Este martes Isabel Preysler cumple 63 años en un momento que poco tiene que ver con aquellos días de glorias y fama en los que se forjó, a golpe de talonario, el título de la ‘reina del glamour’.

Atrás quedó aquella mujer casi adolescente que viajó de Manila a Madrid para instalarse en casa de sus tíos. Poco después de su llegada, las fiestas de la alta sociedad se convirtieron en su ocupación. Sería en una de ellas donde conocería a Julio Iglesias, con el que se casaría el 29 de enero en 1971 en un pueblo de Toledo. Siete años después, y con tres hijos en común, decidirían separarse. En 1980 Isabel Preysler volvió a pasar por el altar, per esta vez con Carlos Falcó, marqués de Griñón, con el que tuvo una hija, Tamara. En 1985, el matrimonio se separó. No será hasta 1988 cuando Isabel vuelva, pro tercera vez, a casarse. En esta ocasión, con Miguel Boyer con el que aún vive.

En los últimos años, los problemas han ido llamando, poco a poco, a su puerta. En el ámbito personal, aunque mantiene una buena relación con todos sus hijos, lo cierto es que desde que su marido, Miguel Boyer, sufriera un ictus en febrero de 2012 su estado de ánimo ha recaído por la débil salud del exministro. En el económico, Preysler ha victo cómo la publicidad y sus apariciones en los medios de comunicación han ido disminuyendo no sólo por la complicada situación que viven las revistas del corazón sino también por la edad, que no persona.

Aún así, la exmujer de Julio Iglesias parece que ha hecho un pacto con el diablo. Eso sí, con la ayuda del bisturí, una alimentación muy controlada y una estricta medicación a base de vitaminas.