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Así ha sido la Semana de la Moda de París

Christian Dior, Chanel, Giorgio Armani Privé, Atelier Gustavo Lins, Givenchy, Giambattista Valli, y Julien Fournié son solo algunas de las firmas estelares que han presentado estos días en París su Alta Costura para el otoño-invierno 2012-2013. La cita, que termina el día 4 de julio, ha acogido, entre otras primicias, el esperado primer desfile de Raf Simons para Dior, así como las nuevas creaciones de Karl Lagerfeld para Chanel. Hacemos un repaso a las propuestas para la próxima temporada de los principales diseñadores de esta exclusiva pasarela, en la que un año más hemos podido ver, a pie de front row, a destacadas personalidades y celebrities como Charlene Wittstock, Marion Cotillard, Laetitia Casta, Alexa Chung, Anna Wintour, Sharon Stone, Jessica Alba, Milla Jovovich o Jaime de Marichalar, incondicionales de las primeras firmas de Haute Couture.En la imagen, un diseño de Versace.

La colección de otoño-invierno de Versace dio un exitoso inicio a la Semana de la Alta Costura de Paris en el Hotel Ritz, con vestidos de gala con colas flotantes y ceñidos mini-bodycons. Creaciones chic y sexys, con cuerpos de corsé en rosa metálico, ruborizados y púrpuras.

Los vestidos de gala llevaban chifones que exponían las largas piernas de las modelos, e incluso casi provoca que algunas de ellas tropiecen mientras la tela se deslizaba por sus tobillos

Donatella rebaja la intensidad cromática en esta colección, y se esmera con los tejidos. Para ello toma prestados de las cartas del tarot dibujos, palabras y números romanos que se plasman sobre los vestidos que la diseñadora propone en tamaño mini o con falda muy larga.

El modisto belga Raf Simons dio hoy a su debut como director artístico de Christian Dior el signo de la flor, tanto en la silueta y el color de muchos de sus modelos, como en el decorado ante el que presentó su primer, esperadísimo y aplaudido desfile de Alta Costura para el otoño-invierno 2012-2013. El lugar elegido, un lujoso palacio de la avenida Iena, junto al Arco del Triunfo y los Campos Elíseos de París, hizo que en lugar de un desfile organizase dos, uno tras otro, ambos con un reducido número de invitados repartidos en diferentes salones, cada uno "vestido" de un color y una flor dominante, de orquídeas blancas, rosas rosas, rojas, iris o mimosas.

La idea de flor/pantalón negro se declina en tops de escote palabra de honor enteramente bordados de gris, rojo y azul o bordó las caderas de una chaqueta negra entallada cerrada en profundo escote en "v" sobre el pecho. Esa misma idea de cuello en "v", más o menos profundos, para trajes de día y también de noche, será, de hecho, otra de las características Raf Simons para Dior.

La idea era despojar a la flor de su aspecto decorativo para acercarlo a una idea de pureza arquitectónica, en armonía con los modelos creados, de corte perfecto y a menudo de gran sobriedad. El espectáculo fue multicolor, pero comenzó con una serie de trajes negros, de chaqueta con caderas realzadas, pantalones rectos pitillo hasta los tobillos y vestidos recogidos con un cinturón metálico del mismo tono. Negro, pero ya sin mangas, para cócteles y ocasiones más especiales aún. En total fueron 54 modelos, en los que el gris ocupó un lugar importante para vestir de día a las mejores clientas de la firma, con una sobriedad y un lujo muy acorde con los tiempos y con los diez años en los que el maestro fundador dirigió la Maison Dior, de 1947 a 1957.

El desfile de Giambattista Valli, que se celebró en el Hotel Crillon de París, apuesta por los estampados y volúmenes, donde las mujeres parecen verdaderas flores o ninfas del bosque.

El universo del lujo Chanel declinará el próximo otoño-invierno entre grises, plateados y rosas pastel, bordados de nácar, marfil, plumas, flores o volantes, en búsqueda de un "new vintage", un nuevo renacer de los mejores hallazgos de la historia de la firma, traducidos al siglo XXI por Karl Lagerfeld.

Junto a esta doble paleta dominante de infinitos grises y rosas, hecha también de brillos irisados, rota a veces por negros, blancos y lilas muy claros; y más raramente por algunos toques de azul y granates rojizos, otra de las claves del otoño-invierno 2012-2013 será la omnipresencia del "tweed". Materia prima fundamental en la historia de Chanel, que nunca dejó de triunfar desde sus pasarelas y sus boutiques, con la que se confeccionaron los nuevos trajes de chaqueta Chanel y sus conjuntos de abrigo evasé hasta las rodillas. Estos podrán ser de cuadros grises y rosas de diferentes tamaños y tonos, a veces muy grandes, rectos o atravesando la silueta en diagonal.

Para las ocasiones más elegantes, los trajes de chaqueta cortos se adornarán con efectos de lazos y volantes de seda sobre el pecho. El "nuevo vintage" con el que Lagerfeld bautizó su colección pasará también por pantalones muy holgados, trajes de chaqueta blancos, de falda evasé y abrigos largos cerrados con dos grandes botones, vistosamente bordados, como gran parte de los modelos presentados, hechos con incrustaciones de lentejuelas, pompones, flores, hilos metalizados y las más variadas pedrerías.

Las transparecinas protagonizaron el desfile del diseñador libanés Basil Soda.

La modelo española Nieves Álvarez desfiló con una creación del diseñador francés Stephane Rolland.

El modisto brasileño Gustavo Lins trabajó con la manufactura de Sèvres para crear las joyas que acompañaron sus diseños, en las que reunió porcelana, metal, cuero y piel. Tul transparente, vestidos túnica asimétricos, negros o de colores muy claros, verdes y amarillos, cortos o largos, a veces con escote diagonal, otras portados bajo chaqueta dorada, construidos de seda o satén, ajustados al cuerpo o acompañándolo con holgura, fueron algunas de sus propuestas.

Giorgio Armani Privé persiguió la luz del día para vestir hoy su pasarela de Alta Costura otoño-invierno 2012-2013, mientras Gustavo Lins trabajó sus vestidos de seda como pañuelos y Julien Fournier cerró los bajos de faldas y vestidos con brillantes cremalleras de silicona, puramente decorativas.

Todas las tonalidades de un único día, desde el amanecer a la noche oscura tiñeron sus modelos de contrastes entre azules, lilas y malvas muy claros, rojos, púrpuras y negros.

El terciopelo fue aquí una materia prima esencial para la próxima temporada invernal, junto con la seda, la organza, el gazar y las prendas y conjuntos enteramente bordados de pedrería.

También protagonista de futuro invierno Armani Privé fue el juego entre lo femenino y lo masculino, que produjo sorprendentes chalecos bordados, sobre elegantísimas y voluminosas faldas largas, y pantalones siempre anchos y fluidos. Por la tarde, los trajes serán de lana y los bordados negros se combinarán con prendas azul eléctrico, fucsia u azul oscuro, mientras que la noche estará dominada por el negro, a veces con profundos escotes, por supuesto con abundancia de bordados.

El modisto de origen español Julien Fournié, propuso una colección en la que faldas de organza de seda enteramente cristalizada, terminaban con cremalleras de silicona de cierto brillo. Con Fournié, de día y de cóctel, faldas y vestidos llegarán a la rodilla, de modo que "cuando la mujer está de pie y no se mueve, no se ve", dijo este modisto que adora "jugar con la idea de mostrar y ocultar", algo que encuentra siempre "muy elegante".

El mundo de los toros inspiró a este biznieto de españoles pantalones hasta los tobillos y toreras, a veces de colores muy eléctricos, absenta, esmeralda, fucsia, naranja, amarillo o limón, colores que junto con el "nude" dominaron su paleta, a menudo mezclados en un mismo modelo con toques o prendas negros. Los vestidos de noche fueron futuristas, de neopreno, con algunos detalles de aspecto metálico.

Por su parte, Frank Sorbier tomó el Teatro Antoine para presentar sus ideas bajo el título "La drôle de collection", espectáculo audiovisual que terminó con el autor y sus modelos -vistos muy brevemente- bailando sobre el escenario.

Desde otro extremo del universo del lujo, el libanés Elie Saab siguió la estela de Constantinopla para realzar aún mas con bordados, incrustaciones y guipures sus modelos mil y una noches, que tanto aman las estrellas de cine de todos los festivales del mundo.

Negro, azul cielo, beige y sobre todo oro serán algunos de los colores de la bella paleta utilizada, sobre transparencias y vestidos siempre bordados y profundamente escotados, a menudo en la espalda, en general de caída recta, tanto para el cóctel como para la gran noche.

Inspirado en la película "Confession d'un enfant du siècle", que la directora Sylvie Verheyde estrenó este año en Cannes, el desfile de Gaultier comenzó con una hora de retraso, que el público perdonó ampliamente a juzgar por las muestras de entusiasmo brindado. El éxito se corroboró al final, en la aplaudida aparición sobre el podium del modisto, vestido con elegante traje y uno de sus históricos jerséis bretones a rayas azules y blancas, hoy a juego con un turbante en los mismos tonos.

El modisto, que este año fue uno de los miembros del jurado de la Palma de Oro en Cannes, contó tras el desfile su fascinación por la película de Verheyde, que vio en la sección "Un Certain Regard". En ella encontró la idea de sus abundantes transparencias y juegos gráficos, sus pantalones bombachos para hombre, sus vestidos de metal, o sus sombreros de copa alta, que revisitó para dejar solo la estructura, como una jaula portada sobre la cabeza.

Del filme protagonizado por Peter Doherty y Charlotte Gainsbourg, de la "especie de dandismo decadente" lleno de "encanto y seducción" que quiso captar, dijo haber ido a verlo "por curiosidad", intrigado por el trabajo de los actores y por la novela homónima de Alfred de Musset (1810-1857) sobre su relación con la escritora George Sand. De ahí surgió su idea de una colección dandy, conquistadora y seductora a la vez, que inicialmente iba a inspirar "un poco en 'Metropolis'", filme rodado en 1927 por Fritz Lang, comentó. En la imagen, el andrógino modelo Andrej Pejic.

El modisto completó su visión con una colección "couture" para hombres, por supuesto seductores e incluso -resaltó- con "curvas más bien femeninas". Se refería a sus opulentos relieves posteriores ("faux cul") o a sus americanas de caderas redondeadas, al estilo Bar de los años cincuenta del siglo XX de Christian Dior.

 
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