vanitatis.com

Miércoles, 8 de julio de 2009

Jaime de Marichalar ha sido uno de los invitados estrella en la presentación del documental La otra Orilla. Una historia ideada, producida y presentada por José María Entrecanales Azcárate, ex presidente de Acciona. El empresario sufrió un ictus cerebral que le obligó a abandonar su actividad profesional. De la noche a la mañana, su vida cambió. De ser una persona con una vida acelerada pasó a ser un enfermo dependiente. Con el tiempo se recuperó, pero ha querido que su experiencia sirva precisamente para ayudar a todas las personas y familiares que se ven afectadas por esta enfermedad.

Entre los invitados, Jaime de Marichalar. Desde que el duque participó por primera vez en las jornadas de la Fundación Lescer, de la que es presidente, contando públicamente su experiencia procura colaborar en las actividades relacionadas con este trastorno. El propio Entrecanales dijo en la presentación: “Los discapacitados por ictus tiene la vida muy difícil, pero no por la enfermedad sino porque la sociedad no está preparada para hacerles la vida más fácil”.

El duque ha encontrado por fin su sitio sin abandonar la parcela más lúdica y más vistosa de la vida social. Junto a su mujer presidió la “madre de todas las fiestas”, que no es otra que la mega reunión organizada por Nieves Fontana y sus huestes de Telva. Año tras año demuestran que el más difícil todavía es posible. Y si el año pasado montaron un casino en los salones del hotel Palace, ésta vez trasladaron una feria con sus casetas y su tiovivo. No faltaron ni los patos para pescar, ni el tiro al blanco, ni los premios… La Infanta Elena no tentó a la suerte y su marido tampoco. En cambio, compartieron charla con los invitados.

El duque, por ejemplo, dio casi una clase magistral a un grupo de caballeros sobre las últimas tendencias en lo referente al esmoquin. No piensen que si tiene uno ya lo puede usar toda la vida. Nada de eso. Según Marichalar, la solapa varía de una temporada a otra. Y en eso se reconoce si uno estrena o es regalo de mayoría de edad o, incluso, de alquiler. Esta temporada lo más es la solapa de pico, como la que llevaba el propio yerno real.

Otro de los temas de conversación del duque fueron los animales de compañía. Él tiene un cavalier king charles spaniel. El perrito se ha convertido en la estrella del barrio donde viven los Lugo. Al principio, Froilán y Victoria se encargaban de sacarlo, pero como ocurre en todas las familias se cansaron. El marido de la Infanta recogió el testigo y parece que disfruta una barbaridad con los elogios que le dedica la ciudadanía cuando lo pasea. El perro es una monada, muy simpático y además bien educado. Sus cosas las hace en casa. La calle es para lucirse.

Y de la “madre de todas las fiestas ” al aniversario de la revista Man. Su director Juan Carlos de la Iglesias tiró la casa por la ventana y se trajo como estrella invitada a Dita Von Teese, la emperatriz del striptease. La señorita Dita recorre el mundo con su espectáculo musical donde el número más solicitados continúa siendo ella vestida de epidermis en una copa de Martini o la danza sensual con el abanico de plumas, que por cierto lo bordaba Sara Montiel en el Último Cuplé aunque vestida. En principio tenía previsto permanecer en España un par de días, pero cuando se enteró que su amigo John Galliano recibía el premio Telva decidió acudir al festejo.

A diferencia de otras estrellas internacionales, no exigió demasiado en el apartado relativo a la infraestructura. Pidió una limusina para todos sus desplazamientos, dos suites para ella y para Melisa, su asistente, consejera y amiga; ochenta euros diarios como dinero de bolsillo y poco más. Ni peluquero, ni maquillador. Como Juan Palomo que se lo guisa y se lo come, ella misma se pinta y se peina y además se hace las mezclas musicales con sus ordenador portátil. Con lo cual contratarla no supone excesivo gasto. El problema surgió con las peticiones más personales. Dita quería conocer toreros a ser posible Cayetano Rivera Ordóñez. No pudo ser y se consoló cenando en Lucio.

LAS MÁS