas de pelo gruesas y, sí, la raya en medio.

TikTok, la red social que mejor domina el lenguaje de los centennials ha creado incluso un reto con el que demostrar que la raya en medio es mucho más favorecedora, versátil y estilosa que la raya a un lado. Aunque el reto dividió la red social, demostrando que no a todos los rostros les queda bien la raya en medio, sí es cierto que con echar un vistazo rápido a Instagram, desde los creadores de contenido más jóvenes has las influencers con solera o celebrities de la talla de JLo o Paula Echevarría han caído seducidas ante el poder de la raya en medio.

Además del apoyo de la historia y de las redes sociales, el regreso de la raya en medio también está respaldado por la pasarela. Los últimos desfiles de la alta costura no dejaban lugar a dudas. En un intento por abrazar el minimalismo y restarle protagonismo al cabello, las melenas se peinaban lacias y con la raya en medio, del mismo modo que los moños bajos y accesorizados con pasadores y coronas, siempre iban perfectamente señalados al medio.

Raya a un lado, millennial clásica

El efecto logrado con este peinado es el de un look mucho más pulido, con el que dominar el cabello y despejar el rostro, cualidades básicas de toda it girl del momento. Sin embargo, los millennials, aquellos nacidos entre los 80 y los primeros años de lo 90, la raya en medio no ha calado tan hondo y se resisten a cambiar su side part. El amor de la generación Y o millennial por la raya en medio también responde a una apropiación de una moda del pasado, en este caso, de los clásicos peinados de las décadas de los 40, 50 e incluso algunos estilismos de los 60. Por norma general, los millennials encontramos más elegante, sensual y hollywoodiense acomodar el cabello a un lado.

Nicola Dall’Asen exponía otra teoría en la un artículo de la web de Allure apuntando que, además de las modas cíclicas, también había que tener en cuenta quién nos había educado y, más concretamente, peinado durante la infancia. Hablando en primera persona, la periodista aseguraba que hacerse la raya a un lado tenía un papel distintivo en el autodescubrimiento de cada persona. “Fuimos (los millennials) criados principalmente por los baby boomers que consideraban que la raya en medio era el estándar, ya que crecieron en un momento en el que eso era extremadamente popular”, así era como la periodista justificaba esa rebeldía capilar. Si te obligaban a hacerte la raya en medio, te la harías a un lado en cuanto pudieras peinarte tú misma.

La raya en zigzag: centennial +

La raya en zigzag saltaba a las publicaciones beauty después de que Bella Hadid publicara una fotografía con una definidísima raya en movimiento, al más puro estilo Christina Aguilera o Jennifer Aniston. A diferencia de los otros peinados, la raya en zigzag no ha seguido una trayectoria tan cíclica, pero ha hecho su regreso directo desde los primeros 2000. Además de crear un efecto muy divertido y juvenil en el cuero cabelludo, el beneficio extra de este tipo de peinado está en el volumen. Al cambiar de un lado al otro, los mechones se superponen unos sobre otros y la raíz del cabello gana mucho volumen. Brigitte Macron es la secreta cabecilla del regreso de esta tendencia. Sin embargo, si la raya a un lado te define como millennial y la raya en medio como centennial, la raya en zigzag te catapulta como centennial plus, el atrevimiento y la moda hechos peinado.

Más allá de la moda: a cada rostro, una raya

Pero, antes de creer que un peinado determina tu edad y teniendo en cuenta que todo son modas, además de gustos, también hay que recordar que no todos los rostros aceptan todas las rayas. “Para saber si nos queda mejor la raya en medio o al lado, todo dependerá de la forma de nuestro rostro. La raya en medio favorece más a las caras redondeadas u ovaladas. Y la raya al lado o ligeramente ladeada favorece a los rostros más alargados”, explica Inma García, responsable de formación de los salones Menta Beauty Place en Madrid. También los rostros triangulares y romboides se ven favorecidos por la raya en medio, según comenta Ana Soriano, estilista y codirectora del salón David Künzle Fuencarral: “Disimula y dulcifica en caso de rostro redondo pero en el alargado potencia más y rejuvenece al transmitir una imagen más desenfadada con cortes midi o melenas largas con movimiento”.

El resumen es sencillo: péinate como te dé la gana, pero, sobre todo, como te sientas más cómoda.