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Camila Cabello, Heidi Klum o Miley Cyrus: las mejor y peor vestidas de los Premios Grammy

El relumbrón de las celebrities que han pisado la alfombra roja de la 60 edición de los Premios Grammy ha sido poco o prácticamente nulo. En la madrugada del

Casaca de amplias solapas y pantalón de pinzas con estampado príncipe de Gales y patrón ‘oversize’. Si a eso le sumamos un body lencero, podemos decir que el flechazo es instantáneo. El menos es más merece ser premiado.

Considerada una de las artistas revelación del momento, este vestido de satén rojo con frunces en el pecho y escote corazón es todo un imposible. Y ya ni hablamos de la bombonera que lleva por bolso.

Que el vestido-blazer está de rabiosa tendencia no es nada nuevo. Ahora bien, este gana enteros a medida que lo repasamos de arriba a abajo: este terciopelo color terracota nos entusiasma.

Le sobra tanta edad como tela a las mangas de su vestido. Nos preguntamos si no existía un modelo más corto. Y sobre los botines-sandalia mejor ni nos pronunciamos.

Podría haber sido mejor, pero también podría haber sido peor. Dejemos que este diseño blanco con escote palabra de honor combinado con unas botas en color ultravioleta forme parte de la lista de vencedoras de la noche. Que no está esta edición de los Grammy como para tirar cohetes.

Campana sobre campana. Y sobre campana una que pasa a formar parte de los 10 esperpentos de la noche. Ni la textura ni el patrón le favorecen.

Posiblemente una de las mujeres más elegantes de la noche. No le falta detalle a este vestido de seda en azul noche con sobrevenido de gasa e incrustaciones de pedrería en cuello y mangas. Las alfombras rojas están hechas para brillar.

El conjunto es casi tan Gaga como ella. Y eso la honra, pero no nos da para aprobarla y que ascienda al Olimpo de las mejor vestidas de la noche. Tampoco aprueba con ese recogido a lo Khaleesi que pone de manifiesto que se había aplicado ese rubio platino horas antes de pisar la ‘red carpet’.

Gracias por sacar de paseo este romántico diseño de Gucci en color vainilla empolvado que es toda una joya. Por la cantidad de estrellas de pedrería que lo iluminan y por esa corona a modo de potencia virginal que toca tu cabeza. Gracias, de nuevo, por llevar la alta costura a una alfombra roja tan pobretona y ordinaria como esta.

Qué hacer con semejante aberración estética. Ni el escote en uve ni la apertura lateral de la falda. Y ya de los ‘pailletes’ mejor ni hablamos.

¿Escote redondo? Sí. ¿Amplias hombreras? También. Con este vestido en color crudo jugando a ser un dos piezas, la actriz estaba tan sencilla como elegante. Gracias por alegrarnos la noche.

Vestido con falda acampanada y largo midi. Si a eso le sumamos ese escote palabra de honor y esos peep toes de inicios de 2010, el resultado es nefasto. Tanto tiempo desaparecida y decides posar ante la prensa de esta guisa...

No es nada del otro jueves. Y ya se sabe que la combinación de rosa y rojo es peligrosa. Pero este vestido es una oda a ese minimalismo tan ausente durante la pasada noche.

Mal apaño hizo con este vestido de porexpan y zapatos forrados a juego con el vestido. No hay por dónde cogerlo, porque resultaría imposible. ¿De verdad era necesario tanto juego de volúmenes?

Muy comedida estaba la cantante. Casi tanto que, por un momento, creímos que se había reencarnado en Hannah Montana. De sobresaliente es este mono de terciopelo negro de Jean-Paul Gaultier.

Un vestido lencero, con la estructura propia de los miriñaques de 'Las meninas' de Velázquez. No tenemos palabras para definir lo ordinario que nos resulta este modelito.

La versión ‘dark’ de Jessica Rabbit. Y aunque hay exceso de cacha, le agradecemos que haya aportado su toque de glamour años 20 a este erial llamado alfombra roja de los Grammy.

Cuánto daño ha hecho al mundo ‘fashion’ la estética country. Ella lo lleva al extremo con camisa de seda prácticamente desabrochada. No, no y no.

Un vestido de inspiración Cristina Pedroche. Pero para el poco lustre que ofreció la alfombra roja dio la campanada con este ‘naked dress’ con cascadas de pedrería.

Al verla nos preguntamos si acababa de salir de un casting de la obra lorquiana ‘La casa de Bernarda Alba’. Presten especial atención a esas medias de cristal en color carne y juzguen ustedes mismos.

 

El relumbrón de las celebrities que han pisado la alfombra roja de la 60 edición de los Premios Grammy ha sido poco o prácticamente nulo. En la madrugada del lunes pocas famosas fueron las que destacaron a su paso por el 'photocall'. Salvo honrosas excepciones como el comedido (pero acertado) mono de Jean-Paul Gaultier de Miley Cyrus o el preciosista y romántico vestido de Gucci de Lana del Rey. ¿Del resto? Quizá demasiada tela que cortar. O no. Porque hay cada atuendo que clama al cielo. Y no está el 'star system' como para tirar cohetes.

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Hubo mucho diseño en negro -al hilo de la campaña de protesta que se promovió durante la ceremonia de los Globos de Oro 2018-, pero no todas acertaron con este color que, dicen, se convierte siempre en un acierto. Eso sí, siempre hay margen para la esperanza. Y en poco más de un mes llegan los Oscar y ahí seguro que el despliegue de vestidos será de lo más grandilocuente. Con todo, la madrugada del lunes fue de todo menos magnánima. A continuación, seleccionamos a las artistas, cantantes y actrices que fueron capaces de lo mejor y de lo peor. 

Analizamos los mejores y peores looks de alfombra roja de los Premios Grammy 2018.

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