El Teatro Real cumplía anoche los 20 años de su reapertura en su ubicación original en la plaza de Ópera y lo más granado de la sociedad madrileña acudió a desearle un feliz aniversario. Pero hay momentos en la vida social capitalina que esto parece un pueblo. No por escasez de sofisticación y cosmopolitismo (que en los pueblos también los hay, se lo aseguramos), sino porque te acabas cruzando con la misma gente en todas partes como si en lugar de seis millones de habitantes aquí fuéramos siempre los mismos. Que se lo digan a Isabel Presyler que últimamente coincide con su ex, el marqués de Griñón, y su nueva esposa, Esther Doña, cada dos pasos que da. Y las comparaciones son odiosas, pero nosotros nos quedamos con que la Presyler es mucha Presyler: vestida de magenta mientras todos los demás estandarizaban el negro y sin necesidad de enseñar hasta la partida de nacimiento para lucir encantadora, fresca y juvenil. Pero no fueron las únicas mujeres de bandera de la noche. Mar Flores, Marta Robles, Anne Igartiburu dejaron el pabellón de la madurez femenina muy alto. Mientras que Naty Abascal dejaba claro que para trendsetter, ella y nadie más. Repasamos lo mejor y lo peor de la velada.

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