Con los rebrotes de covid-19, el cierre de los bares protagoniza la controversia. Parece mentira que estemos en medio de un cambio de modelo productivo. Tal vez lo sea
La incertidumbre y el miedo que genera la pandemia también lastran la economía, al margen de los nuevos confinamientos decretados para ciudades de más de 100.000 habitantes
No es extraño que seguir la pandemia en tiempo real pueda generar ansiedad y frustración, especialmente si se atiende a la gestión política de la misma
Si no se logra controlar la curva del covid-19 y las restricciones para evitar que se junten más de seis personas siguen vigentes en los próximos meses, tocará reducir comensales
No deja de ser irónico que Ayuso pueda ponerse la medalla de fijar un umbral en las restricciones en las que ella no creía para Madrid y a las que llevaba un mes negándose