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Piscinas que son un auténtico espectáculo

Solo mirarlas ya es darse un baño. Un chapuzón de telerrealidad que no tiene nada que ver con la tele sino con la realidad a distancia.

Solo hay que verla para creer que lo de esta piscina varada en South Beach frente al Atlántico de Miami es un paraíso. No le faltan las palmeras, ni el 'spa', ni el club de 'fitness' o las clases de yoga. Tiene cabañas junto a la piscina con solarium que son el no va más, y en rosa.

Esto sí que es un oasis en la Norteamérica más profunda y desértica, entre Utah y Arizona. En Canyon Point. Para 'cowboys' de mediodía. Es ecológico y de lujo, y todo un camaleón. Sabe cómo pasar desapercibido, pese a su suntuosidad, en medio de este sobrecogedor paisaje.

De cerca se ve cómo este 'resort' se funde con el entorno tan lunar. ¿No fue aquí dónde nació Luke Skywalker?

Esta piscina descansa sobre el acantilado, con vistas a la bahía de Funchal y las aguas atlánticas. En un hotel fundado en 1891 por un escocés que se resume en diez hectáreas que son un jardín botánico: geranios, hibiscos y salvias. Para darse un baño también de felicidad.

Una piscina en una estrecha franja de tierra entre dos colinas y con vistas impresionantes por partida triple: al lago de North Sound, al Atlántico y al Caribe. Se llega por barco o por helicóptero. No decimos más.

El Biras caribeño tiene 31 lujosas suites, con piscina privada frente al mar. Nos gustaría hacer la reserva ya.

Una cascada de aguas termales naturales cae sobre este increíble hotel jordano que nos regala esta piscina. Todo aquí es terapéutico. Hay que ir y dejarse mimar. En alguna de sus 97 habitaciones.

Hay que alejarse para ver dónde está exactamente este hotel de película con la promesa de apagar nuestra sed en su piscina. No hay como hacer la travesía por el desierto y encontrar un edén así.

En la más famosa de las Cícladas no son solo infinitas las piscinas, que son muchas, sino el azul. El lugar ideal para leer a Cavafis, Elýtis, Seferis o Cavadías.

Esta se encuentra en la localidad de Imerovigli, en el noroeste de la isla recostada sobre el mitológico Egeo.

La piscina es un balcón que te asoma al promontorio de Skaros, que rompe con la piedra las tranquilas aguas del Egeo.

Al pie del Atlas, un oasis en el interior, rodeado de olivos y habitado por caballos. Es urbano y rural a la vez, y está pensado lo mismo para el cuerpo que para el alma. No hay que elegir. Que la fabulosa piscina no te haga olvidar el bendito 'hammam'.

Está singular piscina está en uno de los más antiguos y lujosos hoteles de los alrededores del lago de Como. Te deslumbrará con su estilo 'art noveau'. Tiene vistas a la montaña alpina de La Grigna y a la localidad lombarda de Bellagio.

El agua de este piscina te servirá para sacarte de encima el calorcito tinerfeño, con el Teide guardándote las espaldas y el Atlántico a tus pies.

Presume de piscinas asiáticas, que no son como las demás. Están hechas de otros materiales: basaltos, pizarras y granitos traídos de Asia. Y están en medio de un vergel tropical. También la comida es asiática. La vista cae aquí sobre la Costa Blanca.

¡Oh, Ravello! Todo él es un canto a la belleza, como toda la Costa Amalfitana, tan rendida a los placeres terrenales. Esta piscina infinita se alarga para encontrarse con el mar (Tirreno).

Ahora tú también eres parte de la geometría, silueteando el perfil de una de las costas más amadas del verano.

Todo en Ravello es de película. Para ver desde la piscina. Por aquí se rodó "El talento de Mr Ripley", con Gwyneth Paltrow, Matt Damon y Jude Law.

Al norte de la isla, en la cumbre de un acantilado y rodeado de bosque mediterráneo, no se podía pedir más que esta piscina.

Llegado este punto, el agua se vierte en cascadas y cae hacia donde está el mar. Tiene un restaurante que se llama By the Pool y una terraza que es, cómo no, La Nube.

Hay dos piscinas en este hotel y una es esta 'infinity pool'. Están sobre un acantilado y con vistas al pueblo pesquero de Port Sóller, rodeadas de la magnífica sierra de Tramontana, la Mallorca más curvilínea.

Este cinco estrellas de piscinas sobre el mar ofrece a sus huéspedes 120 habitaciones y suites repartidas en sus 11 edificios rodeados de jardines. En la isla balear se sabe cómo vivir bien.

Esta es la 'Atlántida emergida'. En la pintoresca Oia, donde se compone el más bello de los atardeceres, está esta bella piscina, orgullo de Neptuno.

Todo en esta isla de las Cícladas es así, infinitamente azul e infinitamente blanco. Un lugar donde ampliar el horizonte.

Las cuevas que fueron de pescadores hoy son hoteles con encanto de lujo y hermosas piscinas con vistas al más azul de los mares, con permiso del Caribe. Si hasta duelen los ojos de mirar.

Este hotel de vacaciones tiene otras piscinas, pero hemos elegido este lago artificial con salida al mar. Está en Costa Calma y tiene vistas a la península de Jandía, en el extremo sur de la isla.

Junto a la playa de Khao Lak y con todo el espíritu de Lady Sarojin, la hija mayor de un noble tailandés que fue la dueña de esta casa. De leyenda a la asiática.

Querríamos estar allí para darnos un banquete platónico sobre una de estas tarimas que flotan sobre el agua. Y luego, por supuesto, un masaje tailandés en su exótico spa.

No es que tenga las playas de arena más blanca cerca, es que tiene piscinas privadas justo ahí, a tus pies.

Esta piscina forma parte de un conjunto construido con materiales naturales a semejanza de un pueblo andino. Todo en él es auténticamente peruano y está entre campos verdes y altas montañas. Verás el río Urubamba desde la tumbona. El jefe de los jardineros, experto en botánica local, te hará de guía por estas tierras.

Esta piscina es de foto. Está en la región central de Bali, junto al río Ayung, contruida en dos niveles. Parece flotar sobre la selva y tú podrás nadar sobre los árboles. O sobre los campos de arroz. Todo adornado con velas y cortinas y cojines de colores. El lujo balinés tiene estas cosas.

Esta piscina está sobre las aguas del Índico, en el atolón Ari Norte, también llamado Alif Alif. Suena a paraíso, piensas, mientras ves llegar un barco.

Sí, estas suites están diseñadas para olvidar la realidad (la cotidiana). A la vista está.

El más difícil todavía: una piscina dentro de una piscina y dentro del mar. En Las Maldivas tenía que ser. Todo tan exótico.

No nos hemos movido de estas islas, que son tierra de 'resorts'. Este está formado por villas en el agua separadas entre sí.

Las villas están en el agua y rodeadas de exuberante vegetación. En el atolón Kaafu, conocido también como de Malé.

Es la piscina del 'beach club' Mar Negro, enclavada en una especie de Manga del Mar Menor. Con salón de belleza, tienda, restaurante, bar y djs. Y, por supuesto, servicio de hamacas, de los que incluyen toalla, fruta fresca y batidos naturales

Una piscina roja frente al mar azul. Lo que también hace famoso a este hotel es su biblioteca (blanca). Hay libros en su menú. Es un prodigio de vanguardia en plena naturaleza al noreste de la isla (Chaweng Beach).

No es arte contemporáneo. Es una piscina que, en el fondo, no es azul.

Como nadar en el mar. Este placer te lo brindará en bandeja de plata antigua este hotel histórico al borde del Jónico y junto al Etna.

Vive este paraíso acuático y luego paséate por las cercanas Taormina y Catania. No solo de agua vive el hombre.

Nos vamos lejos. Al continente africano. A esta piscina a la orilla del río Chongwe, cerca del Zambeze, hasta donde llegan manadas de elefantes. No temas, está todo controlado.

Una piscina azul en medio del África verde como preludio y epílogo de un safari.

 

Solo mirarlas ya es darse un baño. Un chapuzón de telerrealidad que no tiene nada que ver con la tele sino con la realidad a distancia. Tal vez no puedas ir nunca, pero puedes soñar ahora. Estas piscinas merecen ser vistas. Son un escaparate por el que escapar y en el que zambullirse.

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