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Ascot: desfile de sombreros chic y alguna que otra excentricidad

Nadie imagina la fuerza que tiene un sombrero hasta que llega la cita anual de Ascot. Y estos cuatro días de carreras de caballos, a la

Al pie de la letra se lo han tomado estas jóvenes amantes de las novelas románticas decimonónicas de Johanna Lindsay y Victoria Holt. Menos mal que su autora favorita no es E.L. James.

Una vez más, la reina se lanza a su color fetiche para acudir a las carreras. Es que le da suerte y gana siempre. Sus caballos (que compiten hoy) se lo agradecen.

Eugenia y Beatriz han escogido pequeños tocados con detalles originales y se han vestido en tonos neutros. Más o menos, como han hecho los demás días.

Constance Peach ha elegido un maquillaje gótico y un tocado 'arty' con dos colores chorreando que nos llegan al alma: el amarillo y el rojo. ¿Lo hacen a propósito para recordarnos que aquí estamos en día de Proclamación? Nunca lo sabremos.

Pero no venía sola. Sus amigas completan el cuadro... de dolor.

Paula Lachetti ha venido desde Argentina con este sombrero 'tarta de flores' y sus compatriotas le han pedido que por favor no regrese.

Pues aquí que tampoco venga.

Es lo que ha elegido Joanne Casey. Tras el despilfarro de las demás asistentes, esto parece un oasis de calma.

Tracey Pullen ha pasado totalmente de rosas y peonías, y se ha centrado en su flor favorita, el girasol. Y por si no se la veía bien desde arriba, ha preferido el tamaño XXXL.

Courtney Wallis se ha hecho este tocado con una impresora en 3D. O esa tecnología avanza un poco más allá de segundo de Primaria o vamos a seguir prefiriendo los cuadros con macarrones pintados a mano.

Un clásico. Tampoco se ha roto mucho la cabeza.

Marta Glazen se ha colocado un pavo real enano en la cabeza y lo demás lo ha pintado de amarillo canario. La pajarería inspira mucho en las islas británicas.

Su sombrerero se quería dedicar al paisajismo y ella estaba emperrada en que su caballo quedara representado. El resultado es este centro de mesa que se ha plantificado sobre la frente.

Esto es un abuso de combinaciones pastel. Los detalles turquesa y el vestido rosa electrodoméstico de los 50 con cancán de tul es demasiado hasta para Ascot.

En teoría, hoy es el día grande para los sombreros. Por eso esta señora se ha puesto lo más grande que tenía por casa y le ha colocado por encima un velo hasta la cintura. Alguien debería haberle dicho que se ha equivocado de 'dress code': los organizadores piden que, por protocolo, no se lleven ni escotes ni tirantes.

El concepto flores en el pelo toma una nueva dimensión en el caso de esta señora que seguro que no cabe ni en su propio 'selfie'.

Sí, querido Eddie Jordan, yo de mayor quiero ser como su magnífica acompañante. Si el rosa me sentara tan bien, iría siempre a todas partes vestida así.

Envidia de la mala es lo que nos produce esta joven asistente que ha logrado la combinación ganadora de tocado y color de labios. Y encima tiene una sonrisa con mohín Keira Knightley. La saben imitar todas las británicas, es cosa del ADN, estamos seguros.

Otra que va demasiado perfecta para ser real y que se ha arreglado las cejas a lo Suki Waterhouse.

Vicky Wilson se ha pensado mucho con qué quería destacar este año. A nosotros nos ha dejado anonadados. ¡Queremos unas gafas como esas ya, por favor! Dinos dónde conseguirlas.

Prueba de agudeza visual: de estos dos dandis que se han conjuntado en negro y gris para salir de casa, ¿quién es más daltónico de los dos? Respuesta: el de la camisa verde y la corbata de flores liberty. Y eso que cuelga no es la etiqueta del traje alquilado, ¿verdad?

La reina repite color, aunque no tonalidad. Y las flores de su sombrero son tan similares a las de ayer que no podemos menos que imaginarnos a su vestidora oficial, Angela Kelly, tiñéndolas y cosiendo toda la noche.

"Anna, tú encárgate de ese lado, que yo me quedo con este". Ni 007 cubre tan bien las espaldas reales.

Lo mejor de estos eventos británicos de rancio abolengo es que todos los asistentes se conocen por los nombres de pila. Nosotros no podíamos ser menos. De izquierda a derecha: Emi White (un poco borrosa), Layla Dee Bradley (feliz en su combinación de negro y dorado porque sabe que está monísima), Casey Garner (ese azul es un poco soso) y Summer White (que se ha pasado con los volantes y los giros del tocado).

El 'shocking pink' es un color que se inventó Elsa Schiaparelli precisamente para momentos como este.

Una flor gigante. Sí, Jackie St Clair, ya hemos visto unas cuantas, aunque la tuya es una peonía naranja orgánicamente perfecta.

Echábamos de menos las rejillas y los velos. Este en naranja butano es de los que más nos gusta

Con ese tamaño de sombrero es prácticamente imposible.

Esta dama repite postura, estilo de accesorio 'cabezil' y posición del mismo. Eso sí, ayer iba de negro.

De nuevo, sorpresa en rojo que parece un arma de destrucción masiva.

Es una flor. Después de todo, el elemento que más se repite en estas carreras.

Se lo está pensando, pero este jovencito taciturno va a dejarse el sueldo en la tercera carrera.

Parecen la inspiración de este artefacto que, por lo visto, no se sostiene solo y requiere de las dos manos de la usuaria para mantenerse en su sitio. Por eso se le ha enganchado el vestido y todavía no ha podido recolocarlo.

¿Un nido de cigüeñas? ¿Un queso gruyère? ¿Una edificio de Gehry? ¿Una escultura de papel higiénico? ¿Un test de Rorschach en tres dimensiones? Podríamos seguir haciendo analogías durante horas.

Es lo único que se nos ocurre decir sobre este sombrero tan plano en ese color tan aburrido.

Ni ha mandado un mensaje de 'whatsapp' ni nada de nada. Igual es que en Ascot no hay cobertura.

Es de un naranja demasiado rojizo. Lo demás, en su justa medida, incluso el lazo.

Nosotros tenemos a Manolo el del bombo y ellos tienen a este señor con patillas que no es consciente de que un puro como ese va a acortar mucho su vida física. Y esos anillacos en la mano derecha van a limitar mucho su vida social.

Mudos nos deja la señora Nahla Dankha, que se ha empeñado en que su sombrerero personal reivindique la estructura del átomo con plumas y satélites. Y ha conseguido un accesorio que luciría de maravilla como lámpara en su salón.

Anneka Tanaka-Svenska le encargó al diseñador Louis Mariette que dejara a todos con la boca abierta. Y va camino de convertirse en la atracción de feria con la que siempre soñó.

Y bandera española; que estas dos señoras no lo saben, pero entre las dos casi hacen un equipo de animadoras pro-Spain para el partido de mañana.

Rachael Parsons se ha traído puestos a los periquitos. Y ellos parecen encantados (y muertos).

O un pañal. Es lo que parece de lejos. Eso sí, sus compañeras saben cómo ladear con estilo un bonete.

La sombrerera Lisa Tan posa junto a Angela Menz con dos de sus creaciones. Los pajarracos rojos sobre los hombros eran optativos, pero ella decidió arriesgarse con el total look 'mi estilista me está tomando el pelo'.

O macizas floreadas. Este jovial grupo de señoras ha optado por unir a su obsesión por cubrir la cabeza con detalles desmedidos la otra pasión del imperio británico: la jardinería.

Anillazos en el anular, sombrerito negro con flor y ligero detalle de pluma de avestruz, perlas al cuello y en los lóbulos de las orejas, broche de diamantes en la solapa y prismáticos para no perder detalle. Esta señora de alta alcurnia sí que sabe emular a una fashionista de su tiempo.

La princesa Eugenia se ha decantado por la simplicidad. Y sospechamos que no lleva nada debajo de ese trench.

Su hermana, la princesa Beatriz, también ha preferido no dar la nota.

Sir Bruce Forsyth se muestra fascinado con su acompañante, Wilnelia Mecred, una señora guapísima que solo por su nombre merecería ser un personaje de una película de los Monty Python.

Es lo que se ha plantado esta asistente en la cabeza. Y punto.

Si les entra sed, que sea de benjamines.

A nosotros nos recuerda a Japón, pero no sabemos explicar por qué.

Pantalones en el kilt familiar, chaleco verde guisante y sombrero de copa. ¡Hip hip, hurra!

Ninguno de los vestidos es igual al otro. Ni las gafas de sol. Sí lo son los tocados estilo 'cestita de flores' y el maquillaje años 50. ¡El esfuerzo ha merecido la pena.!

Nunca decepciona. La soberana de Inglaterra y el Reino Unido de la Gran Bretaña se ha lanzado al color 'block 'con detalles en la botonadura que ¿podría ser un homenaje a 'Sargent's Pepper Lonely Hearts Club Band' de los Beatles?

No debería, porque el conjunto le sienta estupendamente. Por si acaso, se deja flanquear por su prima, la princesa Beatriz, y por su compañero de juergas, Jack Warren.

Un descanso de mirar hacia arriba. Esta señora demuestra su amor por Moschino llevando un 'total look' que incluye el 'clutch' estrella de la temporada con forma de piano.

No parece que le vaya a hacer falta, pero, por si acaso, ha cargado con él. Su tía Ana y su prima Zara Philips aplauden su decisión.

No sabemos cómo hará para entrar por las puertas, pero este tocado amarillo canario de Ester Dohnalova es toda una declaración de intenciones.

La extenista Steffi Graf lo borda. La única pega se la podría poner su madre, quien, como todas las madres del mundo tiene que morderse la lengua ara decirle eso de: "Hija, no te encorves".

¿Qué mejor que una rosa para describir un estado de ánimo? Nos atrevemos a sugerir que el de esta dama está pidiendo vermut a gritos.

Esta joven pensó: ¿cómo puedo conseguir epatar a todo el mundo con mi gusto y mi saber estar? Se equivocó de lugar, por supuesto. Entre tanto casquete, boina y salacot sobrepasado de elemento, su mariposa gigante es solo una más.

Desde lejos, ademas. Su acompañante sonríe porque sabe que la van a encontrar fácilmente si se despistan y se pierden.

Lizzie Cundy ha demostrado ser una 'colchonera' maravillosa.

Un tocado con rosas, mariposas y ramitas amarillas. Y en equilibrio perfecto.

Tiene que ser negro, incluir plumas y ser colocado en el ángulo más complejo. Cumplido, cumplido y cumplido.

Amarillo, negro, plumas como aguijones... Esta dama no quiere que se le acerque nadie.

La de negro cumple el expediente. La señora de la izquierda parece Bridget Jones en un momento específico de la primera película de la saga.

El príncipe Carlos prefiere olvidar que es el último heredero europeo con pocas expectativas de reinar apostando en las carreras. Lo entendemos.

 

Nadie imagina la fuerza que tiene un sombrero hasta que llega la cita anual de Ascot. Y estos cuatro días de carreras de caballos, a la familia real británica, las millonarias excéntricas y los señores vetustos con chaqués y chisteras se une una impresionante colección de tocados que pugnan por convertirse en la locura mayor del reino. Hemos seleccionado los más sorprendentes hasta ahora. Pero esto no ha hecho más que empezar.

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