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Más allá de Christian Grey: 11 juguetes sexuales que parecen de ciencia ficción

La tecnología y el diseño han revolucionado en los últimos años cada aspecto de nuestra vida. Razonable es por tanto que revolucionen también uno de nuestros

Alex y Janet, psicóloga e ingeniera estadounidenses respectivamente, han creado su empresa Dame con una máxima muy clara: "Haciendo el mundo un sitio más feliz de vagina en vagina". Para cumplir con sus propias expectativas han creado Eva, un estimulador del clítoris (137 euros) que se mantiene en su sitio gracias a dos pequeños brazos de silicona que se sitúan bajo los labios vaginales. Su función es sustituir la estimulación digital durante la penetración para que las manos y los dedos puedan dedicarse a otras cosas. 

La empresa sanfranciscana Jimmyjane ha creado Hello Touch, un estimulador que aúna vibración y electroestimulación. Esta muñequera (donde se encuentran los ajustes y la batería) con dos pequeñas fundas para los dedos (donde se alojan los estimuladores) convierte los índice, anular y demás en dígitos 'mágicos' que ya no solo vibran, sino que son capaces de proporcionar pequeñísimas descargas eléctricas para que surjan chispas durante las relaciones. Su precio oscila entre los 53 y los 123 euros dependiendo del modelo. 

La también sanfranciscana compañía Crave quiere distanciarse del tabú asociado a los juguetes eróticos. Mucha gente los tiene, pero no puede mostrarlos ¿Y por qué no? Por ello ha creado Vesper, un consolador/colgante de oro, oro rosa o acero inoxidable que a la vez puede proporcionar inconmensurables niveles de placer gracias a sus cuatro velocidades. Solo se necesita un puerto USB para cargarlo y, además, se puede personalizar con una inscripción a gusto del cliente. ¿Su precio? Desde los 62 hasta los 134 euros dependiendo del material.

La marca de juguetes eróticos sueca Lelo arrancó en 2003 con el objetivo de introducir la exclusividad y el lujo en el mundo de los 'sex toys'. Y en esa línea han creado Inez, un consolador hecho de oro de 24 quilates que, como ellos mismos dicen, es perfecto para aquellos que comprenden que "no puedes poner un precio al placer". ¿El coste de tal derroche de exclusividad? Nada más y nada menos que 12.000 euros. 

Es obvio que gran parte de los juguetes eróticos son, en mayor o menor grado, imitaciones de las formas anatómicas. Por ello la diseñadora polaca Patrycja Domanska creó Sono Love: un juguete de silicona inspirado en una orquídea y una manta raya como un proyecto universitario, con la idea de que el usuario experimentase con él, descubriendo nuevas fronteras de su sexualidad y no como un simple 'esto encaja aquí'. Aunque no está a la venta aún, ha incitado al mercado de juguetes eróticos a explorar nuevos horizontes. 

La empresa estadounidense Svakom ha creado Siime Eye, un consolador cuya más notable adición es la incorporación de una cámara de vídeo en su frontal y la capacidad de grabar y compartir dichos vídeos o fotos. La mayor pega es que como ha desvelado la firma de seguridad británica Pen Test Partners, este consolador es susceptible de ser hackeado. Si ya en un móvil es probable encontrar material 'comprometido', en un consolador es seguro, a no ser que se use de pisapapeles. Su precio es de 219 euros. 

La distancia no os separará, al menos no del todo. Para evitarlo la empresa Lovense ha creado Lush, un vibrador controlado a través de un smartphone o smartwatch para poder darte placer a ti mismo (o a otra persona) a tu voluntad. Su precio es de 89 euros. 

Los ejercicios de Kegel, diseñados para entrenar y fortalecer el músculo de complicado nombre pubocoxígeo tienen numerosos beneficios, como prevenir y luchar contra la incontinencia urinaria, facilitar el parto o aumentar el placer sexual. La compañía estadounidense Minna se ha centrado en ayudar a las mujeres a realizar dichos ejercicios de la forma más divertida posible. El primero es kGoal, un ejercitador de Kegel de forma completamente ergonómica que actúa como monitorizador de nuestro rendimiento pélvico. Al igual que algunos relojes y medidores deportivos registran nuestro ritmo cardíaco y su evolución, kGoal hace lo mismo con el rendimiento del suelo pélvico, enviando los resultados a su app en nuestro smartphone. Su precio es de 140 euros. 

El segundo utensilio que propone Minna es Limon. Un juguete que, como su nombre indica, tiene forma de limón y se basa en una simple premisa: cuanto más esfuerzo, más recompensa. Está diseñado para vibrar con mayor intensidad cuanto mayor sea la presión que ejercemos sobre él, haciendo que el ejercicio valga la pena. Su precio es de 112 euros. 

La empresa londinense Hot Octopuss propone un estimulador (que no vibrador) que oscila (no vibra) y masajea con esa oscilación de forma rápida y constante (definitivamente, no vibra). Está indicado para hombres con disfunción eréctil o para 'preparar el terreno' durante los preliminares, proporcionando placer para ambos. Como explican en su página web, tienen dos versiones: Pulse III Solo, que proporciona 'oscilación' al pene, y Pulse III Duo, que incorpora, además, un 'vibrador' para la mujer (qué curioso). El precio del aparato singular es 99 y el del plural, 129 euros. 

El mercado de juguetes eróticos empezó a extenderse más allá de los clásicos consoladores y vibradores con artilugios diseñados específicamente para los hombres, como los masturbadores masculinos. De nuevo la imitación de la realidad prevaleció hasta que la compañía japonesa Tenga, creada por un mecánico, se propuso explorar nuevos horizontes en el placer masturbatorio masculino. Ahora nos propone 3D, juguetes impresos de silicona que se proponen ahondar en el sentido del tacto con texturas geométricas. ¿Su precio? Alrededor de 37 euros, dependiendo del distribuidor.  

 

La tecnología y el diseño han revolucionado en los últimos años cada aspecto de nuestra vida. Razonable es por tanto que revolucionen también uno de nuestros más primitivos placeres: el sexo. Según la empresa distribuidora de juguetes eróticos Dolce Love, el mercado de productos eróticos en España generó más de 500 millones de euros en 2015. Y no es de extrañar, dado que 6 de cada 10 mujeres españolas de entre 20 y 43 años reconocen haber comprado y utilizado dichos gadgets para sus relaciones sexuales. Y por mucho que el filósofo estadounidense Elbert Hubbard dijera aquello de que "una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres ordinarios, pero ninguna máquina puede hacer el trabajo de un hombre extraordinario", algunas compañías de accesorios sexuales han decidido poner a prueba esa tal afirmación. A continuación te contamos cómo.

 

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