Este fin de semana, Marruecos se 'paralizaba' tras el desembarco de los cientos de invitados al intenso calendario de celebraciones del 60 cumpleaños del magnate argentino Alejandro Roemmers. Una fiesta por todo lo alto que reunió a todos aquellos que le han acompañado a lo largo de su vida, procedentes de todos los rincones del mundo y de todos los sectores intelectuales posibles. 

Roemmers, agradecido, le cedió todo el protagonismo de su aniversario a la amistad, a la convivencia, a la vida y, muy especialmente, a las artes. Familiares, amigos, compañeros de colegio y universidad, maestros de la infancia, poetas, diseñadores... Nadie quiso perderse esta cita de tres días en la que los espectáculos y las sorpresas se sucedieron a un ritmo vertiginoso. Entre los invitados, la española Ágatha Ruiz de la Prada. 

Marrakech fue el escenario elegido para este reencuentro, definido por el anfitrión como espiritual. La tierra en la que Saint-Exupéry concibió 'El principito', obra en cuyo mensaje se inspiró 'El regreso del joven príncipe', libro de Roemmers que ha sido traducido a treinta idiomas.

Es también el último oasis antes del Sáhara, de ahí que las jornadas de fiesta arrancasen el viernes con la visita al desierto de Agafay, donde los invitados realizaron una expedición en camello después de recorrer la ciudad (donde visitaron sus mercados, el jardín Majorelle y, por supuesto, el nuevo museo de Yves Saint Laurent). Para cerrar el día, cenaron en el exclusivo restaurante Bô-Zin. 

El sábado, la fiesta continuó en el Palais Namaskar, donde se celebró una multitudinaria velada inspirada en el legendario baile 'Blanco y Negro' de Truman Capote. Una noche donde las actuaciones se sucedieron una tras otra haciendo las delicias de sus invitados. 

No obstante, el gran día fue el domingo, 11 de febrero, fecha real del cumpleaños del millonario. El día comenzó con una misa de acción de gracias en los jardines del hotel Mamounia ofrecida a la Virgen de Lourdes. Una celebración que estuvo ambientada por Florencia Otero, que cantó el Ave María de ‘Franciscus’, compuesta por el propio Alejandro. 

El día no acabó aquí. Tras compartir un almuerzo en los mismos jardines, todos se fueron a descansar para la gran noche: el homenaje al oeste en la fiesta 'Wild West'. 

Una carpa a las afueras de la ciudad recreaba, entre cientos de velas, un poblado con 'saloon', casino, oficina del sheriff... Un holograma en 3D que representaba el duelo entre Cronos y Kairós dio la bienvenida a la fiesta, que contó con la actuación de Ricky Martin, siendo Marko Silva el encargado de cerrar la última noche de cumpleaños con su música.  

Una noche que se iluminó con el espectáculo de fuegos artificiales que siguió a las palabras de despedida de Alejandro, quien tras agradecer a todos haber viajado para estar a su lado, recordó la importancia de la amistad: “Disfrutar de un amigo es una gran suerte”.