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Sábado, 11 de julio de 2009

Que Risto Mejide es como un oasis independiente en el desierto imaginario de ‘Operación Triunfo no lo discute nadie. Y muchos se preguntan por qué se le permite en el programa “pasarse” tan a menudo con los concursantes, porque, a veces, su incontinencia verbal no conoce límites. Y esto le ha llevado a recibir “reprimendas” hasta del mismísimo Jesús Vázquez.

La respuesta a tanta libertad es la siguiente: el publicista metido a jurado musical televisivo dejó muy claro en su momento que nadie -y, según dicen fuentes bien informadas, la clausula en cuestión se especifica en su contrato con la productora de ‘OT’- le pondría límites en sus charlas semanales. Lo suyo es expresar claramente su opinión, por muy “fuerte” que esta sea. Ni acepta censuras ni nada que se le parezca. Lo tiene clarísimo.

Desprovisto totalmente de sentimientos cuando se enfrenta a las cámaras y a los concursantes, Risto es el rey de la provocación. Pero el contrato es el contrato. Por eso se le permite lo que se le permite, por muchas críticas que genere su actitud altiva ante los sufridos cantantes.

Risto es como es, y no hay quien le cambie. Y está claro que un personaje como él hace subir la audiencia. Si sus apreciaciones subidas de tono y sus críticas furibundas no tuvieran efecto mediático, seguramente ya no estaría en el concurso. Lo que está muy claro es que, guste o no, Mejide es de los que, por sí solos, son capaces de elevar la audiencia hasta en los momentos más aburridos. Y el fichaje en sí ya lo quisieran tener otras cadenas en exclusiva… a pesar de que cuente con tantos detractores.

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