Como cada uno de enero, la reina Margarita de Dinamarca ofreció un banquete con motivo del inicio del año. Y como cada uno de enero, las damas de la familia real volvieron a deslumbrar con sus galas y sus alhajas. La soberana escogió para la ocasión un vestido verde que ya había lucido con anterioridad y el impresionante aderezo de esmeraldas que fue realizado en 1840. Estas joyas sólo pueden ser lucidas por la reina y, como ocurre con otras joyas, no pueden abandonar Dinamarca. 

Por su parte, la princesa Mary, se decantó por un nuevo vestido blanco de manga larga, con cinta dorada a modo de cinturón, que combinó con complementos morados y una impresionante capa de piel. Como joyas, la heredera escogió el parure de rubíes, un impresionante conjunto de joyas que la reina Ingrid dejó en herencia a la mujer de su nieto Federico. 

La princesa Marie fue la más sencilla al lucir un vestido rosa palo que estrenó en la boda de Magdalena de Suecia y Chris O'Neill en junio de 2013. La sobriedad también fue su máxima en lo que se refiere a joyas. La esposa del príncipe Joaquín llevó la tiara floral de diamantes, un regalo de su suegra Margarita con motivo de su boda, y unos pendientes a tono con su atuendo.