Fiesta privada en Buckingham Palace
Fue el acontecimiento del día. La expectación por la boda entre el príncipe Guillermo y Catalina hizo que se previese una audiencia de 2.000 millones de personas de todo el mundo que siguieran paso a paso esta ceremonia. Pero después de una boda pública, la pareja quiso disfrutar de un poco de intimidad junto a su familia y amigos más cercanos. Así que organizaron una fiesta privada en el Buckingham Palace para 300 invitados. Una reunión de la que apenas se conocen detalles pero que se extendió hasta la madrugada. Para los asistentes se habilitó un salón de baile de 36 metros de longitud y 18 de ancho donde bailaron toda la noche. En una de las salas del palacio, el príncipe Harry, que fue el padrino de su hermano, pronunció el esperado discurso que llevaba preparando durante semanas. Una vez terminó la fiesta, los recién casados se quedaron en el palacio para pasar su primera noche como matrimonio.
Para la ocasión, los protagonistas del día cambiaron su atuendo por otro más cómodo y adecuado. El príncipe Guillermo optó por un esmoquin negro con pajarita similar al de su padre, el príncipe Carlos de Inglaterra.
Kate Middleton optó por un vestido blanco de noche con una falda en círculo y un cinturón de diamante anudado a la cintura. Este diseño también es una creación de Sarah Burton, la directora creativa de la firma Alexander McQueen. En cambio, la duquesa de Cornualles, Camilla Parker Bowles, eligió un vestido largo en color azul con bordados de la diseñadora Anna Valentine.
Al igual que el novio, el príncipe Guillermo, el padre de Kate, Michael Middleton, optó por un esmoquín de color negro con pajarita.
La hermana de la novia, Pippa Middleton, que ha acaparado mucha atención con su papel como dama de honor, optó por un vestido sin mangas en color esmeralda con un adorno enjoyado en el escote.
La madre de la nueva duquesa de Cambridge, Carole Middleton, eligió para la ocasión un vestido negro bajo de manga corta.
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