El ambicioso proyecto levantado por el príncipe Harry va viento en popa. El nieto de la reina Isabel II ha organizado una competición entre antiguos combatientes de guerra con diversas heridas y secuelas para echar un partido de rugby sobre una silla de ruedas. A esta iniciativa se han sumado de 400 competidores de 13 países que darán lo mejor de sí a lo largo de los próximos cuatro días para alzarse con el título de ‘invicto’.

Pero después de meses ideando esta competición, el príncipe Harry no se conformaba con sentarse en el banquillo a mirar como el resto se lo pasaba bien. El no es un royal como otro cualquiera. No es muy dado a guardar las composturas en lo que a su faceta personal se refiere, por lo que no tiene reparos en saltar a la cancha para hacerse con el balón, así como la simpatía de los medios. Testigo de todo ello fue Pippa Middleton, que acompañada de Peter Phillips, no perdió detalle del encuentro.