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Margot Robbie sin censura: todas las claves del polémico vestido de Armani
Con este vestido, no solo promociona una película, también lanza un mensaje de poder y feminidad en un momento clave para su carrera y para la historia de la moda
Margot Robbie nunca deja indiferente sobre la alfombra roja, pero esta vez ha ido un paso más allá. La actriz australiana, nominada al Oscar y considerada una de las intérpretes más influyentes de su generación, deslumbró en Londres con un look que ha generado tanto admiración como controversia. En el estreno de 'A Big Bold Beautiful Journey', Robbie apostó por un vestido de Armani Privé que ha marcado un antes y un después en la tendencia del sheer dressing.
Un guiño de alta costura al desnudo elegante
El vestido, salido del taller de alta costura de la maison italiana, pertenece a la colección primavera 2025, una de las últimas diseñadas bajo la dirección del legendario Giorgio Armani, fallecido el pasado mes de septiembre a los 91 años. Con este gesto, Margot no solo acudió a la prémiere de su nueva película, también rindió homenaje al creador que redefinió la elegancia femenina durante más de cuatro décadas.
La pieza es un ejemplo sublime del arte de lo transparente: confeccionada en un delicado tul completamente bordado con pedrería y lentejuelas, reproduce formas botánicas y geométricas que parecen suspendidas en el aire. El resultado es un efecto de segunda piel que juega con la sensualidad sin necesidad de excesos.
Los detalles que lo convierten en un vestido histórico
Más allá de la transparencia, el vestido se distingue por una serie de elementos que refuerzan su impacto visual:
El vestido se caracteriza por un escote discreto que, sin embargo, sorprende con laterales ausentes: el tejido desaparece estratégicamente en los costados, estilizando la silueta y dejando gran parte de la espalda al descubierto. Los tirantes, finísimos y recubiertos de incrustaciones cristalinas, se cruzan en un colgante central que adorna la espalda como si se tratara de una joya suspendida. El diseño juega con tonos neutros en los bordados, que, en gamas suaves y metálicas, iluminan la piel de Robbie con destellos tornasolados, creando un efecto casi etéreo. La caída impecable, larga hasta el suelo y sin forro, confirma que se trata de una pieza concebida para brillar bajo la intensidad de los flashes.
Cada uno de estos elementos habla de la visión de Armani Privé, que en esta colección celebraba 20 años de existencia con un despliegue de brillo, texturas y referencias culturales de Asia, África y Polinesia.
Minimalismo calculado en los accesorios
Una prenda de tal magnitud no necesita competencia. Por ello, la estilista de Margot, Andrew Mukamal, apostó por el menos es más: dos anillos discretos y unos pendientes de diamantes bastaron para completar el look. El peinado, un recogido pulido con raya al medio, reforzó la sofisticación sin robar protagonismo al vestido.
El maquillaje también fue contenido: piel luminosa, labios en tono nude y ojos apenas definidos. Todo estaba pensado para que la atención se centrara en la escultural silueta y en el trabajo artesanal del vestido.
¿Por qué es polémico?
El debate alrededor del look surge de la línea difusa entre sensualidad y provocación. El vestido es prácticamente transparente, y aunque está estratégicamente cubierto por bordados, deja muy poco a la imaginación. Para los que saben de moda, es una obra maestra de la moda, que eleva el concepto de desnudez a un terreno artístico. Para otros, resulta demasiado atrevido para una alfombra roja de cine convencional.
No obstante, esta controversia no es nueva: el 'sheer dressing' ha sido una de las tendencias más comentadas en los últimos años, impulsada por estrellas como Zendaya, Florence Pugh o Beyoncé. Robbie, al elegir este diseño, se coloca en el epicentro de esa conversación global sobre la evolución del glamour.
Margot Robbie, embajadora de Armani
La relación entre la actriz y la casa italiana viene de lejos. Durante la pasada temporada de premios, Robbie ya había apostado por un diseño de Armani Privé inspirado en la Barbie Superstar de 1977 para los Globos de Oro, en plena ola del fenómeno 'Barbie'. Su fidelidad a la firma refuerza la imagen de la actriz como una de las musas contemporáneas de la marca.
Este último look, sin embargo, tiene un significado especial: además de ser uno de los últimos vestidos firmados por Armani en vida, representa el espíritu transgresor y refinado que el modisto cultivó a lo largo de su carrera.