Realcafé Bernabéu, más que un club
Estos buñuelos en tempura de tinta de calamar y piñones forman parte de una carta con recetas muy nuestras pero rejuvenecidas de una forma muy original. Texto: Esther Arroyo.
Gran parte del éxito de Realcafé Bernabéu radica en su versatilidad ya que no se presenta como un simple restaurante, sino que propone una amplia oferta hostelera para disfrutar de la gastronomía en sus diferentes vertientes y a cualquier hora del día. Del dinamismo de la planta baja a las espectaculares vistas de la zona superior solo hay un paso. Dos fórmulas diferentes ideadas con un único objetivo: complacer al cliente, madridista o no, cliente al fin y al cabo. Texto: Esther Arroyo.
Los escándalos en el seno de la directiva del Real Madrid y los malos resultados que acompañaron al club al comienzo de la temporada hicieron planear sobre él los fantasmas de la crisis. Una crisis transitoria ahora disipada gracias a la buena racha encadenada por el equipo. Sin embargo, el multiespacio que se aloja en el mítico estadio de Chamartín va viento en popa ajeno a los resultados futbolísticos, porque, por encima de todo, el Real Madrid y su templo, el Santiago Bernabéu, son siempre un reclamo para todo tipo de público que hacen del Realcafé Bernabéu un lugar de parada obligatoria. Texto: Esther Arroyo.
Su recientemente inaugurada vinoteca es otro de los puntos fuertes. Víctor Díaz asesorará al cliente a la hora de elegir entre los caldos de las bodegas más vanguardistas y los de las principales D. O. y ahora, además, existe la posibilidad de tomar vino por copas desde 1,5 euros, para lo que se ha creado la carta Anticrisis con hasta 12 referencias. Texto: Esther Arroyo.
Durante la prolongación de la sobremesa y el momento de desconexión y relax a la salida del trabajo se aconseja probar los cócteles que prepara con maestría Flavia Hernández. Lo último es una selección de 20 cócteles, algunos de ellos clásicos y otros originales, como el especial de la casa a base de champagne, vino blanco, angostura, brandy, lima y cointreau. Texto: Esther Arroyo.
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