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Santas, vírgenes y mártires: los mejores looks de belleza de la gala del MET

La cosa pintaba complicada. Pero que el clan de las Kardashian hayan sido las mujeres más respetuosas con todo este tinglado es, como poco, una situación

Señores, no se puede ir más allá. Si en 2015 se plantó una pagoda en la cabeza para celebrar que China era la inspiración de la gala, estaba claro que esta vez iba a caer la Virgen del Rocío, el paso de la Venerable Hermandad de la Santa Cena de Cuenca o el Nacimiento navideño al completo. Para resaltar la mirada entre tanto perifollo ha elegido un azul verdemar que le sienta francamente bien. Lo que no nos convence es el retoque de labios.

Las referencias católicas no las captamos bien (más allá de las cruces en los detalles), pero guapísima está un rato. Suponemos que maquillada por el equipo de Peter Philips, que para eso es embajadora de Dior, con un eyeliner dorado y un precioso juego de iluminadores en el mismo tono.

Labios nude, media melena lisa con raya a un lado, con un toque wet y mirada delineada en negro. Elegancia y sobriedad, que era lo que requería la temática de la noche, señoras.

Uno de los looks más sorprendentes de la gala. Simplemente porque Selena está irreconocible, aunque guapísima, con este maquillaje al natural que solo se permite un toque de pan de oro en los párpados.

Otra difícil de reconocer: hay que ver lo que se transforma un rostro cuando se elimina de la ecuación la máscara de pestañas y se tiñen de rubio las cejas. El resultado es celestial desde luego, pero también un poco friki.

Sin exageraciones y sin disfraces. Nos encanta la mirada en dorados y, sobre todo, ese pelo con corte lob castaño chocolate perfectamente pulido.

Sabíamos que esta mujer sí iba a entenderlo: una sutil referencia a la iconografía de los cuadros renacentistas: recogido con raya en medio y sensación de pureza. Con eso era más que suficiente.

 

Quién quiere ser angelito cuando puede ser papisa universal. Eso sí, se ha pasado con el iluminador Kilowatt de su firma Fenty Beauty, porque los pómulos dorados parecen bolas de discoteca.

O Jesus Christ Pantocrátor para los amigos (con gesto de bendición incluido). Y con corona dorada de espinas (o es de hojas de foresta feérica), que es un accesorio que estamos seguros de que Jared ya tenía en casa desde hace tiempo. La gala del MET le ha dado la excusa perfecta para sacarlo a la calle.

Un toque de glitter en la mirada, piel perfeccionada y recogido limpio y cristalino. Así sí.

Eyeliner pegado a la línea de las pestañas, sombra dorada, pómulos de amazona que venían de serie y pelazo. Gisele se ha hecho un Gisele.

Para pelazo, el de Kerry: maravilloso con pasador dorado a un lado.

La actriz inaugura la sección 'Quiero ser santa' (como cantaba Alaska en Parálisis Permanente) de esta galería. Y ¿cómo se consigue en 2018? Pues, por lo visto, con una mirada burdeos a juego con los labios y una serie de pinchos colocados estratégicamente en el moño para crear la aureola de mujer santificada.

La versión extradorada y con diadema de pinchos de Heard nos convence bastante menos. Sobre todo, porque el oro que se ha aplicado en el rostro, en comparación con los labios oscuros, le deja la piel un poco macilenta.

Anne parece más un puercoespín que una santa.

Y Rosie se ha lanzado directamente al aro dorado que todos nos hemos puesto alguna vez cuando nos tocaba ser angelitos en el Belén del colegio. Hay que destacar que el maquillaje es pura perfección.

Entre santa de arpillera y costalero de Semana Santa. Pero no se puede negar que la mirada intensificada en negro y el brillo metalizado en los labios consiguen un efecto 'heavenly', que se supone que es el leitmotiv de la fiesta.

Entre tanta santa virginal, la Collins ofrece una versión entre gótica y punk.

Se ha limitado a maquillarse de sí misma pero con el delineador negro de ojos subido de tono. Y, sinceramente, es de agradecer entre tanta mamarrachada que se ha visto esta noche en el MET.

La jovencísima actriz (no se dejen engañar por su aspecto de treintañera, solo tiene 21) ha debido de pensar que con colocarse un look de pasarela de Dolce & Gabbana le daba el pasaporte al espíritu católico. Los labios borgoña le sientan francamente bien.

La modelo se ha pasado de frenada y ha acabado con un tocado que parece más propio de la Iglesia ortodoxa que de la católica, pero ha mantenido el maquillaje al mínimo para compensar tanto accesorio enorme y el resultado está bastante bien.

Labios frambuesa y recogido un punto demasiado messy para nuestro gusto.

Un look en rosas con eyeliner negro y coleta a la nuca. Delicado y sutil. ¡De 10!

Fantástica. De la manera más discreta posible, parece haber inspirado su look en la Salomé de Caravaggio.

Se ha maquillado en marrones rojizos, que no le favorecen demasiado, pero está muy guapa con lo mechones sueltos por delante.

Magnífica con el cabello engominado y sus fantásticas facciones destacadas. 

No tenemos claro si su inspiración es la Beyoncé embarazada (como ella) que se subió al escenario de los Grammy o la Virgen del Pilar. En todo caso, con ese escotazo con pechos sobrevenida hace que todo resulte excesivo y quizá un punto ¿poco respetuoso?

Entendemos que su intención no es emular al ángel exterminador, sino a una versión cálida y amable de los guardianes del Cielo. El corte nos encanta y el maquillaje también. Las alas son un exceso.

Melena dorada, ondulada y coronada. Maquillaje favorecedor. Su inspiración también es la pintura iconográfica renacentista y el look es perfecto y equilibrado.

La modelo holandesa parece haberse decantado por la Virgen María camino de Belén con maquillaje al mínimo y velo rojo.

Nos da la impresión de que es una de las muchas interpretaciones de Juana de Arco que ha habido durante la velada. Aunque con un extraño cruce con Don Quijote (por lo del baciyelmo en la cabeza). Eso sí, los labios rojos y el strobing son fantásticos.

Otra emulación de la santa guerrera, esta vez con más tino y un toque transgresor de lo más sutil: de las cejas intensas al flequillo marcial.

Otra Juana de Arco con cota de malla y todo. ¡Qué paciencia!

Hablando de flequillos, ¿quién ha peinado a Shailene? Es por despedirlo inmediatamente.

No sabemos por qué, pero la protagonista de 'Por 13 razones' nos recuerda a la María Magdalena del cuadro de Artemisia Gentileschi que hay en la catedral de Sevilla.

Ellos, a su bola. Y bien que hacen. Nos encanta el recogido en tonos sirena de la esposa de Pharrell. Y el photobombing de Stella McCartney, por supuesto.

Vemos claro el homenaje a Xena, la princesa guerrera. Lo que no sabemos es qué tiene que ver con la temática de la gala.

Tantos años ensayando y cuando le toca explayarse se planta un velo-red de pescar en la cara. Vale que la corona es de Mater Redentoris total, pero al final resulta que la única que lleva 30 años haciendo de la iconografía católica su seña de identidad se queda solo en la superficie y se disfraza como las otras. No sabemos ni por qué estamos decepcionados. 

Ideal con sus labios en rosa nude y su media melena rubia.

¿Virgen o santa? Ni idea, pero el maquillaje es tan cubriente que le apaga las facciones y el pelo parece dibujado con rotulador.

Monísima con la mirada ahumada en dorados (surco de lágrima incluido) y la melena con volumen años 60.

Otra que considera más que suficiente con dar un toque dorado a su mirada para elevarse por encima de la media. Y lo consigue sin lugar a dudas.

La actriz está viviendo su gran momento de gloria y lo vive, precisamente, como Gloria Swanson en 'El crepúsculo de los dioses'.

Recrea las lágrimas de la Virgen de Guadalupe de su México natal. Un homenaje sentido. Aunque nos den ganas todo el rato de quitarle eso que se le ha quedado pegado a la mejilla...

El tocado virginal en negro añade sofisticación al look. El cabello liso y los labios rojos lo rematan. Nos gusta mucho.

 

La cosa pintaba complicada. Pero que el clan de las Kardashian hayan sido las mujeres más respetuosas con todo este tinglado es, como poco, una situación curiosa. La exposición ‘Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination (que viene a significar ‘Cuerpos celestiales: la moda y la imaginación católica') era el punto de partida para la fiesta más sonada del año, la gala del MET. Y todas las famosas de turno han intentado hacer un esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias. El problema es que o les falta cultura general o se la pasan por el forro de la falda. Porque a ellas les parecerá que van de lo más original. A nosotros, que estamos acostumbrados a la estética y la iconografía del catolicismo, perfectamente integrada en nuestras vidas, nos da la impresión de que se han disfrazado para la función del colegio de antes de las vacaciones de Navidad. Y así, una va de Virgen María; otra, de pastorcilla sexy; la de más allá, de santa Cipriana virgen y mártir; la más avezada, de Juana de Arco. Hasta hay quien se ha atrevido a emular a Jesucristo (o a los elfos de El Señor de los Anillos, que no nos queda claro) y quien se ha inspirado en el obispado de la Seo de Urgell o el mismísimo Vaticano (sí, Rihanna​, hablamos de ti). Hay que entender que la mayoría de estas mujeres han crecido educadas en religiones distintas a la nuestra y se están marcando una interpretación torera de lo que para ellas significa la espiritualidad católica. Y claro, el resultado es un cuadro, pero de dolor. De Bella Hadid a Anne Hathaway, de Kim Kardashian a Emma Stone, repasamos los looks de belleza de una noche que ha sido bastante más infernal de lo esperado.

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