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Las peor vestidas en los 88 años de historia de los Premios Oscar

Por fortuna, la fototeca atesora grandiosos patinazos estéticos en la que está considerada como la fiesta del cine por excelencia. Los Premios Oscar tienen su cara

¡Qué dudad cabe! Los estilismos a lo 'Sonrisas y lágrimas' no siempre congeniaron con una ceremonia de tal calibre. A Celeste Holm este vestido le pasó factura. Tanto raso junto asustaba y el detalle del collar con claveles era 'too much'.

La tendencia repollo (o tarta de boda de los 80) era todo un 'must' en la época en la que Elizabeth Taylor era musa y guapa internacional. Se pasó con el raso, el cancán y los detalles de flores secas. No cabían más primavera y más merengue en este vestido.

Los tardo 'sixties' eran esto. Y la 'funny girl' Barbra Streisand decidió caer erróneamente en los brazos de las tendencias predominantes. No le faltaba detalle. Y eso que las transparencias serían consideradas todo un atrevimiento. Pero, como en cualquier edición de los Oscar, siempre hay patinazos estéticos.

La falta de maquillaje o la ausencia total de él eran el peor colofón para un estilismo donde las lentejuelas resultan 'pobretonas' y el vestido en sí un salto de cama 'deluxe'. Y eso que hacía juego con la estatuílla que recibió Meryl Streep.

No sabemos quién firmó esta obra, pero lo cierto es que viéndola hemos descubierto que Madonna es la nueva Cher. Que en el arte de dar la nota ya había quien, en los 80, la daba de categoría.

El modelito del año anterior debió parecerle insuficiente. Por eso, la cantante le encargó este vestido a uno de sus diseñadores de cabecera, Bob Mackie, para recibir el Oscar cual mamarracha. Y así lo hizo, de esta guisa. Y ahora nos escandalizamos con los tan traídos y llevados 'nacked dress'. Aunque para mal, Cher marcó tendencia.

A día de hoy, desconocemos el motivo por el que Andy MacDowell y su equipo de estilistas pensaron que quizá la actriz optaba a algún premio en un concurso de 'drags'. Menudo cuadro, gladiolos mediante.

Alguien debió avisarla mediante el pueblerino refrán "rosa y rojo, puñetazo en el ojo". Un drástico golpe de efecto estético que todavía mantiene hospitalizado a más de un fotógrafo encargado de cubrir esta 'red carpet'. El estilismo de Kate Winslet fue de traca.

¿La reconocen? Quizá no. Esta mujer que en aquella ceremonia de los Oscar devino en aterciopelada y granate Morticia Addams es la actriz Juliette Binoche: la nominada al Goya 2016 a mejor actriz. Un cuadro. No había por dónde cogerla.

¿Planchó Julianne Moore su vestido antes de acudir a su cita con los Oscar? Es la pregunta que surge tras ver cómo de nefasto era este vestido a juego con su nívea piel.

Sí, lo sabemos: la cantante no se caracteriza por dejar volar la imaginación de quien la mira. Y ella también hizo una oda al pezón libre y a pisar la alfombra roja sin sujeción alguna. Desafiando a la ley de la gravedad y de las tendencias. 'Ojito' con el modelito.

Lo de Audrey Tatou devino en un fiasco. Porque todos esperaban que su elegancia respirara aires chic a la francesa y resultó más bien lo contrario. No sabemos qué fuerza de la naturaleza la llevó a 'calzarse' el vestido de la niña de 'The Ring'.

Se lo propuso y lo consiguió: ser la versión cutre de la célebre escultura de la Victoria de Samotracia. Y como no llevaba alas, derrapó con este estilismo cuyas mezclas resultaban hasta poéticas. Eso sí, a pesar del 'look', la noche le sonrió porque se llevó el Oscar a mejor actriz.

No había por dónde coger este Christian LaCroix que lució Uma Thurman. Demasiado barroquismo, querida. No fue su mejor noche.

Angelina Jolie lo apostó todo a la seda salvaje con ese punto a lo boda gitana que todavía ¿nos cautiva? Para hacer de la sugerencia una evidencia y enarbolar así la bandera del #freethenipple. Porque nadie como ella para liberar al pezón. Que dos años antes se había convertido en mito erótico gracias a su personaje de Lara Croft en 'Tomb Raider'.

Entre princesas andaba el juego. Pero la que consiguió la tiara fue Scarlett Johansson. Dudamos sobre quién fue el autor de este conjunto porque, puestos a observarla de arriba a abajo, solo una mano negra pudo estar detrás de esta infamia estilística.

El caso de Gwyneth es paradigmático ya que, por regla general, forma parte de la nómina de las mejor vestidas. Pero aquella vez estuvo errada porque se excedió con el elástico y la seda brillante. No fue su año. Sin duda.

En la mayoría de las ocasiones en las que ha pisado una alfombra roja en Hollywood, Penélope Cruz ha hecho el paseíllo con éxito. Pero también ha tenido patinazos estéticos. Como el día en que quiso emular a Bella, la princesa de 'La Bella y la Bestia'.

Este vestido rematado con un lazo negro en el pecho evidenció cómo es posible arruinar un estilismo. Aunque sea de Valentino. Anne Hathaway andaba desgarbada con él. Motivo más que suficiente para que forme parte de este listado.

Galliano fue el encargado de perpetrar este excesivo vestido. Probablemente, Heidi Klum no quería pasar desapercibida en la 'red carpet'. Ni ella ni sus mechas aplicadas con escuadra y cartabón.

No fue una de sus mejores elecciones. Y eso que este vestido de lentejuelas grises de Carolina Herrera tenía todos los ingredientes para ser una apuesta ganadora. Pero Renée Zellweger, a la que cuesta reconocer después de su espectacular 'lavado' de cara (bisturí mediante), tuvo un error de cálculo.

El conjunto de Dior escogido por Sarah Jessica Parker mezclaba dos ingredientes: el corpiño de mesonera del Siglo de Oro con el de un cancán propio de un vestido de Primera Comunión. Demasiado descocada aunque muy en la línea de la falta de gusto de la actriz. ¡Menuda balconada!

Quién la ha visto y quién la ve. Y eso que ahora no tiene el más mínimo reparo en enseñar hasta el último rincón de su cuerpo. Lo cierto es que la cantante Miley Cyrus estaba hecha un cuadro devorada por tanto volante simulando a las vieiras de Zuhair Murad.

Asumimos que a Beyoncé Knowles le gusta aparecer en cualquier alfombra roja 'reventona'. Que para eso goza de ser una de las féminas más curvilíneas y atractivas del planeta. Ahora bien, apostar por este vestido de House of Dereon con ese corte y esos colores era 'too much'. Que no es bueno mimetizarse con el color de las estatuillas, querida.

Otro error insalvable, querida Anne. Este vestido de 'pailletes' de Armani Privé tampoco te hacía justicia. Demasiado curvilíneo. Tanto que por un momento más de uno llegó a pensar que habías acudido en calidad de nominada a mejor bola de discoteca de los 70.

Mal año para la española y este vestido firmado por Donna Karan. Un estilismo complicado en la forma y en el fondo.

Vaya por delante que Penélope Cruz acababa de dar a luz. Cierto es que recuperó su silueta a un ritmo vertiginoso. Aunque es verdad que la elección de este vestido fue todo un desacierto. No encajaba nada con el estilo al que nos tiene acostumbrados.

La fiebre de los memes nació aquel 26 de febrero. Gracias a aquella descarada e indiscutible forma de enseñar cacha ante los 'paparazzi'. Entonces optó por un Versace que no le hizo justicia ni a ella ni a su pierna. Excesiva con un punto hortera que aún hoy nos espanta.

Zuhair Murad fue el encargado de rubricar este estilismo 'reventón' apto para una mujer ídem: Jennifer Lopez. Demasiada balconada al aire, querida.

Todavía nos preguntamos por qué una musa de Karl Lagerfeld como Kirsten Stewart optó por este conjunto de Reem Acra que, en ella, resultaba todo un espanto porque no se ajustaba a su silueta y con el que parecía recién salida de una 'rave'. Y si no, que se lo pregunten a sus ojeras.

Que no, estimada Lady Gaga. Que el hábito no hace al monje por muy Versace que sea. Que cuando buscas refinarte lo estropeas y siempre te hemos preferido en clave mamarracha; que resultas mucho más divertida. Por cierto, ¿tuviste problemas a la hora de ponerte la peluca? Porque pareces la versión 'pink' de la princesa Elsa de 'Frozen'. En resumen, una caricatura de ti misma.

Demasiada gasa en este Giambattista Valli de escote asimétrico que, por un momento, nos recordó a 'La sirenita' fuera del mar.

Un abuso. En la forma y en el fondo. Mezclar lentejuelas con terciopelo, por muy Givenchy que sea el vestido, en la candorosa Jessica Chastain rechina. Poco sofisticada en el peinado y excedida, quizá, en las aberturas de la falda y el escote.

Sin palabras. Aunque para mal. Qué complicado se nos hizo superar el trauma que supuso ver a Scarlett Johansson de este guisa con este Versace. Pasemos a la siguiente.

Desconocemos qué llevó a la bella Keira Knightley a optar por este conjunto de Valentino. Al que le sobraba bajo y le faltaba sofisticación. Un atuendo para el que ni siquiera se planteó hacerse un recogido. Un patinazo estético que aún no hemos asimilado.

Que Julianne Moore es una señora incólume a su edad es más que un hecho. Ahora bien: que opte por vestidos tan pálidos se convierte en un error. Como le pasó en 1998. Por mucho Chanel que sea este vestido blanco de lentejuelas con cenefas florales.

 

Por fortuna, la fototeca atesora grandiosos patinazos estéticos en la que está considerada como la fiesta del cine por excelencia. Los Premios Oscar tienen su cara buena -la de las mejor vestidas-, pero también su lado más 'doloroso': el de las peor ataviadas en una alfombra roja. Vanitatis ha dado con todas ellas a lo largo de estos 88 años de historia y las ha agrupado en esta galería de los horrores por orden cronológico: desde 1948 hasta nuestros días. Todo un espectáculo. 

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