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La gran noche de la moda en Venecia: Amal Clooney de buganvilla y Naomi Watts cierran la alfombra roja con dos looks de impacto
Ambas visiones representan la diversidad actual en la moda de gala, donde ya no existe un único canon de elegancia, sino un abanico de propuestas que conviven en armonía como demostraron el resto de invitadas de la noche
La alfombra roja del Festival de Venecia vivió anoche su momento de mayor esplendor. Tras la estela de nombres como Noomi Rapace, Emma Stone o Lady Victoria Hervey, que ya habían dejado claro que la 81ª edición se convertía en un escaparate de estilo inolvidable, llegó la hora de las últimas estrellas en posar frente a los flashes.
El cierre no pudo ser más espectacular: Amal Clooney y Naomi Watts acapararon todas las miradas con dos estilismos que demuestran cómo la moda puede dialogar entre lo clásico y lo contemporáneo, entre lo atrevido y lo romántico en la ciudad italiana.
Naomi Watts: romanticismo bordado y delicadeza atemporal
Si Amal fue la representación del riesgo cromático y la teatralidad, Naomi Watts encarnó el lado más romántico de la velada. La actriz australiana apareció con un vestido de tul nude bordado con flores multicolor, una creación etérea que parecía flotar a cada paso.
El diseño, de silueta evasé y escote palabra de honor, estaba trabajado con bordados minuciosos que evocaban un jardín en movimiento. El detalle de un lazo negro en la cintura aportaba un punto de contraste que rompía la dulzura extrema del conjunto, reafirmando la sofisticación de la actriz.
Watts completó el estilismo con un peinado de ondas suaves y un maquillaje natural en tonos rosados, fiel a ese estilo elegante y sin estridencias que la caracteriza. Una elección que confirma cómo la sencillez bien entendida puede resultar tan impactante como el más osado de los vestidos.
Amal Clooney: sofisticación con un guiño dramático
La abogada de derechos humanos es, desde hace años, uno de los grandes iconos de estilo de la alfombra roja. En esta ocasión, después de la espectacular llegada de ayer con su marido, volvió a reivindicar su lugar en el podio con un vestido buganvilla, un color que pocas se atreven a defender en una cita de tal magnitud y que ella llevó con una seguridad aplastante.
El diseño era vintage, con un cuerpo ajustado drapeado y botonadura frontal, se abría en una cola larga y teatral, aportando un juego de volúmenes perfecto para la fotografía. El contraste entre la falda corta por delante y la sobriedad de la parte trasera otorgaba un aire moderno y rompedor, recordando que Amal Clooney nunca teme arriesgar.
Acompañó el look con un clutch dorado y unos pendientes XL de inspiración escultórica, detalles que reforzaban el dramatismo del conjunto sin caer en la sobrecarga. Y unas sandalias doradas de Aquazzura. Su melena suelta con ondas glam y un maquillaje de labios neutros equilibraron el look, dejando que el color vibrante del vestido fuera el auténtico protagonista. Amal volvió a demostrar que la elegancia también puede tener un punto audaz y que el rojo no es el único tono capaz de reinar en una alfombra roja.
A su lado, George Clooney fue el perfecto acompañante, impecable en esmoquin clásico con pajarita. Juntos ofrecieron esa estampa de glamour hollywoodiense que ya forma parte de la iconografía del festival.
Si algo dejó claro esta noche veneciana es que la moda sigue siendo uno de los principales lenguajes del festival. Tanto Clooney como Watts supieron cerrar la jornada con estilismos a la altura de una edición marcada por la espectacularidad y la emoción.