El cortejo fúnebre con los restos de Emilio Botín  ha partido sobre las cuatro y media de la tarde desde la capilla ardiente, en Santander, rumbo a la finca familiar de Puente San Miguel donde ha recibido sepultura el banquero cántabro, fallecido el martes. Casi una decena de coches fúnebres conformaban este cortejo, al que acompañan también varios vehículos con lunas tintadas en los que se presupone viajaba la familia más cercana.

La comitiva se dirigió a la casa de la familia Botín en Puente San Miguel, donde ha sido enterrado en el mismo panteón en el que reposan también los restos de su padre y su abuelo. Cerca de medio centenar de personas, en su mayoría, vecinos del pueblo, así como numerosos medios de comunicación, esperaban con expectación la llegada del féretro a la finca.

Hasta allí se han ido desplazando también en las últimas horas algunos allegados de la familia para asistir al sepelio, que se ha realizado en la más estricta intimidad.